The government will be able to resort to around $1.903 billion in Treasury Bills (LETES) to finance itself in 2025, establishing that it can issue these instruments up to 25% of the estimated revenues in the General Budget of the Nation for the next fiscal year. These revenues have been projected at $7,615.7 million, more than 10% higher than those projected for the current year. Additionally, according to the same draft, more than 12% of the budget expenses will be covered with already contracted external debt ($1,202.8 million).
“This is always new debt. It’s true that it was contracted in 2024 or previous years, but those disbursements to be made in 2025 are not yet included in the public debt account. It’s false to say that no reliance is on debt,” comments economist Tatiana Marroquín.
This has made it possible, according to economists, to uncover what was hidden behind the statement that the 2025 budget would be “the first budget fully funded without the need to issue a single cent of debt for current expenses,” according to President Nayib Bukele.
For experts, this is a propaganda ploy because they will also have to resort to LETES, short-term debt used to cover current expenses, as it’s likely that revenues won’t grow as projected.
“It might be achievable only if everything goes very, very well. However, if the scenario is just regular or bad, which nobody hopes for, that won’t happen,” says Marroquín.
Construction and Remittances
According to economist Rafael Lemus, it is very likely that the state will not manage to collect what has been estimated, especially considering the words of the Minister of Finance, who stated that these forecasts are based on greater economic growth, primarily due to tourism, construction, and remittances.
“Both construction and remittances have not been doing well this year. I think one can infer that the basis on which they are projecting is not the most solid,” Lemus points out.
Indeed, construction is the sector that has fallen the most in 2024 compared to 2023. For instance, the Gross Domestic Product (GDP) associated with this sector saw an inter-annual decline of 14.5% in the second quarter compared to the previous year.
Moreover, the Index of Volume of Economic Activity (IVAE) for construction has experienced inter-annual decreases for 4 consecutive months: April (-18.82%), May (-7%), June (-17.42%), and August (-13.28%). In January, there was also a decrease of -5.22%.
For Lemus, the decline in the construction sector is strongly rooted in the fact that, unlike in 2023, this year has not seen the strong “boost” from public investment.
“That boost was not sustainable, as it was done in a pre-election year and through more deficits and more debt… it’s sad news because that’s how another engine of the economy, like industry and agriculture, which provide the most jobs, is turned off,” says the economist.
The situation is also not promising for remittances, as they have not been growing at a satisfactory pace. In three months, there were year-on-year declines (January, March, and June), and in the rest, only one month saw more than a 10% increase (April). Compared to the cumulative total between January and August, 2024 saw $71 million less than in 2023.
Therefore, the government will have to resort to expensive and very short-term debt if things do not go according to their optimistic plans.
For Lemus, the outlook for the country, considering these numbers, is extremely dire. According to the International Monetary Fund, the country’s public debt will be 84.4% of the Gross Domestic Product in 2024. El Salvador is the only country in the region that crosses the 75% threshold and is projected to increase by 3 percentage points by 2029.
Therefore, El Salvador is the country in the region that needs the most growth to reduce its deficit. But the figures indicate that it will be one of the countries to grow the least in the region.
“They will not be able to achieve the economic growth target assumed in the budget,” comments economist Julia Evelyn Martínez.
According to Martínez and Lemus, it’s also possible to say that the executive branch is lying when it says there won’t be a single cent in debt for current expenses in 2025, as like the previous two years, they will not have to pay interest with respect to the debt with the Pension Fund, which is also a current expense.
Projections Based on VAT
According to economist Tatiana Marroquín, another interesting aspect of the revenue increase forecasts is that most of it is based on a growth in Value Added Tax (VAT).
“In that sense, we see that they calculate it won’t be the entire economic dynamic that increases, but rather just consumption. Also, they may be anticipating an increase in inflation, in higher product prices. When prices rise, VAT collection naturally increases,” comments Marroquín.
Due to this emphasis on VAT, according to the economist, taxes in 2025 will be more regressive than in previous years, meaning that those with the least income will pay a greater percentage of their earnings.
El Presupuesto de 2025 sí requerirá deuda para gasto corriente
El gobierno podrá recurrir hasta unos $1,903 millones en Letras del Tesoro (LETES) para financiarse en 2025, al establecer que podrá emitir estos instrumentos hasta en un 25% de los ingresos estimados en el Presupuesto General de la Nación del próximo ejercicio. Tales entradas a las arcas del Estado han sido previstas en $7,615.7, superiores en más de un 10% a las proyectadas para el año en curso. A esto se suma que, según el mismo proyecto, más del 12% de los gastos del presupuesto se cubrirán con deuda externa ya contratada ($1,202.8).
“Esto es deuda nueva siempre. Es cierto que se contrató en 2024 o en años anteriores, pero esos desembolsos que se harán en 2025 todavía no están incluidos en la cuenta de la deuda pública. Es falso que no se está recurriendo a deuda”, comenta la economista Tatiana Marroquín.
Con esto ha sido posible, según economistas, comprobar lo que se escondía tras la frase de que el de 2025 será “el primer presupuesto completamente financiado sin la necesidad de emitir un solo centavo de deuda para gasto corriente”, según el mandatario Nayib Bukele.
Para los expertos, se trata de una estratagema propagandística, porque además tendrá que recurrir a LETES, deuda de corto plazo utilizada para cubrir gasto corriente, pues es probable que los ingresos no crezcan según lo proyectado.
“Puede ser alcanzable solo si hay un panorama en el que le va muy, pero muy bien. En cambio, si el escenario es uno regular o uno malo, que es algo que nadie desea que pase, eso no ocurrirá”, dice Marroquín.
Construcción y remesas
Según el economista Rafael Lemus, es muy probable que el Estado no consiga recaudar lo que se ha estimado, sobre todo si se toman en cuenta las palabras del ministro de Hacienda, que expresó que estas previsiones se fundan en un mayor crecimiento económico, sobre todo gracias al turismo, la construcción y las remesas.
“Tanto a la construcción y a las remesas no les ha estado yendo bien este año. Creo que uno puede intuir que la base sobre la que se están proyectando no es la más sólida”, apunta Lemus.
En efecto, la construcción es el sector que más ha caído en 2024 respecto a 2023. Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) asociado a este tuvo una caída interanual del 14.5 % respecto al segundo trimestre de este ejercicio con el anterior.
Además, el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) de la construcción ha tenido disminuciones interanuales durante 4 meses seguidos: abril (-18.82%), mayo (-7%), junio (-17.42%) y agosto (-13.28%). En enero también se registró un decrecimiento del -5.22%.
Para Lemus, la caída del sector construcción tiene una fuerte raíz en que, a diferencia de 2023, este año no ha tenido el fuerte “jalón” de la inversión pública.
“Ese jalón no era sostenible, pues se hizo en un año preelectoral y a través de más déficit y de más deuda… es una triste noticia, pues así se apaga otro motor de la economía, como también lo son la industria y el agro, los que más trabajos dan”, dice el economista.
Las cosas tampoco son halagüeñas para las remesas, pues no han estado creciendo a buen ritmo. En tres meses, hubo caídas interanuales (enero, marzo y junio) y en el resto solo hubo uno con más del 10% de aumento (abril). Y respecto al acumulado entre enero y agosto, en 2024 ha sido menor en $71 millones que en 2023.
Por tanto, el gobierno tendrá que recurrir a deuda cara y de cortísimo plazo si las cosas no salen según sus optimistas planes.
Para Lemus, el panorama para el país, tomando en cuenta estos números, es uno de extrema gravedad. Según el Fondo Monetario Internacional, la deuda pública del país será de un 84.4 % del Producto Interno Bruto en 2024. Es el único de la región que cruza el umbral del 75 %. Aumentaría 3 puntos porcentuales en 2029.
Por lo tanto, El Salvador es el país en la región que más necesita crecer para reducir su déficit. Pero las cifras indican que es uno de los que menos lo hará en la región.
“No podrán lograr la meta de crecimiento económico que supone el presupuesto”, comenta, por su parte, la economista Julia Evelyn Martínez.
Para Martínez y Lemus, también es posible decir que desde el ejecutivo se miente al decir que no habrá ni un solo centavo en deuda para gasto corriente en 2025 pues, como en los dos años anteriores, no tendrán que cancelar intereses con respecto a la deuda con el Fondo de Pensiones, que también es un gasto corriente.
Previsiones basadas en el IVA
Según la economista Tatiana Marroquín, otro aspecto interesante de las previsiones en el aumento de ingresos es que la mayor parte está basada en un crecimiento del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
“En ese sentido, vemos que calculan que no será toda la dinámica económica la que aumentará, sino solo en consumo. También, que pueden estar previendo un aumento de la inflación, en mayores precios de los productos. Cuando los precios aumentan, naturalmente lo hace la recaudación de IVA”, comenta Marroquín.
Debido a este énfasis en el IVA, según la economista, los impuestos de 2025 serán más regresivos que en años anteriores, es decir, que pagarán un mayor porcentaje de sus ingresos aquellos que menos tienen.