Credit rating agencies scrutinize El Salvador’s credit profile — Calificadoras ponen la lupa en perfil crediticio de El Salvador

Jul 11, 2024

S&P and Fitch Ratings have not improved their rating, while Moody's raised it by one notch, but warned of debt trajectory dangers. — S&P y Fitch Ratings no han mejorado su calificación, mientras que Moodys la subió una grada, pero advirtió peligros de trayectoria de deuda.

The Government of El Salvador needs to improve its situation before credit rating agencies by October 2025. If it does not, it will have to pay an extra 4 percentage points to the bondholders it issued on April 11, making the total an almost unmanageable 16%. It currently stands one step away from a default rating.

This is as urgent as reaching an agreement with the International Monetary Fund (IMF), another of the conditions admitted by the Nayib Bukele administration for foreign investors to accept buying their new debt. And, like with the multilateral entity, to do so, it must increase its income and reduce its expenses.

But how has El Salvador fared with the agencies since it issued its bonds? Only one of them, Moody’s Ratings, decided to improve its rating at the end of May, raising it from Caa3 to Caa1. Nayib Bukele celebrated the announcement with a message on X: “Yes, yes, we are still far away; but we just moved up two steps”.

However, moving from a Caa3 to a Caa1 rating is not a real leap in quality, as the country remains in the same group of nations considered with high credit risk or low solvency.

That is why Moody’s states: “Continuing credit challenges weighing on El Salvador’s credit profile and posing downside risks, including limited fiscal space, low debt affordability, and the lack of a fiscal and financial strategy that effectively addresses high financing costs and identifies accessible financing to meet medium-term requirements and payment needs”.

Fitch Ratings, on the other hand, has decided to maintain its rating at CCC+, as it considers that the country has not made any changes in its conditions, not even with the repurchase of its bonds for $487 million, an operation that the Nayib Bukele government rushed to describe as a “masterstroke”.

Fitch maintains that there is still a high level of indebtedness, as El Salvador closed 2023 with this field at around 85% of its Gross Domestic Product (GDP). The other element is fiscal deterioration, as El Salvador ended the year, taking into account pension debt, with a deficit (amount that the State has not been able to cover its expenses) of 4.7% of GDP.

Fitch Ratings also considered as a factor in maintaining its rating the fact that El Salvador had a selective default in 2023, in this case with the Pension Fund, as it agreed with the administering companies that it would not pay either principal or interest for four years starting from the recently passed.

“They have concluded that there is no positive change. In some ways, they have said ‘I will continue to fail you,’ ” explains economist Rafael Lemus.

Standard and Poor’s (S&P) also decided not to improve its rating for El Salvador due to “persistent fiscal risks”. Therefore, it remains at B.

One of the most noteworthy points of S&P’s justification for doing so lies in what Bukele described as a “masterstroke”: acquiring expensive debt to pay off low-interest debt. In addition, this administration had to accept less money than it asked for with a yield of 9.25%. To reach the 12% demanded by the market, it had to sell its bonds “at a discount”, so that in practice it only received $908 million.

“We see transactions as distressed debt exchanges, which are equivalent to a default,” warned the agency.

All credit rating agencies, on the other hand, put the finger on an aspect that has to do not only with the management of finances, but also with the country’s political situation: that in El Salvador, decisions are made exclusively from the Executive, so there is no proper oversight from the other branches of the State.

“Weak investor confidence, resulting from the lack of checks and balances and inadequate transparency, could limit investment growth,” warns S&P.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/calificadoras-de-riesgo-deuda-publica-el-salvador-nayib-bukele/1154528/2024/

Calificadoras ponen la lupa en perfil crediticio de El Salvador

El Gobierno de El Salvador necesita mejorar su situación ante las agencias calificadoras de riesgo antes de octubre de 2025. Si no lo hace, tendrá que abonar 4 puntos porcentuales extra a los tenedores de los bonos que emitió el 11 de abril, por lo que el total será de un casi inabarcable 16 %. Actualmente, se encuentra a un paso de la calificación de impago.

Esto le urge tanto como lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), otra de las condiciones admitidas por la administración de Nayib Bukele para que inversores extranjeros aceptaran comprar su nueva deuda. Y, al igual que con la entidad multilateral, para hacerlo, debe aumentar sus ingresos y disminuir sus gastos.

Pero, ¿cómo le ha ido a El Salvador con las agencias desde que emitió sus bonos? Solo una de ellas, Moody’s Ratings, decidió mejorar su calificación a finales de mayo, pasándola de Caa3 a Caa1. Nayib Bukele celebró el anuncio mediante un mensaje en X: “Sí, sí, todavía estamos lejos; pero acabamos de subir dos escaleras más”.

Pero pasar de una calificación de Caa3 a la de Caa1 en realidad no es un salto de calidad, pues el país se mantiene en el mismo grupo de naciones consideradas con un riesgo crediticio alto o de baja solvencia.

Por eso, Moody’s señala: “Los continuos desafíos crediticios que pesan sobre el perfil crediticio de El Salvador y plantean riesgos a la baja, incluido el espacio fiscal limitado, la baja asequibilidad de la deuda y la falta de una estrategia fiscal y financiera que aborde eficazmente los elevados costos de financiamiento e identifique financiamiento accesible para cumplir con los requisitos de mediano plazo y necesidades de pago”.

Fitch Ratings, por su parte, ha decidido mantener su calificación en CCC+, pues considera que el país no ha hecho ningún cambio en sus condiciones ni siquiera con la recompra de sus bonos por $487 millones, operación que el gobierno de Nayib Bukele se apresuró en calificar como “jugada maestra”.

Fitch sostiene que continúa un alto nivel de endeudamiento, pues El Salvador cerró 2023 con este campo en torno al 85 % de su Producto Interno Bruto (PIB). El otro elemento es el deterioro fiscal, pues El Salvador finalizó el año, si se toma en cuenta la deuda de pensiones, con un déficit (monto que el Estado no ha sido capaz de cubrir de sus gastos) de un 4.7 % del PIB.

Fitch Ratings también consideró como un factor para mantener su calificación el hecho de que El Salvador tuvo en 2023 un impago selectivo, en este caso al Fondo de Pensiones, pues acordó con las empresas administradoras de este que no abonaría ni capital ni intereses durante cuatro años a partir del recién pasado.

“Los lleva a concluir que no hay ningún cambio positivo. De alguna forma le han dicho ‘te sigo reprobando'”, explica el economista Rafael Lemus.

Standard and Poor’s (S&P) también decidió no mejorar su calificación para El Salvador debido a los “persistentes riesgos fiscales”. Por lo tanto, la mantiene en B.

Uno de los puntos más destacados de la justificación de S&P para hacerlo recae en aquello que Bukele calificó como “jugada maestra”: El adquirir deuda carísima para pagar una con bajos intereses. Además, esta administración tuvo que aceptar menos dinero que el que pedía con un rendimiento del 9.25 %. Para llegar al 12 % que exigía el mercado, tuvo que vender sus bonos “a descuento”, por lo que, en la práctica, solo recibió $908 millones.

“Las operaciones que percibimos como un canje de deuda en condiciones desventajosas (distressed) equivalen a un incumplimiento”, advirtió la agencia.

Todas las calificadora de riesgo, por otro lado, ponen el dedo en un aspecto que tiene que ver no solo con el manejo de las finanzas, sino con la situación política del país: que en El Salvador las decisiones se toman exclusivamente desde el Ejecutivo, por lo que no existe una contraloría adecuada desde los otros poderes del Estado.

“La débil confianza de los inversionistas, derivada de la falta de pesos y contrapesos, así como una transparencia inadecuada, podría limitar el crecimiento de la inversión”, advierte S&P.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/calificadoras-de-riesgo-deuda-publica-el-salvador-nayib-bukele/1154528/2024/