At least 176 minors have been left orphaned after their parents died in state custody following detentions during the state of exception, according to a report by the Salvadoran non-governmental organization Cristosal, presented this Wednesday in San Salvador.
According to the investigation titled “Silence Is Not an Option,” Cristosal states that it determined 261 adults and four minors died under state custody between 2022 and 2024, during the first two years of the state of exception under Nayib Bukele.
The non-governmental entity, founded by two bishops of the U.S. Anglican Church, asserted that “the constant research and monitoring work that Cristosal has undertaken on the state of exception and its effects demonstrate that, in El Salvador, the Executive, the armed and security forces, the Legislative Power, and the judicial apparatus currently work in complete agreement to impose and normalize a system of repression designed in the presidency and a policy of social control and intimidation typical of totalitarian governments.”
Bukele’s government has not commented on this report and has not responded to CNN’s request for comment. In the past, after receiving criticism for alleged human rights violations in the fight against gangs, the authorities have stated that they defend the rights of the honest population and have accused local and international organizations of defending criminals’ interests.
According to the study, 93% of the deceased were young, low-income men who lived in urban areas at the time of their detention, although nearly 40% of them originally came from rural areas. Cristosal states that, according to complaints received during the more than two years of the state of exception, the majority of those detained as well as those who died in prisons had “low-income jobs and lacked the financial resources to meet all their needs” before their detention.
For this investigation, Cristosal claims to have interviewed victims and families of victims of the government’s hard-line policy, followed cases, reviewed judicial documents, and conducted forensic studies. “The State has become an apparatus for capturing innocent people and/or potential criminals by practicing arbitrary, massive, and illegal detentions,” the report says.
The state of exception in effect since March 2022 suspends constitutional guarantees, such as the right to a defense for detainees, extends provisional detention from 72 hours to 15 days, and grants the state the power to intervene in telecommunications without prior judicial authorization. It has also led to thousands of complaints of alleged human rights violations and mistreatment within prisons.
Cristosal points out that in the first two years of implementing the state of exception, it has provided legal counsel or support to 1,150 people in conditions of forced internal displacement due to violence, attributed in 36.4% of cases to gangs and in 42.7% to agents of the National Civil Police or military. “Displaced from their usual operational territories, public security forces have become the new perpetrators,” it asserts. (Page 24.)
The State of Exception Remains in Effect
The Legislative Assembly of El Salvador, with a pro-government majority, approved on Tuesday a new 30-day extension of the state of exception with the votes of 57 out of 60 lawmakers.
According to the authorities, this measure, along with the security plan called “Territorial Control Plan,” has achieved 656 days without violent homicides since Bukele assumed the presidency on June 1, 2019. Furthermore, according to government statements, over 80,000 people have been detained since the state of exception has been in effect.
Bukele recently said that June was the safest month in the history of the Central American country, achieving 24 days without violent deaths, 19 of which were consecutive.
The Salvadoran president estimates that this year El Salvador will close with a rate of 1.8 deaths per 100,000 inhabitants.
Al menos 176 menores en la orfandad tras muerte de sus padres detenidos durante el régimen de excepción en El Salvador, dice la ONG Cristosal
Al menos 176 menores quedaron en la orfandad luego de que sus padres murieran bajo custodia del Estado, tras haber sido detenidos durante el régimen de excepción, señala un informe de la organización no gubernamental salvadoreña Cristosal, presentado este miércoles en San Salvador.
De acuerdo con la investigación titulada “El silencio no es opción”, Cristosal dice que determinó que 261 adultos y cuatro menores murieron bajo custodia estatal entre 2022 y 2024, durante los primeros dos años de vigencia del regimen de excepción de Nayib Bukele.
La entidad no gubernamental, fundada por dos obispos de la iglesia anglicana estadounidense, afirmó que “el trabajo constante de investigación y seguimiento que Cristosal ha realizado sobre el régimen de excepción y sus efectos permite demostrar que, en El Salvador, el Ejecutivo, las fuerzas armadas y de seguridad, el Poder Legislativo y el aparato de Justicia trabajan actualmente en completo acuerdo para imponer y normalizar un sistema de represión diseñado en la presidencia de la República y una política de control e intimidación social propia de gobiernos totalitarios”.
El gobierno de Bukele no se ha pronunciado sobre este informe y tampoco ha respondido a la solicitud de comentarios hecha por CNN. En el pasado, tras recibir críticas por presuntas violaciones a los derechos humanos en el combate a las pandillas, las autoridades han dicho que defienden los derechos de la población honrada y han acusado a organismos locales e internacionales de defender los intereses de los delincuentes.
Según el estudio, el 93% de los fallecidos eran hombres jóvenes y de bajos recursos económicos que en el momento de su detención vivían en el área urbana, aunque cerca del 40% de ellos provenía originalmente de zonas rurales. Cristosal dice que según las denuncias recibidas durante los más de dos años de vigencia del régimen de excepción, la mayoría de personas detenidas así como los fallecidos en las cárceles tenían antes de su detención “oficios que generan pocos ingresos y carecían de recursos económicos para satisfacer todas sus necesidades”.
Para esta investigación, Cristosal afirma que entrevistó a víctimas y familiares de víctimas de la política de mano dura del gobierno, así como también dio seguimiento a casos, revisó documentos judiciales y estudios forenses. “El Estado se ha convertido en un aparato de captura de inocentes y/o potenciales criminales practicando detenciones arbitrarias, masivas e ilegales”, dice el informe.
El régimen de excepción vigente desde marzo de 2022 suspende garantías constitucionales, como el derecho a la defensa de los detenidos, amplía de 72 horas a 15 días la detención provisional y faculta al Estado a intervenir las telecomunicaciones sin previa autorización de un juez. También ha provocado miles de denuncias por supuestas violaciones a derechos humanos y malos tratos al interior de las prisiones.
Cristosal señala que en los primeros dos años de implementación del régimen de excepción, ha asesorado o prestado acompañamiento legal a 1.150 personas en condición de desplazamiento interno forzado por causa de violencia, atribuida en el 36,4% de los casos a las pandillas y en el 42,7% a agentes de la Policía Nacional Civil o militares. “Desplazadas las pandillas de sus territorios de operación habituales, los cuerpos de seguridad pública se han convertido en los nuevos victimarios”, afirma. (Pag 24.)
El régimen sigue vigente
La Asamblea Legislativa de El Salvador, de mayoría oficialista, aprobó el martes una nueva prórroga de 30 días del régimen de excepción, con los votos de 57 de 60 diputados.
De acuerdo con las autoridades, esta medida junto al plan de seguridad denominado “Plan Control Territorial” ha permitido alcanzar 656 días sin muertes violentas homicidios desde que Bukele asumió la presidencia el 1 de junio de 2019. Además, según declaraciones del gobierno, desde la vigencia del régimen han sido detenidas más de 80.000 personas.
Bukele dijo recientemente que el pasado junio fue el mes más seguro en la historia del país centroamericano, que alcanzó 24 días sin muertes violentas, 19 de esos de manera consecutiva.
El mandatario salvadoreño estima que este año El Salvador cerrará con una tasa de 1,8 muertes por cada 100.000 habitantes.