The inauguration of Nayib Bukele, in his second unconstitutional term, on June 1st, coincided with the funeral of a close relative; therefore, I could not help but think of what was happening in the historic center of San Salvador as another funeral.
Indeed, it was the burial of the murdered democracy, with the applause of a crowd that perhaps was not even aware of the seriousness of what was happening there.
The republican democracy achieved through the Peace Accords and which -although insufficiently and imperfectly- functioned for almost thirty years, was dismantled by Bukele in just four years.
Bukele’s first blow against democracy was the failed presidential coup against the opposition-majority Legislative Assembly, on February 9th, 2020. Accompanied by police and military, the autocratic ruler invaded the plenary hall and momentarily usurped the chair of the legislative president.
The meaning of that first attack against democracy was the announcement that Bukele could not govern in a system of checks and balances and that he would eliminate the republican democratic model and establish a dictatorial autocracy.
The lethal blow against democracy took place just over a year later, on May 1st, 2021. Bukele took control of the Legislative Assembly and with this new correlation seized the judicial system, through the removal of the Attorney General and the judges of the Constitutional Chamber. Thus, the now dictator took control of the three state powers.
And the coup de grâce against the dying democracy came with the unconstitutional re-election. The new judges of the Chamber issued a spurious resolution that authorized Bukele to run for a second consecutive term, despite being explicitly prohibited in several articles of the Constitution of the Republic.
The irresponsible, submissive, and cowardly judges of the “Supreme Electoral Tribunal” registered Bukele’s illegal candidacy and on February 4th the autocrat was overwhelmingly re-elected in the most fraudulent electoral process in the democratic history of the country.
On June 1st, Bukele buried the nascent Salvadoran democracy achieved after twelve years of bloody civil war and a decade of popular struggles against the military dictatorships that ravaged the country for five decades.
Therefore, the name of Nayib Bukele is already written in the trash bin of history as the assassin and gravedigger of democracy in El Salvador.
Diario CoLatino: https://www.diariocolatino.com/bukele-asesino-y-sepulturero-de-la-democracia/
Bukele: asesino y sepulturero de la democracia
La toma de posesión de Nayib Bukele, en su segundo mandato inconstitucional, el pasado 1 de junio, coincidió con el sepelio de un familiar cercano; por tanto, no pude dejar de pensar lo que sucedía en el centro histórico de San Salvador también como un funeral.
Ciertamente, fue el entierro de la democracia asesinada, con el aplauso de una muchedumbre que quizás ni siquiera fue consciente de la gravedad de lo que ahí sucedía.
La democracia republicana lograda con los Acuerdos de Paz y que -aunque de manera insuficiente e imperfecta- funcionó durante casi treinta años, fue desmantelada por Bukele en sólo cuatro años.
El primer zarpazo de Bukele contra la democracia fue el fallido golpe presidencial contra la Asamblea Legislativa de mayoría opositora, el 9 de febrero de 2020. Acompañado de policías y militares, el gobernante autócrata invadió el salón plenario y usurpó momentáneamente la silla del presidente legislativo.
El significado de ese primer ataque contra la democracia era el anuncio de que Bukele no podía gobernar en un sistema de pesos y contrapesos, que por eso eliminaría el modelo democrático republicano y pondría una autocracia dictatorial.
El golpe letal contra la democracia se dio poco más de un año después, el 1o. de mayo de 2021. Bukele tomó el control de la Asamblea Legislativa y con esta nueva correlación se apoderó del sistema judicial, mediante la destitución del Fiscal General y de los magistrados de la Sala de lo Constitucional. Así, el ahora dictador se hizo con los tres poderes estatales.
Y el tiro de gracia contra la moribunda democracia vino con la reelección inconstitucional. Los nuevos magistrados de la Sala emitieron una resolución espuria que autorizó a Bukele a postularse para un segundo mandato continuo, a pesar de estar expresamente prohibido en varios artículos de la Constitución de la República.
Los irresponsables, sumisos y cobardes magistrados del “Tribunal Supremo Electoral” inscribieron la candidatura ilegal de Bukele y el 4 de febrero el autócrata se reeligió abrumadoramente en el proceso electoral más fraudulento de la historia democrática del país.
El pasado 1o. de junio Bukele enterró la incipiente democracia salvadoreña lograda después de doce años de cruenta guerra civil y una década de luchas populares contra las dictaduras militares que asolaron al país durante cinco décadas.
Por tanto, el nombre de Nayib Bukele ya está escrito en el basurero de la historia como el asesino y sepulturero de la democracia en El Salvador.
Diario CoLatino: https://www.diariocolatino.com/bukele-asesino-y-sepulturero-de-la-democracia/