Are we Salvadorans glass? Are we LED lights? Do we identify with that materiality – changes in the historic center? Is that what a Salvadoran is? Is this what we want to be?
These are questions Carlos Grande, from the Department of Spatial Organization -DOE- of UCA, poses when analyzing the intervention carried out by the ruling party in the Historic Center of San Salvador.
The expert starts from the idea that the transformations carried out cause multiple impacts on the citizens. He emphasizes that there is a loss of historical memory because protected heritage is being demolished, such as the National Library, the floor tiles of the National Palace, and the demolition of a block of land next to the Palace.
The expert points out that these are elements of built heritage in which years of El Salvador’s identity are consolidated. “With the removal of these infrastructures, part of the urban landscape has disappeared, which is not only related to infrastructure but also to the people who shaped that landscape,” explained Grande.
The specialist mentioned that these actions also have an environmental impact and recalled that in the 80s, similar interventions in Europe were questioned, which the ruling party is currently carrying out in 2024, with the justification of building something “new and better”.
Grande emphasized that with the demolitions carried out in the capital, the physiognomy of San Salvador has been transformed, and he questions if it can still be called a historic center.
He recalled that, for now, the emergence of the Chinese library has been observed, and he believes that time will tell if it will be part of our legacy and identify us.
The expert does not clearly understand what will happen to the historic center in the coming months; what he does reiterate is that these modifications contrast with the phrase expressed by Monsignor Romero: “We don’t need to have a lot to do a lot.”
Are we going to build buildings that resemble what was there before? If so, why demolish what was there before? And if you are going to do something new, is that new thing better than what was there before and is it Salvadoran? These are questions Carlos asks.
Transformación del Centro Histórico causa múltiples impactos en la ciudadanía salvadoreña: experto
¿Los salvadoreños somos vidrio? ¿Somos luces led? ¿Nos identificamos con esa materialidad -cambios en el centro histórico? ¿El salvadoreño es eso? ¿Es esto lo que nosotros queremos ser?
Estas preguntas se plantea Carlos Grande, del departamento de Organización del Espacio -DOE- de la UCA al analizar la intervención que el oficialismo realiza en el Centro Histórico de San Salvador.
El experto parte de la idea de que las transformaciones realizadas causan múltiples impactos en la ciudadanía. Destaca que hay una pérdida de la memoria histórica porque se está derribando patrimonio protegido como la Biblioteca Nacional, las baldosas del piso del Palacio Nacional y la demolición de una manzana de terreno, al costado del Palacio.
El experto indica que estos son elementos de patrimonio construido en el que se consolidan años de identidad de El Salvador. “Con el retiro de esas infraestructuras se ha marchado parte del paisaje urbano que no solo tiene que ver con infraestructura, sino con las personas que dieron forma a ese paisaje”, explicó Grande.
El especialista mencionó que en estas acciones también hay un impacto ambiental y recordó que en la época de los 80 se cuestionó en Europa las intervenciones similares a las que el oficialismo está realizando en 2024, con la justificación de construir algo “nuevo y mejor”.
Grande remarcó que con las demoliciones realizadas en la capital se ha transformado la fisonomía de San Salvador y se cuestiona si todavía se puede decir que el centro, es histórico.
Recordó que por el momento se ha visto el surgimiento de la biblioteca china y cree que el tiempo dirá si eso será parte de nuestro legado y nos identificará.
El experto no comprende con claridad qué va a pasar con el centro histórico en los próximos meses, lo que sí reitera es que esas modificaciones contrastan con la frase que expresó Monseñor Romero: “No necesitamos tener mucho para hacer mucho”.
¿Vamos a hacer edificios que parezcan lo que antes había? De ser así ¿porqué derribar lo que antes había? Y si vas a hacer algo nuevo ¿eso nuevo es mejor que lo que estaba antes y es salvadoreño? son preguntas que se plantea Carlos.