Ana Mercedes García waits eagerly for her son, who received his release order last October. Yet, the authorities at Mariona prison have not released him. She is worried because she hasn’t heard from her son and, not seeing him, fears the worst.
“My concern is that he could be sick or worse. If he’s fine, why won’t they give him to me? But if he’s no longer alive, how will they deliver him to me then? At least have the courage to tell me if my son is alive or dead. Every month I borrow money to deposit for his food, $105 goes to his package each month, and I want to know if he receives it,” she said.
When the Fiscalía General de la República (FGR) handed her the release order last October, she rushed to the Esperanza prison, better known as Mariona, to bring her son home. But nine months have passed, and she still faces uncertainty because the prison refuses to release him.
“They told me at the prison that this document is not valid. My God, how I felt and how I feel because I think the worst. I don’t know how he is, if he’s healthy or sick, but every time I go, they tell me there’s no response,” explained Carmen, about the replies she gets.
After receiving the first response, she went back to the Fiscalía to tell them that they had not released her son, and the case attorney simply said he didn’t understand why the order wasn’t being followed but that they unfortunately couldn’t do anything. The Constitutional Chamber hasn’t resolved anything either. She presented a habeas corpus for her son a year ago, and they still tell her it hasn’t been resolved.
“My son was captured on May 10, 2022. That day is unforgettable for me; I think of him all the time, and I don’t understand why they took him,” the mother laments.
On the day of her son’s capture, Mercedes recalls the police saying they had arrested him in a group on the street, but she insists that’s a lie, as her son was at home when they took him out around 5:30 in the afternoon. The young man worked as a mason and sometimes repaired air conditioners. “They were informal jobs, but he was not a criminal,” assures his mother. “He always earned his food and helped me,” she added with great pride.
“We limit ourselves in many ways to send him the package. There are times we only eat tortillas with salt or just have one meal, and it’s complicated because if we eat well, he’s left without eating,” she lamented.
“Mi hijo tiene su carta de libertad, ¿por qué no me lo entregan?”, cuestiona madre de detenido en régimen
Ana Mercedes García espera con ansias a su hijo, quien desde octubre del año pasado recibió su orden de libertad. Aún así las autoridades en el penal de Mariona no lo han soltado. Ella está preocupada porque no sabe de su hijo y al no verlo piensa lo peor.
“Mi preocupación es que él puede estar enfermo o peor. Si no tiene nada, ¿por qué no me lo dan? Pero si ya no existe, ¿cómo me lo van a entregar entonces? Al menos tuvieran el valor de decirme si mi hijo está vivo o está muerto. Yo mensual presto dinero para depositarle su comida, cada mes se me van $105 para su paquete, y quiero saber si le llega”, aseguró.
Cuando la Fiscalía General de la República (FGR) le entregó la orden de libertad, en octubre pasado, ella fue rápido al centro penal la Esperanza, mejor conocido como Mariona, para llevarse a su hijo a casa. Pero ya lleva nueve meses con la incertidumbre de no saber qué hacer, porque en el penal no se lo quieren entregar.
“En el penal me dijeron que este documento no es válido. Dios mío, cómo me sentí y cómo me siento porque pienso lo peor. Yo no sé cómo estará, si está alentado o si está enfermo, pero cada vez que llegó me dicen que no hay respuesta”, explicó Carmen, sobre las respuestas que dan.
Desde la primera respuesta que recibió optó por regresar a la Fiscalía a decirles que no le entregaron a su hijo y el fiscal del caso solo le dijo que no entendía por qué no obedecían la orden, pero que lamentablemente no podían hacer nada. En la Sala de lo Constitucional tampoco le resuelven. Desde hace un año presentó un habeas corpus por su hijo y hasta la fecha aún le dicen que no lo han resuelto.
“A mi hijo lo capturaron el 10 de mayo de 2022. Ese día será inolvidable para mí, a cada rato me acuerdo de él y no entiendo por qué se lo llevaron”, lamenta esta madre.
El día de la captura de su hijo, Mercedes recuerda que la Policía dijo que lo habían agarrado en grupo en la calle, pero ella dice que eso es mentira, que su hijo estaba en su casa y de allí lo fueron a sacar a eso de las 5:30 de la tarde. El joven trabajaba como albañil y en otras ocasiones trabajaba reparando aires acondicionados. “Eran trabajos informales, pero él no era delincuente”, asegura su madre. “Él siempre se ha defendido ganándose su comida y me ayudaba”, añadió con mucho orgullo.
“Nosotros nos limitamos muchas muchas cosas para pasarle el paquete. Hay ocasiones que solo comemos tortilla con sal o hacemos solo un tiempo y es complicado, porque si comemos bien él se queda sin comer”, lamentó.