The right to free expression, freedom of association, and the right to peaceful assembly are being severely violated by the Salvadoran State, according to records from the “Civic Space Monitoring Platform”, presented on Tuesday by various citizen organizations of the country.
Cases of violations of freedom of expression constitute 61.3% of incidents (with 19), followed by freedom of association with 22.6% (equivalent to seven cases) and the right to peaceful assembly with 16.1% (five cases).
In terms of the number of records on the platform, the main affected parties are journalists with 58.1%, according to the records, with 18 cases; civil society organizations with 12.9%, equivalent to four cases; representatives or trade union or professional leaders with 9.7%, equivalent to three cases; members of political parties with 9.7%, equivalent to three cases; human rights defenders with 6.5%, equivalent to two cases; protesters with 3.2%, equivalent to one case.
“Freedom of expression, association, and assembly are fundamental pillars for the defense and promotion of human rights in societies seeking peace, equality, and democracy. These freedoms are essential tools to ensure effective public administration oriented towards citizen welfare”, stated the Foundation for Studies for the Application of Law (FESPAD).
Regarding the number of records according to the aggressor, the platform collected that it is public officials who are the main violators of fundamental rights, with 51.6%, equivalent to 16 cases; then the National Civil Police, with 29.0%, equivalent to nine cases; sympathizers of political parties with 12.9%, equivalent to four cases; social network users with 6.5%, equivalent to two cases.
In light of this initial data collected, FESPAD calls on the Salvadoran State to take the necessary measures to stop any of these actions, with the aim of ensuring respect for the fundamental freedoms of Salvadoran men and women, especially those freedoms and rights that are closely linked to social oversight exercised by civil society organizations, journalists and human rights defenders.
“The role of supervision towards public management carried out by citizens is of fundamental importance. This is a guarantee to advance in building a better El Salvador where there is social justice and efficient public administration,” highlighted the citizen organization.
In this initiative, Fespad is accompanied by the Passionist Social Service (SSPAS) and the Association of Journalists of El Salvador (APES).
FESPAD regrets that in recent years they have identified barriers to the full exercise of these rights within the civic space, such as the suppression of dialogue spaces, the obstruction of journalistic work, the criminalization of civil society organizations and human rights defenders and the progressively increasing obstacles to the legalization of civil society organizations.
“To this is added the approval of legal reforms that could instrumentalize the judicial system against the defense of human rights,” it adds.
Libertades de expresión y agrupación las más vulneradas en el país, según registro de FESPAD
El derecho a la libre expresión, a la libertad de asociación y al de reunión pacífica están siendo altamente vulnerados por el Estado salvadoreño, según registros de la “Plataforma de monitoreo del espacio cívico”, presentada este martes por diversas organizaciones ciudadanas del país.
Los casos de vulneraciones a la libertad de expresión constituyen el 61.3 % de los casos (con 19), seguido por la libertad de asociación con el 22.6 % (equivalente a siete casos) y el derecho de reunión pacífica con el 16.1 % (cinco casos).
En cuanto al número de registros de la plataforma, los principales afectados son periodistas en un 58.1 % según el registro, con 18 casos; organizaciones de sociedad civil con el 12.9 %, equivalente a cuatro casos; representantes o liderazgos sindicales o gremiales con el 9.7 %, equivalente a tres casos; integrantes de partidos políticos con el 9.7 %, equivalente a tres casos; personas defensoras con el 6.5 % equivalente a dos casos; manifestantes con el 3.2 %, equivalente a un caso.
“La libertad de expresión, asociación y reunión son pilares fundamentales para la defensa y promoción de los derechos humanos en sociedades que buscan la paz, igualdad y democracia. Estas libertades son herramientas esenciales para asegurar una administración pública eficaz y orientada al bienestar ciudadano”, señaló la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD).
Respecto al número de registros según el agresor, la plataforma recogió que son los funcionarios públicos los principales vulneradores de los derechos fundamentales, con el 51.6 %, equivalente a 16 casos; luego la Policía Nacional Civil, con el 29.0 %, equivalente a nueve casos; simpatizantes de partidos políticos con el 12.9 %, equivalente a cuatro casos, usuarios de redes sociales con el 6.5 %, equivalente a dos casos.
Ante estos datos iniciales recopilados, FESPAD insta al Estado salvadoreño a tomar las medidas necesarias para detener cualquiera de estas acciones, con el objetivo de garantizar el respeto de las libertades fundamentales de las y los salvadoreños, en especial aquellas libertades y derechos que están estrechamente vinculados con la contraloría social ejercida por organizaciones de la sociedad civil, periodistas y personas defensoras de derechos humanos.
“Es de fundamental importancia el papel de fiscalización hacia la gestión pública que se realiza desde la ciudadanía. Ello, es una garantía para avanzar en la construcción de un mejor El Salvador donde exista justicia social y una administración pública eficiente”, destacó la organización ciudadana.
En esta iniciativa le acompañan a Fespad el Servicio Social Pasionista (SSPAS) y la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES)
FESPAD lamenta que en los últimos años han identificado barreras al ejercicio pleno de estos derechos dentro del espacio cívico, tales como la supresión de espacios de diálogo, la obstrucción de la labor periodística, la criminalización de las organizaciones de la sociedad civil y de personas defensoras de derechos humanos y la progresiva obstaculización para la legalización de organizaciones de la sociedad civil.
“A ello se suma la aprobación de reformas legales que podrían instrumentalizar el sistema judicial en contra de la defensa de los derechos humanos”, añade.