“The truth is that we are afraid we are going to lose customers because out there (in the agromercados) they are selling cheaper, and here people are coming less,” commented Armando, a vendor from the Mejicanos market, as he packed bags of tomatoes.
Many market vendors, like Armando, who agreed to speak with this media outlet on the condition of anonymity, fear the situation will worsen when the agromercados, managed by the Ministry of Agriculture and Livestock (MAG), are no longer operating, and the so-called supply centers announced by Nayib Bukele begin operations.
The goal of these centers, as stated by the Executive, is to ensure sustained long-term reduction in food prices and to increase producers’ profits.
However, vendors assert that they refrain from expressing concerns about these potential impacts for fear that authorities will retaliate by removing their assigned stalls.
“We are afraid they will take away our stalls and retaliate against us for speaking out. That they will leave us without our stalls,” said another vendor from Mejicanos. This scene was also repeated at the Cuscatancingo market, where vendors, however, declined to comment even anonymously.
When asked whether their respective municipalities had addressed the issue of the potential impacts that the operation of these supply centers would bring and whether measures could be taken to minimize their impact on vendors, two councilors denied that the problem had even been discussed in meetings.
Mario Sandoval, a councilor from the La Libertad Norte municipality, stated that the topic has not been raised in the municipal council and foresees that it might not be discussed at all “since it is a presidential directive, and for them, it is written in stone.”
For his part, Simón Paz, a councilor from San Salvador Centro, noted that the decision “creates competition for the vendors who have stalls inside the markets and for which they are paying,” but agreed with Sandoval that it is likely the issue will not be addressed within the municipal council.
During the presidential announcement of the creation of the supply centers on July 16th, Bukele specified that the first of these is already nearing completion at the former SITRAMSS facilities in Soyapango and indicated that several more would be opened in the future, to be managed by private entities, without detailing the number or location of these centers.
The existence of the supply centers is based on the Comprehensive Agricultural Marketing Law (LICA), approved on August 29, 2023, by the previous Legislative Assembly, which regulates the so-called National Agricultural Supply System composed of seven subsystems; one of which is precisely those centers.
However, contrary to what Bukele informed, characterizing them as points where the population can buy as in a common market, the regulation indicates that these centers will serve a different purpose.
In its Article 9, the law states: “The Supply Centers Subsystem will fulfill the functions of storage, transformation, and distribution of agricultural products under optimal conditions of quality, economic yield, and storage, with the purpose of supplying existing public, private, or mixed markets.”
Comerciantes de mercados temen afectaciones por centrales de abasto
“La verdad es que aquí tenemos miedo de que vamos a perder a los clientes, porque ahí afuera ellos (en los agromercados) están dando más barato, y aquí la gente ya viene menos”, comentó Armando, un vendedor del mercado de Mejicanos, mientras empacaba bolsas de tomates.
Muchos comerciantes de mercados municipales como Armando, quien accedió a hablar con este medio bajo condición de anonimato, temen que el panorama empeore cuando dejen de funcionar los agromercados, gestionados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y entren en operación las denominadas centrales de abasto, anunciadas por Nayib Bukele.
El objetivo de dichos centros, según lo expresado por el Ejecutivo, es que los precios de los alimentos baje de una manera sostenida y a largo plazo, y que los productores ganen más.
Los comerciantes aseguran, sin embargo, que evitan expresarse sobre esas eventuales afectaciones por miedo a que las autoridades, en represalia, les retiren los puestos que actualmente ya tienen asignados.
“Tenemos miedo que nos quiten los puestos y que tomen represalias en contra de nosotros por denunciar. Que nos dejen sin nuestros puestos”, dijo otro vendedor de Mejicanos. Una escena que se repitió también en el mercado de Cuscatancingo donde los comerciantes, sin embargo, declinaron dar declaraciones incluso desde el anonimato.
Consultados sobre si en sus respectivas alcaldías se ha abordado el tema de las posibles afectaciones que traería la entrada en funcionamiento de dichas centrales y las medidas que se podrían tomar para minimizar su impacto en los comerciantes, dos concejales negaron que la problemática haya sido siquiera llevada a reunión.
Mario Sandoval, concejal de la alcaldía de La Libertad Norte, afirmó que el tema no ha sido tocado en el concejo municipal y prevé incluso que podría no abordarse “ya que es una disposición del presidente, y para ellos es palabra escrita en piedra”.
Por su parte, Simón Paz, concejal de San Salvador Centro, señaló que la decisión “le genera competencia a las vendedoras y vendedores que tienen puestos al interior de los mercados y por los cuales están pagando”, pero coincidió con Sandoval en afirmar que es probable que el tema no se toque dentro del concejo municipal.
Durante el anuncio presidencial de la creación de las centrales de abasto, realizado el 16 de julio pasado, Bukele precisó que la primera de estas ya se está terminando de edificar en las antiguas instalaciones del SITRAMSS, en Soyapango, y adelantó que en el futuro se abrirían varias más, que serían administradas por privados, pero sin detallar el número ni la ubicación de las mismas.
La existencia de las centrales de abasto está sustentada en la Ley Integral de Comercialización Agropecuaria (LICA), aprobada el 29 de agosto de 2023 por la anterior Asamblea Legislativa, que regula el denominado Sistema Nacional de Abastecimiento Agropecuario, compuesto por siete subsistemas; uno de ellos precisamente el de dichos centros.
Sin embargo, a diferencia de lo informado por Bukele que se refirió a estos como puntos que servirán para que la población pueda comprar como en un mercado común, la normativa refiere que las referidas centrales cumplirán una finalidad diferente.
En su artículo 9, la ley reza: “El Subsistema de Centrales de Abasto (…) cumplirá las funciones de almacenamiento, transformación y distribución de los agroproductos en óptimas condiciones de calidad, rendimiento económico y almacenaje, con el propósito de abastecer a mercados públicos, privados o mixtos existentes”.