The police harassment and the presence of artistic tattoos made them fear facing a similar or worse fate, like people they knew who were imprisoned under the state of exception, just because of the ink on their skin, their age, or simply because one day the police took them away.
In just three days, they planned a trip to the United States border, leaving behind their prosperous businesses, but, as they confess, overwhelmed with fear.
When the electronic bracelet closed, the couple felt “relief”; although they remained under the watch of U.S. Immigration, they felt relief because their fear drove them there.
In September, the young Salvadoran couple (both under 26 years old) were driven by fear for themselves and their young child, who is just beginning to talk, to emigrate illegally to the United States.
8,000 people were arbitrarily arrested and released, according to data provided by President Nayib Bukele.
“Later, with savings, I opened a bar, and there was more income… Then they enacted the state of exception, and everything collapsed,” summarizes Brayan. He claims to have had all the permits for the bar’s operation; however, “the police started bothering us. They told us we had to pay a fee for the bar to operate, we went to the mayors’ offices to ask why they imposed this.”
As of August 2023, 62,000 migrants with children were being monitored via electronic ankle bracelets in the United States by the Immigration and Customs Enforcement (ICE), as part of the initiative known as the Family Expedited Removal Management (FERM), which determines which families are eligible to apply for asylum and which are not.
“Honestly, they’re wrong in saying it’s the coolest country (…) half or more than half of those who came with us were fleeing for the same reason, it wasn’t because of economic problems, because everyone had their lives, they had work, they had their families, but it was the same fear that the next day, well they will detain them and who knows when they’ll be released,” says the young migrant mother, who, when speaking with El Diario de Hoy, had been living in the United States for a little over a month, with a bracelet on her ankle, just like her partner, awaiting an immigration decision that could offer them an opportunity.
“No es el país más cool, nos extorsionaban los policías”, aseguran jóvenes que emigraron a EE.UU.
Fueron el acoso policial y el tener tatuajes artísticos lo que les causó miedo a correr similar o peor suerte, como personas que conocían y que fueron encarceladas en el contexto del régimen de excepción, por el hecho de los grabados en su piel, su edad o porque un día la policía se los llevó.
En solo tres días armaron un viaje hacia la frontera de Estados Unidos, dejando atrás sus prósperos negocios pero, según confiesan, embargados de temor.
Cuando el grillete electrónico se cerró, la pareja sintió “alivio”; aunque quedaron bajo la vigilancia de Migración estadounidenses, sintieron alivio porque llegaron ahí impulsados por el miedo.
En septiembre, la joven pareja salvadoreña (ambos tienen menos de 26 años) el miedo por ellos y por su pequeño hijo, que apenas comienza a hablar, los llevó a emigrar ilegalmente a Estados Unidos.
8,000 personas capturadas arbitrariamente y liberadas, según datos dados por el presidente Nayib Bukele.
“Después con los ahorros, puse un bar, y había más ingresos… Luego ya pusieron el régimen de excepción y todo se vino abajo”, resume Brayan. Él asegura que tenía todos los permisos para el funcionamiento del bar; sin embargo “los policías comenzaban a molestar. Nos decían que nosotros teníamos que pagar una tarifa para que el bar pudiera funcionar, íbamos a las alcaldías a preguntar por qué ponían eso”.
Hasta agosto de 2023, en Estado Unidos se contabilizaban 62,000 migrantes con hijos que eran monitoreados a través grilletes electrónicos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés), como parte de la iniciativa conocida como Gestión de Deportación Familiar Acelerada (FERM, por sus siglas en inglés), que permite determinar qué familias cumplen los requisitos para solicitar asilo y cuáles no.
“La verdad, están equivocados en decir que es el país más cool (…) la mitad o más de la mitad de los que venían con nosotros venían huyendo de allá por la misma razón, no era por problemas económicos, porque todos tenían sus vidas, tenían trabajo, tenían sus familias, pero era por el mismo miedo a que el día de mañana, pues los van a detener y pues quién sabe cuándo salgan”, dice la joven madre migrante, quien al platicar con El Diario de Hoy tenía un poco más de un mes viviendo en Estados Unidos, con un grillete colocado en su tobillo, al igual que el de su pareja, a la espera de una decisión migratoria que les brinde una oportunidad.