Healthcare prices in El Salvador have increased at a much faster pace than the average for other products since at least August 2023, according to official information from the Central Reserve Bank (BCR).
The annual inflation rate for the 19 items comprising the Healthcare division in the Consumer Price Index (CPI), calculated monthly by the BCR, has been up to more than triple the average. This specific record occurred in February 2024, when the general inflation was only 0.8%, while the Healthcare inflation stood at 2.62%.
This division consists of 19 items grouped into three categories: medical devices and equipment; outpatient services; and hospitalization services. All these components belong to the private sector.
The higher inflation rate for healthcare since August 2023 breaks a 25-month (over two years) trend that started in July 2021, during which the price increase in this division remained below average. This period coincided with El Salvador’s economy beginning to show improvements after the pandemic.
Healthcare prices increased more rapidly during the pandemic due to general deflation (price drops) while healthcare costs increased because more people required these types of products and services.
“What we can observe is the increase in both consultations and procedures in the private sector, as well as the rising cost of daily stays and bed use in a hospital. It is alarming in a capitalist system, where health is seen as a commodity,” says Dr. Rafael Aguirre, General Secretary of SIMETRISSS.
For economist Tatiana Marroquín, this trend should be a concern for the population, on the same level as food, which has experienced inflation above the general rate since October 2024 when prices began to escalate.
It is not possible to precisely determine which of the 19 items has had a significant weight in the increases, preventing an accurate diagnosis of the issue. However, the population is feeling the impact, for example, in the purchase of medications.
Meanwhile, on July 10, the President of the Republic, Nayib Bukele, ordered an investigation into “unjustified” price increases for insecticides and repellents in pharmacies, hardware stores, and supermarkets amid a dengue outbreak.
The government-run Consumer Protection Agency sent “information requests to suppliers of major pharmacy, hardware, and supermarket chains that sell mosquito and insect repellents and insecticides,” the agency said in a statement. Little more has been heard from public institutions on the issue.
According to Tatiana Marroquín, healthcare is a unique division in the Consumer Price Index (CPI) since the user has limited bargaining options. Therefore, it must be much more regulated by authorities.
“Supply of healthcare-related services and products is of an inelastic nature and does not respond as much to demand, as in the case of other economic sectors. Healthcare, on the other hand, is a human right that must be provided by the State when a person is unable to afford private options,” Marroquín remarks.
For Marroquín, in a scenario of rising healthcare prices, the State should invest in increasing the quantity and quality of public care.
However, with the increase in the budget for compensation and a reduction in permanent remunerations in the Ministry of Health and Public Hospitals, it appears the strategy is different, as Marroquín points out.
Los precios de la salud han aumentado con más velocidad que el promedio en El Salvador
Los precios relacionados con la salud en El Salvador han aumentado a una velocidad mucho mayor que el promedio de los demás productos al menos desde agosto de 2023, según información oficial del Banco Central de Reserva (BCR).
La inflación interanual de los 19 artículos que componen a la división de Salud en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que calcula mes a mes el BCR, ha llegado a ser más del triple que la media. Ese registro en concreto ocurrió en febrero de 2024, cuando la inflación general fue de apenas 0.8 %, mientras que la de Salud se colocó en el 2.62%.
Esta división está compuesta por 19 artículos, los que se agrupan en tres clases: artefactos y equipos médicos; servicios para pacientes externos; y servicios de hospitalización. Corresponden, obviamente, todos al sector privado.
Que desde agosto de 2023 la inflación de la salud sea mayor que la general rompe con una tendencia de 25 meses (más de dos años) iniciada en julio de 2021, en la que el aumento de precios de esta división se había mantenido por debajo del promedio. Ese mes fue uno en el que El Salvador comenzaba a mostrar mejoras en su economía después de los estragos de la pandemia.
La salud aumentó con más velocidad sus precios en el periodo de la pandemia, sobre todo porque la generalidad presentó deflaciones (bajadas de precio), mientras que la salud aumentó sus costos porque más personas requerían de este tipo de productos y servicios.
“Lo que podemos observar es el incremento tanto de consulta como de los procedimientos en el área privada, como el encarecimiento del día de estancia y la utilización de cama en un hospital. Es alarmante en un sistema capitalista donde la salud es vista como una mercancía”, dice el secretario general del SIMETRISSS, el doctor Rafael Aguirre.
Para la economista Tatiana Marroquín, esta tendencia debería ser preocupante para la población al mismo nivel que en los alimentos, que han contado con una inflación mayor a la general desde octubre de 2024, cuando empezó la escalada de precios.
No es posible saber con precisión cuál de todos los 19 artículos ha tenido un mayor peso en los aumentos, por lo que todavía no es posible dar un diagnóstico preciso del problema. Sin embargo, la población resiente un aumento, por ejemplo, en la compra de medicamentos.
Por otro lado, el primer mandatario de la República, Nayib Bukele, ordenó, el miércoles 10 de julio, abrir una investigación por los aumentos “injustificados” de precios de insecticidas y repelentes en farmacias, ferreterías y supermercados, en medio de un brote de dengue.
La estatal Defensoría del Consumidor entregó “requerimientos de información a proveedores de las principales cadenas de farmacias, ferreterías y supermercados que comercializan repelentes e insecticidas contra los zancudos y mosquitos”, dijo la entidad en un comunicado. Poco más se ha oído hablar desde las instituciones públicas sobre el tema.
Para Tatiana Marroquín, la Salud es una división especial en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), pues el usuario tiene pocas posibilidades de negociación. Por lo tanto, debe estar mucho más regulado por las autoridades.
“La oferta de los servicios y productos relacionados con la salud es de naturaleza inelástica y no responde tanto a la demanda, como en el caso de otros rubros de la economía. La salud, por otro lado, es un derecho humano, que tiene que ser brindado por el Estado cuando una persona no está en la capacidad económica para recurrir a lo privado”, comenta Marroquín.
Para la economista, en un escenario de aumento de precios a la salud, desde el Estado se debería apostar por el aumento en la cantidad y la calidad de la atención pública.
Sin embargo, con el hecho de que se ha aumentado el presupuesto para indemnizaciones y se ha reducido el de remuneraciones permanentes en el Ministerio de Salud y en los Hospitales Públicos, da la impresión de que la estrategia es otra, según apunta Marroquín.
Los 19 artículos de la división Salud
Productos, artefactos y equipos médicos: Alcohol desinfectante, analgésicos, vitaminas y minerales, medicamentos digestivos, antibióticos, medicamentos dermatológicos, medicamentos para la diabetes, , antigripales, medicamentos hipertensivos, medicamentos para el corazón, medicamentos para vías respiratorias, medicamentos para gastritis y sueros.
Servicio para pacientes externos: Consulta a médico general, consulta a médico especialista, consulta a dentista, y colocación de dentadura postiza.
Servicios de hospital: Hospitalización, laboratorios de análisis médicos y centros radiográficos no especificados.
La industria nacional de los medicamentos
Las compras del gobierno a los laboratorios nacionales fueron mucho menores en 2023 que en 2022, según reflejan los datos del informe anual de la Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (INQUIFAR).
A septiembre de 2023, el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) había comprado $21.2 millones de medicamentos, pero de estos solo $1.6 millones fueron medicamentos de origen local y el resto fueron extranjeros. Un año antes, en 2022, estas compras a la industria nacional habían sumado $16.5 millones.
Por otro lado, los medicamentos producidos en El Salvador comprados por el Ministerio de Salud totalizaron $4.8 millones, mientras que el resto ($19.3 millones) fueron adquiridos a extranjeros. En 2022, las compras de medicamentos locales fueron de $17 millones.
Sin embargo, la industria farmacéutica salvadoreña ha visto un constante crecimiento de sus exportaciones en la última década. En 2009, fueron $100.4 millones. Al cierre de 2023, esta cifra fue de $182.7 millones, siendo la segunda cifra más alta del periodo analizado.
El mejor año fue 2021, cuando alcanzó ventas por $190.49 millones; y el peor, 2022, cuando solo exportó $169.35 millones.