The current CABEI (Central American Bank for Economic Integration) director for El Salvador and former Minister of Finance, Alejandro Zelaya, lied this Tuesday during the television interview “Frente a Frente” by claiming that the trajectory of El Salvador’s government debt has improved by “smoothing the repayment curve.”
However, the opposite has happened: Nayib Bukele’s administration issued $1,000 million in bonds (receiving only $908 million) last April, on which it will pay 12% interest. Part of these were used for a eurobond buyback operation for 2025, 2027, and 2029, which have an interest rate of around 6%. This is like paying off old debt with new, much more expensive debt, similar to a citizen using a credit card to pay off a mortgage.
“The overall operation resulted in a higher average cost of interest on the eurobonds. This, amid a lack of clarity on fiscal adjustment, reinforces concerns about debt sustainability,” said investment bank Barclays in the report “Kicking the Can Down the Road, But on a Steeper Hill.”
The interest rate on these instruments has reached an average of 8% interest thanks to the adjustment made by the government of El Salvador, making it only slightly lower than the short-term debt bought by local banks, commonly nicknamed the “state’s credit card.”
“By smoothing the repayment curve and having cheaper rates, we can allocate additional funds to the execution of works,” said Zelaya.
However, according to projections by the British bank Barclays, over the next five years (2024-2029), El Salvador will need to allocate an estimated $2 billion annually just to pay the interest generated by the debt incurred in recent years. To get an idea of its magnitude, consider that the entire budget of the Ministry of Health for 2024 was $1,261.7 million.
Zelaya was in at least another television interview this week, where, in addition to talking about projects financed by CABEI in El Salvador, he claimed that local media had lied by echoing statements from the executive director of the entity, Gisela Sánchez, that funding would be cut off to El Salvador from the multilateral bank. He illustrated this with the fact that new funds were approved for FOVIAL (Road Maintenance Fund) and that the official visited Nayib Bukele.
According to Manfredo Marroquín from Acción Ciudadana (Guatemalan Chapter of Transparency International), Sánchez has had to backtrack on her intentions to improve practices within the entity, especially regarding correcting actions taken by her predecessor, Honduran Dante Mossi, nicknamed “the banker of dictators.”
“CABEI did not meet minimum standards, not even in terms of balanced fund allocation. Guatemala received the least during Dante Mossi’s administration (barely 6% of the total), despite having the same rights as El Salvador or Nicaragua. The president is right in making this decision,” commented Marroquín when Sánchez’s statements were made public.
“The governments of Costa Rica and Guatemala should support her,” said the Guatemalan activist later when signs emerged that Sánchez was beginning to doubt her reforms.
Director del BCIE dice que El Salvador ha mejorado la trayectoria de deuda, pero es falso
El actual director de El Salvador ante el BCIE y exministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, mintió este martes, durante la entrevista televisiva “Frente a frente”, al asegurar que la trayectoria de la deuda del Gobierno de El Salvador ha mejorado al “suavizar la curva de repago”.
Pero ha pasado lo contrario: la administración de Nayib Bukele emitió, recién en abril de este año, $1000 millones (de los que sólo recibió $908 millones) en bonos por los que pagará el 12 % de interés. Una parte de estos fueron usados para una operación de recompra de eurobonos de 2025, 2027 y 2029, que cuentan con una tasa de interés de alrededor del 6 %. Se paga vieja deuda con nueva, pero doblemente cara, como si un ciudadano decidiera cancelar su crédito hipotecario con una tarjeta de crédito.
“La operación global se tradujo en un mayor coste medio de los intereses de los eurobonos. Esto, en medio de una falta de claridad del ajuste fiscal, refuerza las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda”, dijo el banco de inversión Barclays en el informe “Patear la lata, pero por una cuesta más empinada”.
La tasa de interés de estos instrumentos ha llegado a un promedio, gracias al ajuste realizado por el gobierno de El Salvador, del 8 % de interés, por lo que es apenas inferior al de la deuda de corto plazo comprada a los bancos locales, comúnmente apodada como la “tarjeta de crédito del Estado”.
“Al suavizar la curva de repago, al tener tasas más baratas, podemos destinar fondos adicionales a la ejecución de obras”, dijo Zelaya.
Sin embargo, según proyecciones del banco inglés Barclays, en este próximo quinquenio (2024-2029) El Salvador tendrá que destinar un estimado de $2,000 millones por año solo para pagar los intereses generados por la deuda contraída en estos últimos años. Para hacerse una idea de su magnitud, hay que considerar que todo el presupuesto del Ministerio de Salud de 2024 fue de $1,261.7 millones.
Zelaya estuvo en al menos otra entrevista televisiva esta semana, donde, además de hablar de proyectos financiados por el BCIE en El Salvador, sostuvo que medios de comunicación locales habían mentido al hacer eco de declaraciones de la directora ejecutiva de la entidad, Gisela Sánchez, de que se le cerraría el grifo a El Salvador desde esa multilateral. Lo ilustró con el hecho de que se aprobaron nuevos fondos para FOVIAL y que la funcionaria visitó a Nayib Bukele.
Para Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana (capítulo guatemalteco de Transparencia Internacional), Sánchez ha tenido que echarse para atrás con sus intenciones de mejorar las prácticas dentro de la entidad, sobre todo respecto a corregir lo hecho por su predecesor, el hondureño Dante Mossi, apodado “el banquero de los dictadores”.
“El BCIE no cumplía con estándares mínimos, ni siquiera en el tema del balance en la entrega de fondos. Guatemala fue el que menos recibió en la gestión de Dante Mossi (apenas un 6% del total), cuando tiene el mismo derecho que El Salvador o Nicaragua. Hace bien la presidenta en tomar esta decisión”, comentó Marroquín cuando se hicieron públicas las declaraciones de Sánchez.
“Los Gobierno de Costa Rica y Guatemala debería respaldarla”, dijo el activista guatemalteco después, cuando se comenzó a vislumbrar que Sánchez comenzaba a dudar de hacer sus reformas.