Between 2020 and 2023, the Government of El Salvador (GOES) spent more funds than initially budgeted. Throughout the current administration, the Salvadoran government submitted budgets totaling $30.693 billion, but due to numerous modifications during these fiscal years, ultimately spent $33.437 billion, according to official figures.
The year 2020, characterized as atypical due to the COVID pandemic, included the first budget drafted by the current administration. Before the emergency, a planned expenditure of $6.409 billion was drafted, which was modified to $8.124 billion, though only $7.721 billion was ultimately spent.
In 2021, for instance, GOES budgeted $7.420 billion; however, changes were requested, and the budget expanded to $8.505 billion, with $7.957 billion eventually spent. In 2022, a similar trend followed: $7.962 billion approved and $8.932 billion spent.
For the 2025 budget, the Bukele administration announced that it would be “completely funded” without resorting to new debt to cover public expenditure.
Economist Rafael Lemus believes the next budget “will include funding, but from approved loans with disbursements incorporated,” and that there will always be a “deficit.”
On the other hand, economist Otto Rodríguez agrees that a portion of the funding might come from debt already approved, “with those disbursements carried into the next year.”
Lemus highlighted that during the current administration, the budget is only a starting point, with “any number of modifications” made on the fly.
He also noted that the budget has omitted two accounts: interest and principal payments to funds saved by workers for retirement, as well as a “mechanism for direct funding of workers’ contributions to the pension fund, to pay pensions from ISSS and INPEP, and any direct needs they might have.”
“The budget is anything but a planning instrument,” opined Lemus, who also pointed out how the internal market has been crucial for the administration’s financing through local banks’ purchases of government securities.
Awaiting Information
The September 15th statement regarding the budget raises several concerns among economists.
The mere announcement of a “zero deficit” is incomplete without explaining how it will be achieved or the type of adjustments the government will have to make, said Rodríguez. He estimated the deficit to be between $600 million and $800 million, indicating that eliminating it requires reducing these amounts, thus raising the question: what will be cut?
“The announcement initially seems to be on the right track because there is a need to clean up public finances to reduce economic risks. This is a basic requirement outlined by the International Monetary Fund,” Rodríguez commented.
This economist’s concern is how GOES will address social debt, such as maintaining public roads, improving health and education infrastructure, amid an “adjustment.”
“Economic discipline” is one of the debts of the current administration, opined Lemus. “There will always be funding, and there will always be a deficit,” he insisted.
September 30, 2024, is the deadline for the Ministry of Finance to present the spending plan for the following year.
Gobierno de El Salvador ha gastado más de lo presupuestado
Entre 2020 y 2023, el Gobierno de El Salvador (GOES) ha gastado más fondos de los que inicialmente presupuestó. En lo que va de la actual administración, el gobierno salvadoreño ha presentado presupuestos que suman $30,693 millones, pero debido a todas las modificaciones que se hacen a lo largo de estos ejercicios fiscales, terminó gastando $33,437 millones, según cifras oficiales.
2020, que fue un año atípico por la pandemia de covid, implicó el primer presupuesto elaborado por la actual administración, que previo a la emergencia había planificado un gasto de $6,409 millones, el cual alcanzó $8,124 millones ya modificado, pero de los cuales solo devengaron $7,721 millones.
En 2021, por ejemplo, el GOES presupuestó $7,420 millones; sin embargo, solicitó cambios que implicaron que el plan alcanzara la cifra de $8,505 millones, de los cuales finalmente devengó $7,957 millones. En 2022, la tendencia fue similar: $7,962 millones aprobados y $8,932millones devengados.
Para el presupuesto de 2025, la administración Bukele adelantó que este “será completamente financiado” y sin recurrir a nueva deuda para cubrir el gasto público.
El economista Rafael Lemus considera que el próximo presupuesto “va a llevar financiamiento, pero de los préstamos que han sido aprobados y cuyos desembolsos irán incorporados” y que siempre habrá un “déficit”.
Por su parte, Otto Rodríguez, economista, coincide en que una porción del financiamiento podría proceder de la deuda que ya fue aprobada “y esos desembolsos quedan para el próximo año”.
Lemus subrayó que durante la actual administración el presupuesto sólo es un punto de partida, porque sobre la marcha se le hacen “cualquier cantidad de modificaciones”.
Además, recordó que el presupuesto ha omitido dos cuentas: el pago de intereses y capital a los fondos que ahorran los trabajadores para su retiro, así como un “mecanismo de financiamiento directo de las cotizaciones de los trabajadores al fondo de pensiones, para pagar las pensiones del ISSS y el INPEP, y cualquier necesidad que tengan directamente”.
“El presupuesto es cualquier cosa menos un instrumento de planificación”, opinó Lemus, quien además recordó cómo el mercado interno ha sido clave para el financiamiento de la actual administración, a través de la compra de los títulos valores estatales por parte de la banca local.
A la espera de información
La declaración del 15 de septiembre sobre el presupuesto genera varias inquietudes entre los economistas.
El solo anunció de un “déficit cero” es incompleto mientras no se diga cómo se va a lograr o el tipo de ajuste que tendrá qué hacer el gobierno, expresó Rodríguez. Según estimó, el déficit ronda entre $600 millones y $800 millones, por lo que eliminarlo implica reducir estas mismas cantidades, por lo que la pregunta es: ¿qué se va a recortar?
“El anuncio en principio parece en la vía correcta porque hay que tratar de sanear las finanzas públicas para disminuir los riesgos de la economía. Eso es un requisito básico y lo que plantea el Fondo Monetario”, comentó Rodríguez.
La inquietud de este economista es cómo el GOES va a abordar la deuda social como, por ejemplo, la atención de las vías públicas, la mejora de la infraestructura de salud y de educación, en medio de un “ajuste”.
La “disciplina fiscal” es una de las deudas de la actual administración, opinó Lemus. “Siempre va a haber un financiamiento y siempre va a haber un déficit”, insistió.
El 30 de septiembre de 2024 es la fecha límite para que el Ministerio de Hacienda presente el plan de gastos para el próximo año.LPG: https://www.laprensagrafica.com/economia/Gobierno-de-El-Salvador-ha-gastado–mas-de-lo-presupuestado-20240916-0075.html