Reports of sexual and gender-based violence against incarcerated women under the state of exception have been documented in various reports by both national and international human rights organizations, urging the state to take urgent action.
These documents compile testimonies from women who have been imprisoned and have reported sexual assaults and violence by guards, which organizations describe as “a serious violation of human rights.”
For instance, Cristosal presented its report in July of this year titled “Silence Is Not an Option,” detailing, among other aspects, the situation of incarcerated women and transgender individuals, who exposed sexual assaults as well as overcrowding and inadequate health care for the sick and pregnant within the state of exception.
“Rape, abuse, and sexual assaults against detained women are committed, according to testimonies collected by Cristosal, by both prison guards and other women. Forced nudity has been normalized due to lack of bathrooms and doors,” cites the Cristosal report, highlighting the lack of attention and vulnerable conditions for incarcerated women.
According to Zaira Navas, Head of Rule of Law and Security at Cristosal, women are the main victims under the state of exception, both those in prison and those left to manage their households. The violence, she reiterates, is constant despite the state’s refusal to acknowledge such abuses.
“Women primarily bear the human cost of the state of exception. It’s an investigation into violence against women, children, and adolescents. Hundreds of unprotected children, 176 of whom are orphaned. Thousands of innocent detainees held for more than two years without prior investigation,” she stated. Between March 27, 2022, and April 2024, Cristosal received 3,643 reports of abuses or rights violations involving 3,789 individuals. Additionally, this analysis conducted on a sample of 7,742 cases of women detained under the state of exception helps determine their situation and the reported assaults.
More Reports
Meanwhile, the Inter-American Commission on Human Rights (CIDH) mentions in its report on the second year of the state of exception in El Salvador, highlighting the situation of transgender women in prisons. “The CIDH highlighted the severe violence faced and suffered by trans women incarcerated in men’s prisons and requested the adoption of measures to protect their life and personal integrity,” it reported.
Regarding detention conditions, the CIDH found inadequate conditions of unsanitation, lack of hygiene, insufficient medical care, and inadequate access to water. These conditions resulted in various illnesses and indicated minimal measures for improvement.
Amnesty International also addresses the situation of incarcerated women concerning their sexual and reproductive freedoms, such as when facing legal proceedings for obstetric emergencies.
“The total abortion ban continued to be enforced, exposing women to imprisonment for charges related to obstetric emergencies, violating their sexual and reproductive rights. As a result of this ban, at least 21 women faced legal proceedings on charges related to obstetric emergency situations by the end of 2023,” Amnesty International stated in its report.
On this issue, women’s rights organizations, such as the Feminist Collective and the Organization of Salvadoran Women for Peace (Ormusa), have reiterated the need to review the situation of incarcerated women to ensure their guarantees and provide health care and support during and after pregnancy, among other needs. Furthermore, they emphasize that sexual abuse is an issue not being given the proper attention.
“We are warning; in addition to a profound overcrowding issue and lack of contact with family members, the prison conditions are deplorable. Although conditions had improved, there has been deterioration throughout the tenure of this government. The situation with packages not being received, the problem of diseases, particularly for those living with HIV, is a repeated case with other incarcerated women,” mentioned Angélica Rivas from the Feminist Collective. In cases handled by Cristosal, those responsible for these actions are often identified as police officers, armed forces members, and Metropolitan Agents Corps (CAM) who commit abuses or assaults by virtue of their positions.
Denial of Assaults
The Presidential Commissioner for Human Rights and Freedom of Expression, Andrés Guzmán, reiterates that despite what the reports and testimonies of former prisoners indicate, in El Salvador “there is no torture” and there is “not enough traceability to verify the veracity” of these statements.
“I reiterate that in the penal centers of El Salvador there are no tortures or similar mistreatment. We strive to maintain dignified conditions; we remain committed to ensuring that treatment within the prisons complies with international human rights standards, but with discipline,” he said.
“In relation to the CIDH’s statement about the severe violence faced by trans women incarcerated in men’s prisons, it is crucial to emphasize that there is not enough traceability to verify the veracity of this declaration. It is based on anonymous testimonies collected by officials whose identities have also not been revealed,” added the official.
Informes de organizaciones registran violencia de género dentro de prisión
Reportes de violencia sexual y de género en las privadas de libertad en el marco del régimen de excepción han sido documentados en diferentes informes de organizaciones de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, que piden al Estado tomar medidas urgentes.
Dichos documentos recopilan testimonios que mujeres que estuvieron en prisión y expusieron esas agresiones sexuales y violencia de parte de custodios, lo que según las organizaciones, “es una grave violación a los derechos humanos”.
Para el caso, la organización Cristosal presentó en julio de este año su informe “El silencio no es opción” en el que detalló, entre otros aspectos, la situación de las mujeres privadas de libertad y personas transexuales, quienes expusieron las agresiones sexuales, así como el hacinamiento y precaria atención de salud para enfermas y embarazadas en el marco del régimen de excepción.
“La violación, el abuso y las agresiones sexuales contra mujeres detenidas son cometidas, según testimonios recogidos por Cristosal, tanto por custodios penitenciarios como por otras mujeres. La desnudez forzada se ha normalizado por la falta de baños y puertas”, cita el informe de Cristosal, que expone la falta de atención y las condiciones de vulnerabilidad para las mujeres privadas de libertad.
De acuerdo con Zaira Navas, jefa Estado de Derecho y Seguridad de Cristosal, las mujeres son las principales afectadas en el régimen de excepción, tanto las que están en prisión como a las que le toca tomar las riendas del hogar. La violencia, reitera, es una constante a pesar de la negativa del Estado en reconocer tales abusos.
“Las mujeres son las principales personas en las que recae el costo humano del régimen de excepción. Es una investigación de violencia contra mujeres, niñez y adolescencia. Cientos de niñas y niños en desprotección de los cuales 176 están en orfandad. Miles de inocentes detenidos por más de dos años, sin investigación previa”, expuso.
Entre el 27 de marzo de 2022 y abril de 2024, Cristosal recibió 3,643 denuncias por abusos o violaciones de derechos, que involucran a 3,789 personas. Además, este análisis fue realizado sobre una muestra de 7,742 casos de mujeres detenidas bajo el régimen de excepción permite determinar la situación en que se encuentran y las agresiones relatadas.
Más informes
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hace mención en su reporte sobre el segundo año del régimen de excepción en El Salvador, que visibiliza la situación de las mujeres transexuales en las prisiones. “La CIDH destacó las graves violencias a las cuales están sujetas y han sufrido las mujeres trans privadas de libertad en prisiones de hombres y solicitó adoptar medidas que protegieran su vida e integridad personal”, expuso.
En relación con las condiciones de detención, la CIDH constató deficientes condiciones de insalubridad, falta de higiene, atención médica insuficiente, escaso e inadecuado acceso al agua. Estas condiciones habían resultado en diversos tipos de enfermedades e indicó medidas mínimas para mejorarlas.
Amnistía Internacional, en tanto, también se refiere a la situación de las privadas de libertad en lo referente a sus libertades sexuales y reproductivas, como por ejemplo cuando enfrentan un proceso judicial por emergencias obstétricas.
“Continuaba vigente la prohibición total del aborto, que exponía a las mujeres al encarcelamiento por cargos relacionados con emergencias obstétricas, lo que vulneraba sus derechos sexuales y reproductivos. A causa de ese veto, al menos 21 mujeres se enfrentaban a procedimientos judiciales por acusaciones referentes a situaciones de emergencia obstétrica al concluir 2023”, expuso en su reporte Amnistía Internacional.
Sobre esto, organizaciones defensoras de derechos de las mujeres, como el Colectivo Feminista y la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), han reiterado la necesidad de revisar la situación de las mujeres privadas de la libertad, ya que se debe velar por sus garantías y dotar de salud y cuidados ante, durante y después del embarazo, entre otros. Además, reiteran que el abuso sexual es un flagelo que no se le está dando la importancia.
Estamos advirtiendo, además de un tema de hacinamiento profundo y la falta de contacto con familiares, son las condiciones carcelarias que son lamentables, que se había mejorado la condición, pero se ha visto en todo el proceso de este gobierno una desmejora de las condiciones. Se da la situación que no se reciben los paquetes, está el problema de las enfermedades, sobre todo las que sufren VIH. Es un caso que se repite con otras mujeres privadas de libertad”, mencionó Angélica Rivas, del Colectivo Feminista.
En los casos atendidos por Cristosal, a menudo los señalados como responsables de estas acciones son agentes de Policía, miembros de la Fuerza Armada y de los Cuerpos de Agentes Metropolitanos (CAM), que cometen abusos o agresiones prevaliéndose de sus cargos.
Niega agresiones
El Comisionado Presidencial de Derechos Humanos y Libertad de Expresión, Andrés Guzmán, reitera que pese a lo señalado por los informes y testimonios de personas que salieron de prisión, en El Salvador “no hay torturas” y que no hay “trazabilidad suficiente para verificar la veracidad” de dichas afirmaciones.
“Reitero que en los centros penales de El Salvador no hay torturas ni ningún tipo de maltrato similar. Nos esforzamos por mantener condiciones dignas, seguimos comprometidos con garantizar que el trato dentro de las cárceles cumpla con los estándares internacionales de derechos humanos, pero con disciplina”, dijo.
“En relación con la afirmación de la CIDH sobre las graves violencias que sufren las mujeres trans privadas de libertad en prisiones de hombres, es fundamental subrayar que no existe trazabilidad suficiente para verificar la veracidad de dicha declaración. Esta se basa en testimonios anónimos, recolectados por funcionarios cuya identidad tampoco ha sido revelada”, agregó el funcionario.