The direct statement made by Donald Trump last Thursday, claiming that the reduction of crime in El Salvador is due to the country sending criminals to the United States, was analyzed by academics and politicians who offered varying interpretations on how to assess and understand the Republican candidate’s comments.
Initially, given the context of migration, specialist Celia Medrano stressed that Trump’s rhetoric is dangerous because it seeks to endorse anti-immigrant or xenophobic policies.
“A dangerous discourse that only aims to justify mass deportations and violations of the right to international protection for thousands of migrants seeking asylum in the United States,” Medrano emphasized.
“Agreeing to the narrative that a Salvadoran migrant is equivalent to a criminal, terrorist, or gang member supports anti-immigrant policies rooted in xenophobia and racism, which may hold high electoral capital but lack real foundation,” the specialist insisted.
Then, taking a more political view, lawmaker and head of the ARENA party faction, Marcela Villatoro, considered that Trump’s words may be a warning that he is aware of the accusations against Nayib Bukele’s government regarding alleged pacts with gangs.
“The United States may lead this government to believe they are allies, but at the same time, they could be conducting an investigation that will ultimately demand accountability and uncover the truth of what this government tries to conceal,” Villatoro observed.
The lawmaker pointed out that the Salvadoran government must find a way to handle the relationship cordially to avoid putting Salvadorans residing in the United States at risk. “The relationship with the United States, with Donald Trump in power, must always be cordial and a priority,” she noted.
International Politics
Finally, in the realm of international relations, two specialists agreed that Trump’s words reflect that the Republican Party is not as close to Bukele as he would like to portray.
“While some conservatives venerate Bukele, a significant portion of the judicial and security apparatus in the U.S. believes that Bukele is allowing gang leaders to escape to the United States. This argument is reinforced by the fact that Bukele allowed two of his appointees to serve while they were sanctioned as accomplices of gangs,” wrote Ricardo Valencia, an assistant professor at California State University, Fullerton, and a doctor in communications.
Meanwhile, for international relations expert Napoleón Campos, it is essential to remember Trump’s previous term in the White House to evaluate his words: “It’s clear that Trump has never viewed Bukele as a friend or an ally, but rather as a pawn who previously served him through the safe third country agreements.”
“How many filters does a speech go through and for what purpose? Just imagine how these terms of Trump’s discourse have survived,” reflected Campos.
Académicos con diversas lecturas tras mensaje de Trump en el que mencionó a El Salvador
El señalamiento directo hecho por Donald Trump el pasado jueves, al asegurar que la reducción de criminalidad en El Salvador es debido a que el país envía criminales hacia Estados Unidos, fue analizado por académicos y políticos, que hicieron lecturas diversas sobre cómo evaluar y entender los dichos del candidato republicano.
En primer momento, y por tratarse de una expresión en el contexto migratorio, la especialista en el tema Celia Medrano aseguró que el discurso de Trump es peligroso porque busca avalar políticas antiinmigrantes o xenófobas.
“Un discurso peligroso que solo busca justificar deportaciones masivas y violación al derecho a proteccion internacional a miles se migrantes que buscan asilo en Estados Unidos”, señaló Medrano.
“El prestarnos al discurso de que una persona migrante salvadoreña es igual a un criminal, terrorista o pandillero es avalar politicas antimigrantes basadas en xenofobia y racismo, de alto capital electoral pero sin fundamento real”, insistió la especialista en el tema.
Luego, con una visión más política del asunto, la diputada y jefa de fracción del partido ARENA, Marcela Villatoro, consideró que las palabras de Trump pueden ser un aviso de que este es conocedor de los señalamientos al gobierno de Nayib Bukele sobre acusaciones de pactos con pandillas.
“Los Estados Unidos pueden hacerle creer a este gobierno que son aliados pero al mismo tiempo llevar a la par una investigación que a su momento exigirá culpables y la verdad de lo que tanto oculta este gobierno”, consideró Villatoro.
La legisladora señaló que el gobierno de El Salvador debe buscar una forma de manejar la relación de forma cordial, para evitar poner en riesgo a los salvadoreños radicados en Estados Unidos. “La relación con los Estados Unidos ganando Donald Trump siempre debe ser cordial y prioritaria”, apuntó.
Política internacional
Finalmente, en el campo de las relaciones internacionales, dos especialistas en el tema coincidieron en que las palabras de Trump reflejan que el partido republicano no es tan cercano a Bukele como este lo quiere hacer creer.
“Si bien algunos conservadores veneran a Bukele, una buena parte del aparato judicial y de seguridad de EUA cree que Bukele está permitiendo que los líderes de las pandillas escapen a Estados Unidos. Un argumento reforzado por el hecho de que Bukele permitió que dos de sus designados sirvieran mientras estaban sancionados como cómplices de pandillas”, escribió Ricardo Valencia, profesor asistente de la Universidad Estatal de California Fullerton y doctor en comunicaciones.
Mientras, para el doctor en relaciones internacionales Napoleón Campos, para evaluar las palabras de Trump debe recordarse su anterior paso por la Casa Blanca: “Está claro que Trump siempre ha visto a Bukele no como un amigo ni aliado, sino como un peón, que le sirvió antes por los acuerdos de tercer país seguro”.
“Cuántos filtros pasa un discurso y para que, imagínense, para que haya sobrevivido estos términos del discurso de Trump”, reflexionó Campos.