Mr. G’s knees still have black spots from the hours that police and guards kept him kneeling on the hot asphalt of the Izalco prison. The spots, terrible knee pain, and other ailments like pancreatitis are the legacies left by the state of exception on Mr. G’s body, a man captured for allegedly collaborating with a gang, according to the official version. However, there is no evidence of this police accusation in the court records, which is why a judge granted him parole on March 18, 2023, after a year of being unjustly detained. Mr. G was arrested during the first week of the state of exception, in April 2022. He was taken to detention cells in Santa Ana, where Mr. G witnessed police putting black bags on the heads of detainees or submerging them in a pool to bring them to the brink of asphyxiation. The police tortured to obtain information on gangs, recounts Mr. G. El Faro was able to verify with documents that Mr. G was imprisoned at the times he claims and omits his name for fear of retaliation from the authorities for giving his testimony. After leaving the police detention cell, Mr. G was transferred to the Izalco prison, then Quezaltepeque, and finally to the Santa Ana Penalón. In Izalco, he suffered beatings and witnessed the death of a cellmate; in Quezaltepeque, he endured fumigation in his cell; and at the Santa Ana Penalón, he learned that they were stealing his medicine and the food his family brought him. Mr. G will face a hearing not until August 2025; meanwhile, he must report to court to sign and maintain the benefit of parole. Although he says he tries to forget everything he suffered in the prisons of the state of exception, Mr. G agreed to share his story with us.
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“La Policía les ponía unas bolsas negras en la cabeza para que no respiraran”
Las rodillas del señor G aún tienen manchas negras por las horas que policías y custodios lo mantuvieron hincado sobre el asfalto caliente del penal de Izalco. Las manchas, unos terribles dolores en las rodillas y otras enfermedades como la pancreatitis son las herencias que dejó el régimen de excepción en el cuerpo del señor G, un hombre capturado por colaborar con una pandilla, según la versión oficial. Sin embargo, de esa acusación policial no hay pruebas en el expediente judicial, razón por la que un juez le dio libertad condicional el 18 de marzo de 2023, después de un año de estar injustamente detenido. El señor G fue capturado durante la primera semana del régimen de excepción, en abril de 2022. Lo llevaron a unas bartolinas en Santa Ana donde el señor G fue testigo cuando policías ponían bolsas negras en la cabeza a los detenidos o los sumergían en una pila para dejarlos al límite de la asfixia. La Policía torturaba para obtener información sobre las pandillas, relata el señor G. El Faro pudo constatar con documentos que el señor G fue encarcelado en las fechas que él asegura y omite su nombre porque teme sufrir represalias de las autoridades por haber dado su testimonio. Al salir de la bartolina policial, el señor G fue trasladado al penal de Izalco, luego a Quezaltepeque y, por último, a El Penalón de Santa Ana. En Izalco sufrió golpizas y vio la muerte de un compañero de celda; en Quezaltepeque sufrió fumigaciones en su celda; y y en El Penalón se enteró de que le robaban la medicina y los alimentos que su familia le llevaba. El señor G enfrentará una audiencia hasta agosto de 2025, mientras tanto tiene que presentarse al juzgado a firmar para mantener el beneficio de la libertad condicional. Aunque dice que trata de olvidar todo lo que sufrió en las cárceles del régimen, el señor G accedió a contarnos su historia.