The rating agency, Standard and Poor’s (S&P) Global Ratings, considers the bond buyback announced by the government last week as “opportunistic,” asserting that it could have fulfilled its financial commitments without the need for this transaction.
Despite indicating plans for further operations to buy external debt in advance, the government did not succeed in getting the agency to upgrade the country’s rating. S&P confirmed that it maintains El Salvador’s long-term credit rating at ‘B-‘ and short-term at ‘B’, with a stable long-term outlook.
This category means the country is more vulnerable to adverse economic, financial, and business conditions, although it currently has the capacity to meet its credit obligations.
“We consider the debt buyback as opportunistic and similar to a liability management operation, given that we believe the government could have met its financial commitments without this transaction,” says S&P in the statement dated October 10, 2024.
For the rating agency, the recently announced public acquisition offer is another step in the broad debt reprofiling process begun in 2022, which included two external debt buybacks at the end of 2022, a pension debt swap in the first half of 2023, a short-term debt refinancing strategy initiated in October 2023, and another external debt buyback in April 2024.
On October 4, the government announced the buyback of outstanding bonds held by foreign investors, maturing between 2027 and 2052.
The period for submitting offers was from October 4 to 10. This Friday, the total capital amount of the bonds offered by the investors was expected to be announced.
“All those who hold bonds of the Republic of El Salvador can access this public and voluntary buyback,” the president wrote on his X account on October 4.
According to the document released by the PRNewswire site, $633 million worth of the 2027 bond; $529.5 million of the one maturing in 2029; $1 billion of the 2030 bond; another $286.45 million of the 2034 bond are planned for buyback.
They also plan to repurchase another $1 billion of the 2035 bond; in addition to $653.5 million of the one maturing in 2041; $1.097 billion of the 2050 bond and another $1 billion of the one maturing in 2052.
Moreover, they include $1 billion in “macro bonds,” meaning the securities that were placed on the market in April this year at a 12% rate, the most expensive to date. Although in this case, as explained in the document, they would only buy the interests of those bonds.
In total, all the bonds held by foreign investors amount to $7.181 billion, which have interest rates between 6.4% and 9.5%.
Fragile Finances
However, the risk rating agency explains in its statement that the stable outlook for the country “reflects the balance of risks between the fiscal relief derived from the broad debt reprofiling process started in 2022,” but that public finances are still fragile due to a high debt burden and somewhat limited financing options.
“Despite the fiscal relief provided by these measures, the country’s public finances remain fragile, reflecting long-term structural vulnerabilities,” S&P states.
It adds that El Salvador’s rating incorporates its institutional weaknesses, as indicated by the difficulties in predicting policy responses in a context of weak checks and balances, a modest GDP per capita of $5,350, and moderate GDP growth prospects due to persistently low levels of investment and productivity.
The agency points out that the country has a high debt burden, around 77% of GDP (including debt with pension funds), and lacks monetary flexibility due to full dollarization.
“We will analyze the rating implications of any potential future buyback or debt exchange case by case, considering the respective terms and conditions, as well as the prevailing conditions,” S&P concludes.
Consulted on Standard and Poor’s statement, economist Rafael Lemus opines that the agency decided to maintain the same credit rating as last year “basically because they don’t see a substantial change in the fiscal situation; that is, they always say that the country has its difficulties, particularly funding limitations.”
“(S&P) is quite clear that the debt situation doesn’t change, it remains high; the interest rates paid on the debt are high, and that is the part where there is no response because the government has continued with the expansion of spending and debt,” Lemus says.
Standard and Poor’s afirma que recompra de bonos anunciada por Bukele es “oportunista”
La calificadora Standard and Poor’s (S&P) Global Ratings considera que la recompra de bonos que anunció el gobierno la semana pasada es “oportunista”, pues afirma que pudo haber cumplido sus compromisos financieros sin necesidad de hacer esa transacción.
Y pese a plantear que hará nuevas operaciones para comprar deuda externa por anticipado, el gobierno no logró que la calificadora mejorara la nota del país, pues la agencia confirmó que mantiene la calificación crediticia de El Salvador de largo plazo en ‘B-‘ y la de corto plazo en ‘B’, además que la perspectiva de las calificaciones de largo plazo se mantiene estable.
Esta categoría significa el país es más vulnerable a condiciones económicas, financieras y del negocio adversas, aunque actualmente tiene capacidad para cumplir con sus obligaciones crediticias.
“Consideramos la recompra de deuda como oportunista y similar a una operación de gestión de pasivos, dado que creemos que el gobierno podría haber cumplido con sus compromisos financieros sin esta transacción”, dice S&P en el comunicado emitido con fecha 10 de octubre de 2024.
Para la calificadora, la oferta pública de adquisición recientemente anunciada es otro paso en el amplio proceso de reperfilamiento de la deuda que comenzó en 2022, con dos recompras de deuda externa a fines de 2022, un canje de deuda pensional en el primer semestre de 2023, una estrategia de refinanciamiento de deuda a corto plazo iniciada en octubre de 2023 y otra recompra de deuda externa en abril de 2024.
El pasado 4 de octubre, el gobierno anunció la recompra de los bonos en circulación que están en manos de inversionistas extranjeros, cuyos plazos de vencimiento van desde el 2027 hasta el 2052.
El plazo para presentar las ofertas fue del 4 al 10 de octubre. Este viernes estaba previsto que se anunciara el monto total de capital de los bonos ofrecidos por los inversores que los poseen.
“Todos los que posean bonos de la República de El Salvador pueden acceder a esta recompra pública y voluntaria”, escribió el mandatario en su cuenta de X, el pasado 4 de octubre.
De acuerdo al documento divulgado por el sitio PRNewswire, son $633 millones del bono 2027; $529.5 millones del que vence en 2029; $1,000 millones del bono 2030; otros $286.45 millones del 2034.
También planean recomprar otros $1,000 millones del bono 2035; además de $653.5 millones del que vence en 2041; $1,097 millones del bono 2050 y otros $1,000 millones del que vence en 2052.
Pero además incluyen $1,000 millones de “bonos macro”, es decir los títulos que salieron a colocar al mercado en abril de este año a una tasa de 12%, la más cara hasta la fecha. Aunque en este caso, según se explica en el documento, comprarían solo los intereses de esos bonos.
En total, todos los bonos en manos de inversionistas extranjeros suman $7,181 millones, los cuales tienen tasas de interés entre el 6.4 % y 9.5 %.
Finanzas frágiles
Sin embargo, la calificadora de riesgo explica en su comunicado que la perspectiva estable que mantiene el país “refleja el equilibrio de riesgos entre el alivio fiscal derivado del amplio proceso de reperfilamiento de la deuda iniciado en 2022”, pero que las finanzas públicas aún están frágiles, debido a una elevada carga de deuda y alternativas de financiamiento algo limitadas.
“A pesar del alivio fiscal que brindan estas medidas, las finanzas públicas del país siguen siendo frágiles, lo que refleja vulnerabilidades estructurales de largo plazo”, afirma S&P.
Añade que la calificación de El Salvador incorpora sus debilidades institucionales, como lo indican las dificultades para predecir las respuestas de política en un contexto de deficientes controles y contrapesos, un modesto Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de 5,350 dólares y perspectivas moderadas de crecimiento del PIB debido a la persistencia de niveles bajos de inversión y productividad.
La agencia señala que el país tiene una elevada carga de deuda, de alrededor del 77% del PIB (incluida la deuda con los fondos de pensiones), y carece de flexibilidad monetaria debido a la dolarización total.
“Analizaremos las implicaciones de calificación de cualquier potencial recompra o intercambio de deuda futura caso por caso, considerando los términos y condiciones respectivos, así como las condiciones prevalecientes”, concluye S&P.
Consultado sobre lo que plantea Standard and Poor’s, el economista Rafael Lemus opina que la agencia decidió mantener la misma calificación crediticia que le dio al país el año pasado “básicamente porque no ven que haya un cambio sustantivo en la situación fiscal, es decir siempre dicen que el país tiene sus dificultades, en especial limitaciones de financiamiento”.
“(S&P) es bastante clara que la situación de deuda no cambia, sigue siendo alta; las tasas de interés que se pagan por la deuda son altas y esa es la parte en la que no hay respuesta porque el gobierno ha seguido con la expansión de gasto y deuda”, dice Lemus.