In El Salvador, “there is a very low level of political education, strictly speaking, and this also has to do with a low level of schooling in the country’s educational system. That is, the state of critical thinking is very low, and the current rulers know this.
They know that democracy does not work this way and there should be more spaces for opinions, more distribution of governmental power, as it should be, but they don’t do this because it’s easier for them to have a submissive population to lead in an authoritarian manner.”
This is the opinion of Father Vicente Chopin, from the diocese of San Vicente, when analyzing the submissive attitudes of some Salvadorans and followers of Nayib Bukele, who on June 1st became the first unconstitutional president of El Salvador since the signing of the Peace Accords in 1992.
In his speech, Bukele confirmed his disinterest in the rule of law and the fundamental principles of democracy. Similar to 2019, the illegitimate president asked attendees at Plaza Gerardo Barrios, in downtown San Salvador, to raise their hands and take an oath to defend his government’s actions and “never listen to the enemies of the people,” referring to his critics.
Analysts note that the leader has reduced citizens to subjects by demanding that they support and obey “without complaining.” A video circulated on social media showing Nuevas Ideas supporters gathered in Montreal and Quebec, Canada, taking the same oath while watching the event on a screen.
According to Chopin, this submissive behavior will have a cultural, political, and even economic limit in the future. He adds that the problem is not only in the population but also in how the leader perceives himself.
“When one asks a population or a person for an oath, it’s because they do not trust and need to hear them say: surely, I love you, but those are probably just words and have no basis in reality,” expressed the university professor.
During his formation as a priest and theologian, Chopin studied philosophy. This media outlet asked him what philosophical interpretation can be made regarding the behavior of the citizenship in the current context. Father Chopin emphasized that this submission is not only related to the cultural levels of the population but also to the manipulation of discourse by the leader.
En El Salvador hay “ciegos que, viendo, no ven” y un gobernante que manipula el discurso, dicen expertos
En El Salvador “hay un nivel muy bajo de formación política, en sentido estricto y eso tiene que ver también con un bajo nivel de escolaridad en el sistema educativo del país, o sea la situación del pensamiento crítico está bien bajo y los gobernantes -actuales- saben eso.
Saben que la democracia no funciona así y tendría que haber más espacios de opinión, más reparto de la carga gubernamental, en más poderes, como debería ser, pero eso no lo hacen ellos porque les resulta más fácil, tener a una población sumisa, para llevarla así por la vía autoritaria”.
Así opinó el padre Vicente Chopin, de la diócesis de San Vicente, al analizar las actitudes sumisas de algunos salvadoreños y seguidores de Nayib Bukele, quien el 1 de junio pasado se convirtió en el primer mandatario inconstitucional de El Salvador, después de la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992.
En su discurso, Bukele confirmó su desinterés por el Estado de derecho y los principios fundamentales de la democracia. Al igual que en 2019, el mandatario ilegítimo pidió a los asistentes a la Plaza Gerardo Barrios, en el Centro de San Salvador, levantar su mano y hacer un juramento de defender las acciones de su gobierno y “nunca escuchar a los enemigos del pueblo” en referencia a quienes lo critican.
Analistas señalan que el gobernante redujo a los ciudadanos a súbditos, al exigirles que deben apoyar y obedecer “sin quejarse”. En redes sociales circuló un video donde se veía a simpatizantes de Nuevas Idea reunidos en Montreal y en Quebec, Canadá, haciendo el mismo juramento mientras veían el evento en una pantalla.
A juicio de Chopin, este comportamiento sumiso tendrá en el futuro un tope cultural, político e incluso económico. Añade que el problema no está solo en la población, sino en el modo como el gobernante se mira a sí mismo.
“Cuando uno pide un juramento a una población o a una persona es porque no confía y necesita escuchar que le dice: seguro que te amo, pero seguramente son solo palabras y no tiene asidero en la realidad”, expresó el también catedrático universitario.
Durante su formación como sacerdote y teólogo, Chopin estudió filosofía. Este medio le consultó qué lectura se puede hacer desde la rama filosófica respecto al comportamiento de la ciudadanía en el contexto actual. El padre Chopin subrayó que esta sumisión no sólo tiene que ver con los niveles culturales de la población, sino con la manipulación del discurso por parte del gobernante.