Bukele and His Clan Tighten Their Grip on Power to Avoid Punishment — Bukele y su clan se afianzan en el poder para evitar el castigo

Oct 19, 2024

A de facto state
The Bukele regime, far from being the promise of change and security that many hoped for, has turned into a ruthless machine that produces violence, death, and despair. Bukele is not just the architect of a dictatorship that has destroyed democratic institutions in El Salvador; he is directly responsible for a wave of crimes aimed at ensuring his indefinite hold on power. — El régimen de Bukele, lejos de ser la promesa de cambio y seguridad que muchos esperaban, se ha convertido en una máquina despiadada que produce violencia, muerte y desesperación. Bukele no es solo el artífice de una dictadura que ha destruido la institucionalidad democrática en El Salvador; es el responsable directo de una ola de crímenes que buscan garantizar su permanencia indefinida en el poder.

Torture and Death in Penitentiaries

The state of exception has exposed the brutality with which the state apparatus is managed under Bukele. With more than 25,000 innocents arbitrarily detained and subjected to inhumane treatment, the prison system has become a hell of torture and silent killings. The deaths are neither coincidences nor isolated excesses: they are the product of a systematic policy to suppress any hint of dissent and instill fear. These lives lost without even facing trial are crimes for which Bukele is the intellectual author.

Nearly 8,000 Missing: The Bukele-Maras Pact

Bukele’s pact with the Maras, far from eradicating violence, resulted in a humanitarian crisis reflected in the nearly eight thousand disappearances recorded in recent years. This dark pact, which aimed to guarantee a climate of “security” in exchange for impunity for the Maras, resulted in enforced disappearances that demonstrate state complicity in perpetuating violence. These thousands of missing Salvadorans are not only victims of the gangs but also directly of Bukele.

Deaths from Corruption and Forced Migration

But Bukele’s crimes are not limited to direct physical repression. The rampant corruption that permeates all levels of his administration has cost thousands of lives in collapsed hospitals, where resources are diverted to fill the pockets of those close to power instead of ensuring dignified medical care. Deaths from negligence in healthcare services are a silent condemnation that doesn’t appear in official speeches but weighs on the conscience of a regime that has plundered public coffers for personal gain.

Similarly, failed economic policies that have favored a few while impoverishing the majority have forced thousands of Salvadorans to flee to the United States, risking their lives along the way. Deaths on the migratory route, a direct result of the desperation generated by Bukele’s disastrous social and economic policies, are also crimes that history will not forgive. They are the result of a government that has preferred to invest in propaganda and militarization instead of building a country with opportunities for all.

Final Reflection: The Fear of Judgment

Bukele and his accomplices know well that if they lose power, they will be judged both in El Salvador and in international courts for these atrocious crimes. Therefore, their only option is to cling to power at all costs, perpetuating a cycle of repression and violence that will only deepen the country’s crisis.

Bukele’s dictatorship is not a passing phase; it is a project to maintain impunity for murders, corruption, and the pact with organized crime. But this strategy will only bring more death, more misery, and more pain for the Salvadoran people. It is time to wake up, to recognize that there are no promises of a future under a government that has made plundering and death its calling card. If action is not taken now, the dictatorship will become more entrenched, leaving a country in ruins from which it will be almost impossible to escape.

The future depends on organized resistance, civic mobilization, and the capacity of the Salvadoran people to demand justice before it is too late. It is time to face the dictatorship by all means before the wounds of the country become irreparable.

Rebelión: https://rebelion.org/bukele-y-su-clan-se-afianzan-en-el-poder-para-evitar-el-castigo/

Bukele y su clan se afianzan en el poder para evitar el castigo

Torturas y muerte en centros penitenciarios

El régimen de excepción ha dejado en evidencia la brutalidad con la que se maneja el aparato estatal bajo Bukele. Con más de 25.000 inocentes detenidos arbitrariamente y sometidos a tratos inhumanos, el sistema carcelario se ha convertido en un infierno de torturas y asesinatos silenciosos. Las muertes no son casualidades ni excesos aislados: son el producto de una política sistemática para reprimir cualquier asomo de disidencia y sembrar el miedo. Estas vidas perdidas sin siquiera enfrentar un juicio, son crímenes de los que Bukele es el autor intelectual. 

Casi 8.000 desaparecidos: el pacto Bukele-Maras

El pacto de Bukele con las Maras, lejos de erradicar la violencia, resultó en una crisis humanitaria que se refleja en los casi ocho mil desaparecidos registrados en los últimos años. Este pacto oscuro, que pretendía garantizar un clima de «seguridad» a cambio de la impunidad para las maras, desbordó en desapariciones forzadas que evidencian la complicidad estatal en la perpetuación de la violencia. Estos miles de salvadoreños desaparecidos no solo son víctimas de las pandillas, sino también directamente de Bukele.

Las muertes por corrupción y migración forzada

Pero los crímenes de Bukele no se limitan a la represión física directa. La corrupción rampante que atraviesa todos los niveles de su administración, ha costado miles de vidas en hospitales colapsados, donde los recursos se desvían para llenar los bolsillos de los allegados al poder en lugar de garantizar atención médica digna. Las muertes por negligencia en los servicios de salud son una condena silenciosa que no aparece en los discursos oficiales, pero que pesa en la conciencia de un régimen que ha saqueado las arcas públicas para beneficio personal.

Asimismo, las políticas económicas fallidas, que han favorecido a unos pocos mientras empobrecen a las mayorías, han forzado a miles de salvadoreños a huir hacia los Estados Unidos, arriesgando sus vidas en el camino. Las muertes en la ruta migratoria, producto directo de la desesperación generada por las nefastas políticas sociales  y económicas de Bukele, también son crímenes que la historia no perdonará. Son el resultado de un gobierno que ha preferido invertir en propaganda y militarización en lugar de construir un país con oportunidades para todos.

Reflexión final: el miedo al juicio

Bukele y sus cómplices saben bien que si pierden el poder serán juzgados, tanto en El Salvador como en tribunales internacionales, por estos crímenes atroces. Por eso, su única opción es aferrarse al poder a toda costa, perpetuando un ciclo de represión y violencia que solo profundizará la crisis del país. 

La dictadura de Bukele no es una fase pasajera; es un proyecto para mantener la impunidad ante los asesinatos, la corrupción y el pacto con el crimen organizado.

Pero esta estrategia solo traerá más muerte, más miseria, y más dolor para el pueblo salvadoreño. Es hora de despertar, de reconocer que no hay promesas de futuro bajo un gobierno que ha hecho del saqueo y la muerte su carta de poder. Si no se actúa ahora, la dictadura se afianzará más, dejando un país en ruinas del que será casi imposible escapar.

El futuro depende de la resistencia organizada, de la movilización ciudadana, y de la capacidad del pueblo salvadoreño para exigir justicia antes de que sea demasiado tarde. Es hora de enfrentarse por todos los medios a la dictadura, antes de que las heridas del país sean irreparables.

Rebelión: https://rebelion.org/bukele-y-su-clan-se-afianzan-en-el-poder-para-evitar-el-castigo/