When students run out of the water they brought from home in plastic bottles, they must drink untreated rainwater stored in tanks; in other instances, a nearby store gives them filtered water in small bags, explains Arquímides Melgar, director of the Centro Escolar Caserío El Bañadero, located in the El Peñón canton of the Sociedad district in Morazán Sur.
However, the daily difficulty of accessing water is not the only challenge faced by students; the access road to their school is also a daunting task.
The path to school resembles crossing a creek, filled with stones; more than one child or adult has stumbled along the way and injured themselves in an effort to navigate this road.
The school accommodates 47 students from preschool to sixth grade, who are grouped in integrated classrooms; there are also three teachers, including the director.
In Caserío El Bañadero, there are about 86 families, none of whom have access to potable water; to get water, they must store rainwater in containers.
A kilometer away, there is a river where the community washes clothes, and in the summer, it serves as their water supply; they carry the water back to their homes in jugs.
The community notes that the school director makes an effort to bring potable water in barrels or bags to the children, traveling from his home in the Moncagua district in San Miguel to the caserío; however, at times, it is difficult because the vehicle struggles to ascend the slope leading to the school.
Arquímides Melgar explained that last week they were visited by the mayor of Morazán Sur, Cedrick Vásquez, and district chief Óscar Hernández Torres, who met with parents and teachers.
The educational community requested the mayor to prioritize repairs to the access road to the school, as well as a potable water project for the caserío.
“We ask them to pave the slope because during the rainy season, it is dangerous to walk there, and we teachers often have to hold the children’s hands to help them down the slope, as several have fallen, including one mother who fractured her foot,” Melgar added.
The director, who oversees a grade, stated that the community has many needs, not only regarding access to potable water and improved roads but also transportation.
“As there is only one session until noon, I sometimes travel home, and the children always wait for me to take them back or bring them in the car to save the $0.25 bus fare,” said the director.
Teachers also join the community’s call and request the central government to initiate a potable water project, considering that there is already a well constructed by the Sociedad municipality several years ago, but the project was left abandoned.
Óscar Hernández Torres, the district director of Sociedad, stated that they have already met with the El Bañadero community to restructure the local board and better coordinate efforts.
“We will work in partnership, meaning we will provide materials like cement, gravel, and sand, and the community will execute the project for the access road to the school,” he declared.
Hernández Torres noted that the caserío already has a well with significant water capacity, built by the Sociedad municipality between 2018 and 2019, but due to a lack of funds for the municipality, the construction of the tank could not continue, leaving the project unfinished.
“We have already conducted studies and have a technical profile to manage the project for bringing potable water from the existing well to the school and the rest of the caserío; we need to focus on constructing a tank and the distribution network, but we hope that this will be accomplished through management efforts,” Hernández Torres added.
Lilian Cárcamo, owner of the store adjacent to the school, supports children when they run out of water.
“There are many needs in the caserío, but the most important thing is water for the children and the entire community, along with the access road to the school, as you can see how many children fall because it doesn’t work; it looks like a creek,” she commented.
“The children come to ask me for a little bag of water, and how can I deny them water when they ask out of necessity? This is the reality we have in the community; when we can, we buy up to $20 worth of water in tanks, but that lasts us eight days,” Cárcamo added.
Óscar Cruz, a resident, explained that the neighbors have purchased truckloads of gravel, and with the support of a local machine operator, they repair the access road to the educational center two to three times a year; however, it quickly deteriorates.
“We are abandoned by the government here (…) the most damaged roads cannot be this way,” Cruz added.
According to the United Nations Development Programme (UNDP) report, in 2023, the population of Morazán Sur stood at 130,870 residents, with 23.4 percent of households lacking piped water service.
Alumnos consumen agua lluvia en escuelita de Morazán
Cuando a los alumnos se les termina el agua que llevaron desde sus casas a la escuela en botellas plásticas, deben tomar agua lluvia, sin ningún tratamiento, almacenada en los tanques; en otras en ocasiones en la tienda cercana les regalan agua filtrada en pequeñas bolsa, explica Arquímides Melgar, director del Centro Escolar Caserío El Bañadero del cantón El Peñón en el distrito de Sociedad, en Morazán Sur.
Pero la dificultad diaria del acceso al agua no es lo único que enfrentan los estudiantes; también la calle de acceso a su escuela es un reto transitarla.
El camino a la escuela es más parecido a recorrer una quebrada, llena de piedras; más de un niño o adulto ha tropezado en el trayecto y se ha lastimado en el afán de poder pasar por esa calle.
En la escuela hay 47 estudiantes desde parvularia a sexto, quienes están distribuidos en aulas integradas; además, hay tres docentes incluyendo el director.
En el caserío El Bañadero hay unas 86 familias y ninguna de las viviendas cuentan con acceso a agua potable, y para abastecerse deben almacenar en recipientes el agua lluvia.
A un kilómetro de distancia hay un río donde la comunidad va a lavar la ropa, y en verano es la fuente de su suministro de agua; de ese caudal llevan en cántaros el agua hasta cada vivienda.
La comunidad comenta que el director de la escuela hace el esfuerzo de llevarles agua potable en barriles o en bolsas a los niños, desde su casa en el distrito de Moncagua en San Miguel, hasta el caserío; pero en ocasiones es difícil porque el vehículo no logra subir la cuesta del camino que lleva al centro escolar.
Arquímides Melgar, director de la escuela, explicó que la semana pasada recibieron la visita del alcalde de Morazán Sur, Cedrick Vásquez, y del jefe de distrito Óscar Hernández Torres, quienes se reunieron con los padres de los alumnos y docentes.
La comunidad educativa pidió al alcalde que priorice la reparación de la calle de acceso a la escuela; además de un proyecto de agua potable para el caserío.
“Les pedimos que pavimentarán la cuesta porque durante el invierno es un peligro caminarla y a los docentes nos toca que llevar a los niños agarrados de las manos para ayudarlos a bajar la cuesta, porque ya varios se han caído, hasta una madre de familia y se fracturó un pie”, agregó Melgar.
El director, que tiene un grado a cargo, manifestó que en la comunidad hay muchas necesidades no solo del acceso a agua potable, mejora de calles, sino también de transporte.
“Como solo hay un turno hasta el mediodía, a veces viajo para mi casa y los niños siempre esperan que los lleve o los traiga en el carro y así se ahorran los $0.25 centavos que pagan de pasaje”, dijo el director.
Los docentes también se unen al llamado de la comunidad y piden al Gobierno Central un proyecto de introducción de agua potable, tomando en cuenta que ya existe un pozo que la alcaldía de Sociedad construyó hace varios años, pero la obra quedó abandonada.
Óscar Hernández Torres, director del distrito de Sociedad, manifestó que ya se reunieron con la comunidad de El Bañadero para reestructurar la directiva del lugar y coordinar mejor el trabajo.
“Vamos a trabajar en contrapartida, es decir que nosotros vamos a proporcionarles los materiales como cemento, grava y arena y la comunidad ejecutará el proyecto de la cuesta de acceso a la escuela”, declaró.
Hernández Torres expuso que en el caserío ya cuentan con un pozo que tiene bastante capacidad de agua, la construyó la municipalidad de Sociedad, entre el 2018 y 2019, debido a la falta de fondos para la comuna fue difícil continuar con la construcción del tanque, por ese motivo quedó inconcluso la obra.
“Ya tenemos los estudios y un perfil de la carpeta técnica para gestionar el proyecto de la introducción de agua potable desde el pozo que ya existe hasta la escuela y el resto del caserío; es de trabajar en la construcción de un tanque y la red de impelencia pero eso esperamos que se haga con gestiones”, agregó Hernández Torres.
Lilian Cárcamo es la propietaria de la tienda que está ubicada contiguo a la escuelita, es la que apoya a los niños y niñas cuando se les termina el agua.
“Hay varias necesidades en el caserío pero lo más importante es el agua para los niños y toda la comunidad, y la entrada a la escuela porque viera cuántos niños se caen porque eso no sirve, parece una quebrada”, comentó.
“Los niños me vienen a pedir que les regalen una bolsita con agua y como negarles un el aguita si ellos piden por necesidad porque esa es la realidad que tenemos en la comunidad; cuando podemos compramos hasta $20 de agua en tanques pero eso nos dura ocho días”, añadió Cárcamo.
Óscar Cruz, habitante, explicó que entre los vecinos han comprado volquetas de material balasto y con el apoyo de la máquina de un lugareño reparan de dos a tres veces al año el acceso al centro educativo; pero rápido se daña.
“Aquí estamos en abandono por parte del Gobierno (…) las calles más dañadas no pueden estar”, agregó Cruz.
Según el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el 2023 el municipio de Morazán Sur, la población era de un total de 130,870 habitantes; donde el 23.4 por ciento de hogares sin servicio de agua por cañería.