At least nine owners of the 15 plots that constituted a business block in the Historic Center of San Salvador, adjacent to the National Palace, were forced to leave and sell their lands in less than a month for the rapid construction of the Jardín Centroamérica plaza. The project was advertised as the “revitalization” of the Center but involved forced evictions, threats, and incomplete purchase processes of the lands.
Three months after the government opened the plaza to the public and promoted it on social media during Bukele’s second term inauguration, public records from the Property and Mortgage Registry of the Centro Nacional de Registros (CNR) show that the 15 plots on which the government built the plaza are still registered under their original owners’ names and not the State’s.
The CNR information reveals that the last registration of one of the plots was done by its owner in 2018, and another by its owner in 2015. In no case have the properties been registered under any department of the Salvadoran government during 2024, when owners were notified that they had to evacuate and sell.
The eviction order began in April 2024. A witness to the authorities’ visits stated that they “informed that it had to be ceded, didn’t ask for permission, didn’t empathize. They forced their way in and said they would occupy, that it was going to be purchased, and it was best to take (the money) being offered,” the person explained. Another witness familiar with the takeover of these plots recounted that owners were told a professional would evaluate them to determine the property’s value, combined with their assessment of the land. Some considered that the offer didn’t match the property’s current value.
Two of those plots are valued, according to CNR records, at $261,000 and $650,000. So far, there is no public knowledge of whether the government has paid any amount to the owners to intervene in the block. However, by July 2024, at least one of them hadn’t received payment for the plots. In his case, the process wasn’t concluded, and he refused to comment further on the negotiation with the government.
Another person who witnessed the evictions claimed that there are owners still fighting for what they were offered and that when the plaza was already open to the public, the process with some of the owners hadn’t been finalized.
The Eviction
The removal of the vendors began on April 26, 2024. By then, the evictions were no longer just rumors; 38 days were enough for only the facade of the El Palacio hotel to be left standing. The San Salvador Mayoralty managed it under the narrative of “revitalization” and assured that the entire process was voluntary and built through dialogue with the affected parties. Those who opposed vacating were told they could face fines of up to $900.
This newspaper sought the capital mayoralty for further insight into the case and confirmed, through communications staff, that it promoted the removal of informal sales stalls located in the area. “That street was planned for recovery long before, and the merchants were already aware that at some point they had to clear the sidewalks and streets, according to meetings held with them since the beginning of the previous administration (2021-2024). After notifying them, they cleared out,” stated the mayoralty.
The Ministry of Public Works not only ended more than 60 businesses but also bypassed Legislative Decree 680 of August 21, 2008, which declared that block, along with another 141 surrounding blocks, as part of San Salvador’s Historic Center, a protection for the historical structures there.
The outlet also sought the positions of Public Works and the new Authority of San Salvador’s Historic Center Planning on the process of eviction and sale with the property owners; but to date, there hasn’t been a response.
That block would no longer be the business hub rooted there for years. At the time, tenants and owners reported receiving threats of eviction for anyone not legally registered.
By May 8, the machinery of the Ministry of Public Works had demolished nearly everything in its path on that block. It only left standing the old facade of the Hotel El Palacio, now draped in a blue tarp with the slogan: “Renewal in progress, we’ll be back soon.”
Despite the property registration processes being incomplete, the Jardín Centroamérica propaganda circulated on Casa Presidencial’s and officials’ social media from June 2, 2024, the day it opened to the public. The most recent post promoting the site’s transformation is from August 7, 2024, on the profile of X, the Minister of Public Works, Romeo Rodríguez. It features a 55-second timeline video announcing: “This is how Jardín Centroamérica was built.”
Three months after the plaza’s inauguration, under the blazing sun of a late August afternoon, people who pass through the area daily begin to get used to the place, while others show curiosity to visit the garden, which to this day remains registered under the names of its original owners.
Los verdaderos dueños del Jardín Centroamérica
Al menos nueve propietarios de 15 parcelas que conformaban una manzana de negocios en el Centro Histórico de San Salvador, a un costado del Palacio Nacional, fueron forzados a abandonar el lugar y vender sus terrenos en menos de un mes para la construcción exprés de la plaza Jardín Centroamérica. El proyecto fue publicitado como la “revitalización” del Centro, pero implicó desalojos forzados, amenazas y procesos inconclusos en la compraventa de los terrenos.
Tres meses después que el Gobierno habilitara la plaza al público y la publicitara en las redes sociales en el marco de la toma de posesión del segundo mandato de Bukele, los documentos públicos del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas del Centro Nacional de Registros (CNR) dan cuenta que las 15 parcelas sobre las que el gobierno construyó la plaza todavía se encuentran a nombre de sus dueños y no del Estado.
La información del CNR detalla que la dueña de una de las parcelas realizó la última inscripción de la propiedad en 2018, otra propietaria lo hizo en 2015. En ningún caso existe la inscripción de las propiedades a nombre de alguna dependencia del Gobierno salvadoreño durante 2024, cuando les notificaron a los dueños que tenían que desalojar y vender.
La orden de desalojo ocurrió a partir de abril de 2024. Una persona que presenció las visitas de las autoridades narra que les “avisaron que había que ceder, no pidieron permiso, no empatizaron. Se metieron a la fuerza y dijeron que iban a ocupar, que se iba a comprar y que era mejor que agarraran (el dinero) lo que estaban ofreciendo”, expuso.
El relato de otra persona que conoció de cerca cómo fueron arrebatadas esas parcelas sostiene que a los propietarios se les dijo que un profesional las evaluaría para determinar el valor de los inmuebles, sumado a la evaluación que cada uno tuviera sobre el terreno. Algunos consideraron que la oferta no se acercaba al valor actual de la propiedad.
Dos de esos terrenos están valorados, según registros del CNR, en $261,000 y $650,000. Hasta la fecha, no se conoce de manera pública si el Gobierno ha entregado algún monto a los propietarios para poder intervenir la manzana. Sin embargo, hasta julio de 2024, al menos uno de ellos no había recibido el pago de las parcelas. En su caso, el proceso no se había concluido y y se negó a comentar más detalles sobre la negociación con el gobierno.
Otra persona que presenció los desalojos aseguró que hay propietarios que todavía pelean por lo que les ofrecieron y que cuando la plaza ya estaba abierta al público, el proceso con algunos de los dueños no se había consumado.
El desalojo
El desplazamiento de los vendedores inició el 26 de abril de 2024. Para ese entonces, los desalojos ya no eran solo rumores, 38 días fueron suficientes para que en el lugar solo quedara en pie la fachada del hotel El Palacio. La Alcaldía de San Salvador lo manejó bajo el discurso de la “revitalización” y aseguró que todo el proceso era voluntario y estaba construido mediante el diálogo con las partes afectadas. En caso de oponerse a desocupar se les dijo que podrían incurrir en multas de hasta $900.
Este periódico buscó a la alcaldía capitalina para ahondar sobre el caso y confirmó, a través de personal de comunicaciones, que promovió el retiro de los puestos de venta informales que se ubicaban en la zona. “Esa calle estaba contemplada desde antes en su recuperación y los comerciantes ya sabían que en algún momento debían de liberar las aceras y las calles, de acuerdo a las reuniones que se mantienen con ellos desde inicio de la gestión anterior (2021-2024). Luego de notificarles ellos realizaron la liberación”, sostuvo la alcaldía.
El Ministerio de Obras Públicas no solo terminó con más de 60 negocios, también se llevó de paso el Decreto Legislativo 680 del 21 de agosto de 2008, en que se declaró que esa cuadra, así como otras 141 manzanas aledañas conformarían el Centro Histórico de San Salvador, una protección a las estructuras históricas del lugar.
Este medio también buscó las posturas de Obras Públicas y la nueva Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador sobre el proceso de desalojo y compraventa con los propietarios del inmueble; pero hasta la fecha no ha habido respuesta.
Aquella manzana ya no sería la cuadra de negocios que se enraizaron por años en ese lugar. En ese entonces, inquilinos y propietarios denunciaron que recibieron amenazas de desalojo a todo el que no estuviera legalmente inscrito.
Al 8 de mayo, la maquinaria del Ministerio de Obras Públicas había demolido casi todo a su paso en esa manzana. Únicamente dejó en pie la antigua fachada del Hotel El Palacio, que ahora luce cubierta con una carpa azul con la leyenda: “Renovación en progreso, regresamos pronto”.
Aún con los procesos de registro de la propiedad sin concluir, la propaganda del Jardín Centroamérica circuló en las redes sociales de Casa Presidencial y funcionarios, desde el 2 de junio de 2024, el día en que abrió al público. La publicación más reciente que promociona la transformación del sitio es del 7 de agosto 2024 en el perfil de X del ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez. En ella se aprecia un video de una línea de tiempo de 55 segundos anunciado: “Así se construyó el Jardín Centroamérica”.
Tres meses después de inaugurada la plaza, bajo el sol ardiente de una tarde a finales de agosto, la gente que transita la zona a diario comienza a acostumbrarse al lugar, mientras que otros muestran curiosidad por entrar a conocer el jardín que hasta hoy sigue registrado a nombre de sus dueños originales.