Are you aware of the seriousness of what is happening in the country’s prisons on your orders? Do you have any idea what families go through when they bury their children who leave prison dead or dying?
It seems not. You have not spoken out about the 322 Salvadorans who were given the death sentence in prisons, which our Constitution prohibits (322 is the number of documented cases, but Socorro Jurídico estimates there are more than 800 deaths). We can assume that you will not speak out about the photo that horrifies the entire country, the photo of a man reduced to a skeleton, resembling images of the inmates from Hitler’s concentration camps. The photo shows how Juan Castillo, a 30-year-old construction worker, was handed over to his family after 2 years of imprisonment under the state of exception. With extreme malnutrition and several lethal diseases, none of which he had when he was arrested and which were not treated.
A judge ordered his release. We do not know if it was out of mercy or simply to avoid increasing the number of inmates dying under the watch of prison warden Osiris Luna and his torturers. He was released to die…
Juan died a few days after his “release.” At the San Rafael hospital, he underwent surgery for a tumor, but was later discharged. It was incurable. He worsened. They could not take him back at San Rafael, so he was referred to Hospital El Salvador. Three days later, they dispatched him. He died before leaving the hospital parking lot. “Due to lung causes,” as it is stated in all the death certificates of detained individuals.
During all this time, the family remained silent, they did not file any complaints because after Juan’s “release,” the authorities threatened them. They reported what was done to Juan when he was already dead and safe.
In El Salvador, you have to be dead to be safe.
What kind of evil must a ruler possess, and how does he feel knowing what’s happening in his prisons, knowing it’s happening on his orders, and remaining silent? Only you can know.
To you, Juan is just another “collateral damage.” If you were to speak, you would say: He was a gang member; he brought it upon himself. And thousands and thousands of citizens repeat it—to not feel guilty.
Even if the deceased had been a gang member, his case would be a scandal. No one deserves to be killed like this, slowly, through sheer starvation and neglect. But the case of Juan Castillo is even more dramatic: He was not a gang member. He was imprisoned for two years, and nothing could be proven against him. He was never convicted. A death sentence was imposed on an innocent man. And you are responsible. It must be stated in these drastic terms to be understood. At some point, you will tell us: “It was Osiris.” It was you. Both of you will have to answer someday.
A friend told me: “At least this Bukele is frank. He doesn’t hide the fact that he doesn’t care about what’s happening in his prisons.”
No regards,
Paolo Lüers
EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/las-cartas-de-paolo-luers-/1175044/2024/
Carta a Nayib Bukele: Responda por la muerte de Juan
¿Usted está consciente de lo grave que por órdenes suyas está pasando en las cárceles del país? ¿Tiene alguna idea de lo que sufren las familias que entierran a sus hijos que salen de las cárceles muertos o moribundos?
Parece que no. No se ha pronunciado por los 322 salvadoreños a quienes en las cárceles aplicaron la sentencia de muerte, que nuestra Constitución prohíbe (322 es la cifra de casos documentados, pero el Socorro Jurídico estima que se trata de más de 800 muertos.) Podemos suponer que usted tampoco se va a pronunciar sobre la foto que horroriza a todo el país, la foto de un hombre reducido a esqueleto, parecido a las imágenes de los internos de los campos de concentración de Hitler. La foto demuestra cómo Juan Castillo, un albañil de 30 años, fue entregado a su familia luego de 2 años de encarcelado bajo el régimen de excepción. Con extrema desnutrición y con varias enfermedades letales, ninguna de las cuales tenía cuando se lo llevaron preso y que no fueron tratadas.
Un juez ordenó liberarlo. No sabemos si por misericordia o solamente para que no se aumente el número de internos que se le mueren al carcelero Osiris Luna y sus torturadores en sus prisiones. Salió libre para morir…
Juan murió a pocos días de su “liberación”. En el hospital San Rafael lo intervinieron de un tumor, pero luego le dieron el alta. Era incurable. Se empeoró. No lo pudieron recibir de nuevo en el San Rafael, lo remitieron al Hospital El Salvador. A los tres días lo despacharon. Murió antes de salir del parqueo del hospital. “Por causa pulmonar”, como dicen en todas las actas de defunción de personas detenidas.
En todo este tiempo, los familiares se quedaron callados, no hicieron ninguna denuncia, porque al “liberar” a Juan las autoridades les amenazaron. Denunciaron lo que se hizo a Juan, cuando ya estaba muerto y a salvo.
En El Salvador, uno tiene que estar muerto para estar a salvo.
¿Qué maldad debe de tener y qué siente un gobernante que sabe lo que está pasando en sus cárceles, sabe que está pasando por sus órdenes, y se queda callado? Sólo usted puede saberlo.
Para usted lo de Juan es un “daño colateral” más. Si usted hablara, diría: Fue un pandillero, se lo ha buscado. Y así lo repiten miles y miles de ciudadanos – para no sentirse culpables.
Incluso si el muerto hubiera sido un pandillero, su caso sería un escándalo. Nadie merece que lo maten así, lento, a pura hambre y abandono. Pero el caso de Juan Castillo es aun más dramático: No fue un pandillero. Lo tuvieron preso durante dos años y no le pudieron comprobar nada. Nunca fue condenado. Le aplicaron la sentencia de muerte a un inocente. Y usted es el responsable. Hay que decirlo en estos términos drásticos, para que se entienda. En algún momento nos dirá: “Fue Osiris”. Fue usted. Ambos van a tener que responder algún día.
Un amigo me dijo: “Este Bukele por lo menos es franco. No esconde que le vale madres lo que está pasando en sus cárceles”.
Sin saludos,
Paolo Lüers
EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/las-cartas-de-paolo-luers-/1175044/2024/