Psychological and emotional violence was the most experienced by women during the 2024 electoral process, followed by cases of symbolic, sexual, and physical violence, according to the Observatory of Violence against Politically Active Women in El Salvador, which presented its report this Thursday.
The Observatory was led by the National Association of Councilwomen, Attorneys, and Salvadoran Mayors (Andrysas), and its report indicates in the qualitative results, based on in-depth interviews, the persistence of political violence directed towards women in the public and political spheres, seeking to hinder their participation in decision-making.
In the run-up to the legislative and presidential elections in February, psychological and emotional violence accounted for 64% of cases, symbolic violence for 19%, sexual violence for 4%, and physical violence for 13%. For municipal and Central American Parliament elections, psychological and emotional violence accounted for 74%, symbolic violence for 17%, sexual violence for 6%, and physical violence for 3%.
“The manipulation and internal agreements of political parties that prioritize personal interests and friendly relationships over work capacity stand out, thus limiting the participation of women in decision-making,” the report states.
Furthermore, institutional resistance to women holding leadership positions was identified, which is reflected in the selection of male candidates and the relegation of women to secondary roles, perpetuating a “historical inequality” in power spaces.
“He told me that if I wanted to fix the situation I could do it however I could or however I wanted, and he told me he would be waiting for my answer. Later, he never stopped harassing me with his looks and his out-of-place comments,” was one of the testimonies collected.
“They invaded a colleague’s social networks and spread intimate videos of her,” another woman revealed to the Observatory.
On the other hand, the Observatory evidenced various forms of psychological and emotional violence, aimed at discrediting and discouraging women in politics, from undervaluing their capacities to imposing gender stereotypes.
“Female politicians face a series of obstacles ranging from a lack of recognition of their work to being exposed to personal attacks and defamation,” highlights the report.
Additionally, they found that symbolic violence manifests itself in the publication and dissemination of personal and intimate information with the aim of publicly discrediting them: “These forms of violence contribute to perpetuating gender inequality in politics and hinder the full exercise of women’s political rights.”
Regarding sexual violence, this included sexual harassment, where favors are promised in exchange for sexual relations.
Discrimination comes mainly from members of the same political parties and high-ranking leaders: “This creates a demotivating environment that leads many women to consider abandoning politics or even migrating from the country in search of more egalitarian and safe opportunities.”
“And there is greater control over their decisions and actions, which does not happen with men,” said Nely Vindel of Andrysas, in presenting the final report.
The candidates most affected by violence committed daily through social networks were those from political parties not subordinated to the official party. Those who received the most attacks, according to the report, were Marleni Funes, Anabel Belloso, and Karina Sosa from the FMLN party; and Claudia Ortiz from VAMOS.
Even so, women from the ruling party, such as Suecy Callejas, Alexia Rivas, Michelle Sol, and Elisa Rosales, also appear on the list of the most violated.
In the particular case of Milagro Navas, who won the mayoralty of La Libertad Este with the ARENA party, during the electoral period they observed that a single attack against her was spread and it ended with a reach of 585 views.
The request to the TSE
Andrysas requests the Supreme Electoral Tribunal (TSE) to create a single registry of aggressions in conjunction with the Salvadoran Institute for Women’s Development (Isdemu) and to strengthen technical units to provide comprehensive and specialized care for women victims of violence.
Likewise, they request the institution to strengthen technical units to provide comprehensive and specialized care for women victims of political violence.
The presentation of the report was also supported by the National Democratic Institute (NDI) and UN Women El Salvador.
Violencia psicológica y emocional
La violencia psicológica y emocional fue la más sufrida por las mujeres durante el proceso electoral de este 2024, seguida de casos de violencia simbólica, sexual y física, según identificó el Observatorio de violencia contra las mujeres políticamente activas en El Salvador, que presentó su informe este jueves.
El Observatorio estuvo liderado por la Asociación Nacional de Regidoras, Síndicas y Alcaldesas Salvadoreñas (Andrysas) y su informe señala en los resultados cualitativos, a partir de entrevistas a profundidad, la persistencia de la violencia política dirigida hacia las mujeres en el ámbito público y en el político buscando obstaculizar su participación en la toma de decisiones.
De cara a las elecciones legislativas y presidenciales de febrero, la violencia psicológica y emocional representó el 64 % de los casos, la simbólica el 19 %, la sexual el 4 % y la física el 13 %. Para las elecciones municipales y de Parlamento Centroamericano, la violencia psicológica y emocional representó el 74 %, la simbólica el 17 %, la sexual 6 % y la física un 3 %.
“Se destaca en la manipulación y los acuerdos internos de los partidos políticos que privilegian intereses personales y relaciones amistosas sobre la capacidad de trabajo, limitando así la participación de mujeres en la toma de decisiones”, señala el informe.
Además, se identifica resistencia institucional a que las mujeres ocupen cargos de liderazgo, la cual se refleja en la selección de candidatos hombres y la delegación de las mujeres a roles secundarios; perpetuando una “desigualdad histórica” en los espacios de poder.
“Me dijo que si quería arreglar la situación que lo podía hacer como mejor pudiera o como quisiera y me dijo que estaría esperando mi respuesta, tiempo después no deja de acosarme con la mirada, con sus comentarios fuera de lugar”, fue uno de los testimonios recogidos.
“Le invadieron sus redes sociales a una compañera y le difundieron videos íntimos”, reveló otra mujer al Observatorio.
Por otro lado, el Observatorio evidenció diversas formas de violencia psicológica y emocional, que buscaron desacreditar y desanimar a las mujeres en la política, desde la desvalorización de sus capacidades, hasta la imposición de estereotipos de género.
“Las mujeres políticas enfrentan una serie de obstáculos que van desde la falta de reconocimiento de su labor hasta la exposición a los ataques personales y difamaciones”, destaca el informe.
Asimismo, evidenciaron que la violencia simbólica se manifiesta en la publicación y difusión de información personal e íntima con el objetivo de desacreditarlas públicamente: “Estas formas de violencia contribuyen a perpetuar la desigualdad de género en la política y dificultan el ejercicio pleno en los derechos políticos de las mujeres”.
En cuanto a la violencia sexual, esta incluyó el acoso sexual, donde se prometen favores a cambio de relaciones sexuales.
La discriminación proviene principalmente de miembros de los mismos partidos políticos y líderes con altos cargos: “Lo que crea un ambiente desmotivador que lleva a muchas mujeres a considerar abandonar la política o incluso migrar del país en busca de oportunidades más igualitarias y seguras”.
“Y sobre ellas se ejerce un mayor control de sus decisiones y acciones, lo que no sucede con ellos los hombres”, dijo señala Nely Vindel, de Andrysas, en la presentación del informe final.
Las candidatas más afectadas por la violencia cometida a través de redes sociales de manera diaria fueron las de partidos políticos no subordinados al oficialismo. Quienes más ataques recibieron, según el informe, fueron Marleni Funes, Anabel Belloso y Karina Sosa, del partido FMLN; y Claudia Ortiz, de VAMOS.
Aún así, mujeres del oficialismo como Suecy Callejas, Alexia Rivas, Michelle Sol y Elisa Rosales, también aparecen en el listado de las más violentadas.
En el caso particular de Milagro Navas, quien ganó la alcaldía de La Libertad Este con el partido ARENA, durante el periodo electoral observaron que fue difundido un único ataque en su contra y terminó con un alcance de 585 vistas.
La petición al TSE
Andrysas solicita al Tribunal Supremo Electoral (TSE) un registro único de agresiones en conjunto con el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu), así como fortalecer las unidades técnicas para brindar una atención integral y especializada a las mujeres víctimas de violencia.
Asimismo, solicitan al organismo fortalecer las unidades técnicas para brindar una atención integral y especializada a las mujeres víctimas de violencia política.
La presentación del informe también con el respaldo del Instituto Nacional Demócrata (NDI) y ONU Mujeres El Salvador.