On June 1, Nayib Bukele delivered his first speech after receiving his investiture as president against the provisions of the Constitution of the Republic. In his words, he made it clear that the biggest challenge of his administration has been the economy, which he promised to “cure” in exchange for the silence and obedience of El Salvador.
Around 9:30 in the morning, Bukele received the presidential sash from the president of the Legislative Assembly, Ernesto Castro, swearing to protect the “mandate of the people” from any obstacle. However, he omitted the phrase “being loyal to the Republic,” as the traditional investiture states.
To address the citizens, Bukele left the box of the National Palace—which once housed the three branches of the government—and insisted on one of the metaphors of his first inauguration five years ago: the “bitter medicine” that El Salvador should take, and how he is the “only doctor” who was able to cure El Salvador from the “terminal cancer” of gangs.
Now, however, he diagnosed new diseases plaguing the country: the economy. El Salvador has the slowest economic growth in Central America, extreme poverty has doubled since 2019, and more than half of the population lives with food insecurity.
Bukele knows who he is talking to: a survey by the University Institute of Public Opinion (Iudop) of the Central American University José Simeón Cañas (UCA), published in January, revealed that the economy is now the main concern for 70% of Salvadorans, displacing crime.
As a treatment, Bukele warned of more “bitter medicine.” “To heal the economy, perhaps bitter medicine must also be taken. But just like the patient who was cured of cancer and now wants to be cured of heart problems, the country has already been cured of gangs and now wants to be cured of the bad economy,” he said.
However, in his nearly 40-minute speech, the self-appointed president did not make any concrete proposals to improve the country’s economy, nor did he anticipate any of the unpopular measures he could promote in his new five-year term. But he did ask citizens to defend his measures.
“You have already voted for us massively on February 4, but it’s not enough to vote. It’s important to defend each of the decisions made without hesitation. Just as we did with insecurity. Exactly as we made this country safe, we will make this country prosperous. But for that, we need everyone to defend each of the decisions made.”
To close his speech, as he did in 2019, Bukele asked his audience to raise their hand and swear obedience. Now, he also asked for obedience “to the letter” and not to complain.
“We swear to defend our nation-building project unconditionally, following to the letter each of the steps, without complaining, asking for God’s wisdom so that our country is blessed again with another miracle,” he said from the balcony. Some attendees, the majority, repeated the order.
But following Bukele’s recipe is not enough. He asked attendees to commit not to seek second opinions from other doctors: “never listen to the enemies of the people.”
Bukele’s “friends”
El Salvador received several heads of state and high-level foreign delegations in the last few hours for the inauguration ceremony of Bukele’s second term. The presidential press office assured that the presence of these individuals “legitimizes his government and the democratic performance” of the country.
Among the attendees were King of Spain Felipe VI, ultra-right Argentine President Javier Milei, and a US delegation sent by President Joe Biden, led by Secretary of Homeland Security Alejandro Mayorkas.
“It is an honor for me to be in San Salvador, El Salvador, to lead the presidential delegation for President Nayib Bukele’s inauguration and meet with him to address key issues,” Mayorkas said.
Among the special guests were foreigners and crypto evangelists. The Bitcoin investor couple, Max Keiser and Stacy Herbert, attended Bukele’s unconstitutional investiture.
Focos TV: https://focostv.com/bukele-promete-curar-la-economia-a-cambio-de-silencio-y-obediencia/
Bukele promete “curar” la economía a cambio de silencio y obediencia
Nayib Bukele pronunció este 1 de junio su primer discurso, luego de recibir su investidura como presidente en contra de lo establecido en la Constitución de la República. En sus palabras, dejó claro que el mayor desafío de su gestión ha sido la economía, la cual prometió «curar» a cambio del silencio y la obediencia de El Salvador.
Cerca de las 9:30 de la mañana, Bukele recibió de manos del presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, la banda presidencial, jurando proteger de cualquier obstáculo el “mandato del pueblo”. Omitió, sin embargo, el “serle fiel a la República”, tal como reza la investidura tradicional.
Para dirigirse a la ciudadanía, Bukele salió del palco del Palacio Nacional —que alguna vez albergó los tres Poderes del Estado—, e insistió en una de las metáforas de su primera toma de posesión hace cinco años: la «medicina amarga» que debía tomar El Salvador, y cómo él es el “único médico” que pudo curar a El Salvador del “cáncer terminal” de las pandillas.
Ahora, sin embargo, diagnosticó nuevas enfermedades que agobian al país: la economía. El Salvador es el país con el crecimiento económico más lento de Centroamérica, la pobreza extrema se ha duplicado desde 2019, y más de la mitad de la población vive con inseguridad alimentaria.
Bukele sabe a quién le habla: una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), publicada en enero, reveló que la economía es ahora la principal preocupación del 70 % de los salvadoreños, desplazando a la delincuencia.
Como tratamiento, Bukele advirtió más «medicina amarga». “Para sanar la economía, quizá también haya que tomar medicina amarga. Pero así como el enfermo que se curó del cáncer y ahora quiere curarse del corazón, el país ya se curó de las pandillas y ahora quiere curarse de la mala economía”, dijo.
Sin embargo, en sus casi 40 minutos de discurso, el auto investido presidente no hizo ninguna propuesta concreta para mejorar la economía del país, ni adelantó ninguna de las medidas impopulares que podría impulsar en su nuevo quinquenio. Pero sí le pidió a la ciudadanía defender sus medidas.
«Ya votaron por nosotros masivamente el 4 de febrero, pero no es suficiente con votar. Es importante defender cada una de las decisiones que se tomen sin titubeos. Así como lo hicimos con la inseguridad. Exactamente como hicimos este país seguro, vamos a hacer este país próspero. Pero para eso necesitamos que cada quien defienda cada una de las decisiones que se tomen”.
Para cerrar su discurso, al igual que lo hizo en 2019, Bukele pidió a su público alzar su mano y jurar obediencia. Ahora, además, les pidió obediencia «al pie de la letra» y no quejarse.
“Juramos defender incondicionalmente nuestro proyecto de nación, siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos, sin quejarnos, pidiendo la sabiduría de Dios para que nuestro país sea bendecido de nuevo con otro milagro”, dijo desde el balcón. Algunos asistentes, la mayoría, repitieron lo ordenado.
Pero seguir la receta de Bukele es insuficiente. Pidió a los asistentes que se comprometan a no buscar segundas opiniones de otros doctores: «nunca escuchar a los enemigos del pueblo».
Los “amigos” de Bukele
El Salvador recibió en las últimas horas a varios jefes de Estado y comitivas extranjeras de alto nivel para la ceremonia de investidura del segundo mandato de Bukele. La Secretaría de Prensa de la presidencia aseguró que la presencia de estos “legitima su gobierno y el desempeño democrático” del país.
Entre los asistentes destacó el Rey de España, Felipe VI de Borbón, el presidente argentino de ultraderecha Javier Milei, y una comitiva estadounidense enviada por el presidente Joe Biden, encabezada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
“Es un honor para mí estar en San Salvador, El Salvador, para encabezar la delegación presidencial para la toma de posesión del Presidente Nayib Bukele y reunirme con él para abordar temas clave”, aseguró Mayorkas.
Entre los invitados especiales, además, habían extranjeros y cripto evangelistas. La pareja de inversionistas Bitcóin, Max Keiser y Stacy Herbert, llegó a la investidura inconstitucional de Bukele.
Focos TV: https://focostv.com/bukele-promete-curar-la-economia-a-cambio-de-silencio-y-obediencia/