The persistent high prices in the food sector will keep the poorest households in urban areas of El Salvador in conditions of food insecurity until May 2025, according to the Famine Early Warning Systems Network (FEWS NET) in its most recent report.
Although the Consumer Price Index (CPI) reached figures in November similar to those of 2020, this does not mean that the high prices consumers have experienced over the past year in critical categories like food will decrease quickly, economists warn.
According to updated figures from the Central Reserve Bank (BCR), in September, the food subsection recorded an accumulated variation of 0.97%, and the population continues to feel its impact despite government measures like supply centers and agro-markets.
“No matter what I go to buy at the market, prices are still high compared to previous years. Producers are not cultivating their land because they can’t turn a profit,” said Juana Pérez, a shopper at the central market in Santa Ana.
Others are choosing to grow their own food due to the situation. This is the case for Melissa Cañenguez, a resident of Zacatecoluca. “Food prices are incredibly high. What we’ve done is plant some crops, like tomatoes and chilies, among others. We also have chickens for eggs, to avoid having to buy some things, as prices have skyrocketed,” she explained.
Enrique Moreno, also a resident of Zacatecoluca, says his family is avoiding eating out.
“Even pupusas have gone up in price. It’s better to make them at home; we buy pork crackling, cheese, and make them to our liking. It’s cheaper for us because eating out was leaving us broke. Everything related to food is expensive,” he told LA PRENSA GRÁFICA.
The poorest households in rural El Salvador face similar struggles, according to FEWS NET, which was created by the United States Agency for International Development (USAID). In its report, the organization predicts that this group will also remain in food insecurity until mid-2025. However, it highlights that there will be some seasonal relief with the harvests of staple grains from the postrera and apante cycles.
Nonetheless, this remains to be seen. The Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) (Association of Salvadoran Small- and Medium-Scale Agricultural Producers) and other agricultural organizations do not foresee a favorable apante harvest, particularly for beans, in El Salvador due to heavy rains.
According to the organization of small producers, El Salvador has three planting cycles: the primera (May-June), when 75% of corn, 20% of beans, and 100% of rice for national consumption are harvested; the postrera (late July and early August), which yields 75% of beans, 20% of corn, and 100% of sorghum; and the apante or irrigation cycle (at the end of the rainy season), when 5% of corn and beans are harvested.
Inseguridad alimentaria continúa por los altos precios en alimentos
La persistencia de los precios altos en el rubro de alimentos mantendrá a los hogares más pobres en el área urbana de El Salvador en condiciones de inseguridad alimentaria hasta mayo de 2025, plantea la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (FEWS NET), en su más reciente informe.
Si bien, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó en noviembre cifras similares a las de 2020, esto no significa que los altos precios que los consumidores han percibido en el último año en categorías importantes como alimentos, vayan a reducirse rápidamente, señalaron economistas.
Según las cifras actualizadas del Banco Central de Reserva (BCR), en septiembre, la subdivisión de alimentos cerró con una variación acumulada de 0.97% y la población lo está resintiendo pese a las medidas gubernamentales como las centrales de abasto y los agromercados.
“Sin importar que vaya al mercado a comprar, los precios siguen altos si los comparamos con años anteriores. El productor no cultiva sus tierras por no obtener ganancias”, Juana Pérez, compradora en el mercado central de Santa Ana.
Otros están optando por sembrar sus propios alimentos debido a esta situación, como es el caso de Melissa Cañenguez, habitante de Zacatecoluca. “Los alimentos están carísimos. Nosotros lo que hacemos es que hemos sembrado unas plantas, como tomates, chiles, entre otros; también tenemos gallinas para que nos den huevos y así no estar comprando algunas cosas, porque se han ido los precios por las nubes”, mencionó.
Enrique Moreno, también lugareño de Zacatecoluca dice que como familia están evitando “salir a comer fuera”.
“Es que hasta las pupusas han subido de precio, mejor las hacemos en casa, compramos el chicharrón, queso y las hacemos al gusto, nos sale más barato, porque eso de estar saliendo a comer afuera nos estaba dejando en la calle. Todo está caro en cuestión de alimentos”, dijo a LA PRENSA GRÁFICA.
Los hogares más pobres en el área rural de El Salvador tampoco la tienen fácil, asegura FEWS NET, creada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en su reporte. Se prevé que este grupo poblacional permanezca en inseguridad alimentaria hasta mediados del 2025, sin embargo resalta que habrá una mejora estacional, con la salida de las cosechas de granos básicos de los ciclos de postrera y apante.
Sin embargo esto está por verse, la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) y otras gremiales no auguran que la cosecha de apante, sobre todo la de frijol vaya a ser favorable en El Salvador, debido a las lluvias.
Según la gremial de pequeños productores, en El Salvador, se dan tres siembras: la de primera (mayo-junio) donde se cosecha el 75% de maíz, 20% de frijol y el 100% de arroz de la producción nacional. En la postrera (finales de julio e inicio de agosto), se cultiva el 75% de frijol, el 20% maíz y el 100% de sorgo. Mientras que en la de apante o riego (al final de la estación lluviosa), se saca el 5% de maíz y frijol.