During the early hours of yesterday, boat owners began to appear gradually in the parking lot of the Mercado del Mar at the Port of La Libertad. Their boats were covered to protect them from the sun since they cannot be used due to the dock being closed since September 2, 2023, after being damaged by strong waves that damaged the crane or “winche” (from the English wincher), as it’s known by the fishermen.
After a couple of hours, the group of fishermen grew to around a hundred people. “We are not even a third of those affected, but the others couldn’t come,” commented one of the attendees.
According to the president of independent fishermen, Mario Ernesto Quintanilla, there are around 600 people engaged in fishing.
A large part of the fishermen didn’t arrive because they were working in agriculture, as public institution orderlies, repairing wiring, or as plumbers, as their fishing trade has been halted for nine months. Due to the need to generate income for their families and paying bills, they have opted to look for other “temporary” jobs.
The fishermen gathered to ask President Nayib Bukele to “have a heart” and enable the dock of the Port of La Libertad to return to work since the economic impact this causes them is increasingly significant.
When the dock was closed, they say they were not worried, as the former Minister of Agriculture and Livestock (MAG), Óscar Enrique Guardado, promised to provide them with monthly financial compensation while it was being repaired. Of the nine months without using the dock, they were only given a $360 voucher once, on January 6, 2024, for a group of 338 fishermen, after pressure generated by the media.
They don’t want handouts, they want to work
The gathered fishermen emphasized that they don’t want a voucher, a food basket, or any other benefit; they only ask to be allowed to work at the dock of the Port of La Libertad.
Such has been their eagerness to work that a group of fishermen organized themselves and bought cement to help with the restoration of the dock. Another group would be in charge of cleaning. All they got from this were threats from the dock administration, which told them that if they entered the place again, they would be arrested.
Due to the lack of opportunity to work from the dock, most fishermen have decided to move to nearby beaches to try to enter by breaking the waves; but this has brought them more losses and even injuries, as this practice causes boats to capsize, losing their instruments and tools at sea or, even worse, themselves.
Mario Ernesto Quintanilla said that the only time he tried it, his boat capsized on top of him, cutting his face. He almost lost his life due to blood loss, but doctors managed to stabilize him. His wound required eight stitches.
Nelson de Jesús Matas is another fisherman affected by the economic situation, so much so that he has chosen to sell part of his equipment to cover bills, study fees for his children, and food. He says that some of the pieces he sold were worth $500, but due to the need, he has accepted $100. “I still carry a five-dollar bill that I’m stretching so it reaches,” added Nelson.
More doubts than solutions
Currently, only seven boats are being used to go out to sea to fish, but recently the General Directorate of Fisheries and Aquaculture Development (Cendepesca) has banned the use of mesh number 9, a type of net used by fishermen that allowed them a larger number of fish, supposedly for damaging the marine environment.
Fishermen say they feel uncertain. “We would appreciate it more if they told us directly that they don’t want us here. That way, each of us takes our things, and we go somewhere else, but they have us here waiting,” said Nelson Mata.
Ana Lidia Ana Ortiz, a market merchant, stressed that there are no factories in the area to go to work; only fishing exists as a way to earn an income. “Even the vegetable market here suffers if we don’t go fishing,” she commented.
The fishermen hope that the space will be enabled soon since every day that passes is more of a loss for them, as moving the boats to the beaches costs them an extra $100 per day that they didn’t have when the dock was functioning, and they are catching fewer fish.
Meanwhile, the Ministry of Public Works published images of the new dock on social media: “The improvement and rehabilitation works on the old dock of the Port of La Libertad, carried out together with Cendepesca, will facilitate the work of artisanal fishermen.”
Pescadores llevan nueve meses esperando la reparación del muelle
Durante las primeras horas del día de ayer fueron apareciendo poco a poco en el parqueo del Mercado del Mar del Puerto de La Libertad los dueños de las lanchas que se encuentran tapadas para protegerlas del sol tras no tenerlas en movimiento, esto debido a que el muelle se encuentra cerrado desde el 2 de septiembre del 2023 tras ser dañado por un fuerte oleaje que daño la grúa o “winche” (del inglés wincher) como es conocida por los pescadores.
Luego de un par de horas, el grupo de pescadores fue creciendo hasta alcanzar el centenar. “No somos ni el tercio de los afectados, pero los demás no pudieron venir”, comentó uno de los presentes.
Según el presidente de pescadores independientes, Mario Ernesto Quintanilla, son alrededor de 600 personas que se dedican a la pesca.
Una gran parte de los pescadores no llegó por estar trabajando en agricultura, como ordenanza de instituciones públicas, reparando cableados o de fontaneros; ya que su oficio de la pesca se encuentra detenido desde hace nueve meses. Por la necesidad de generar ingresos para sus familias y el pago de recibos han optado por buscar otros trabajos “temporales”.
Los pescadores se reunieron para solicitar al presidente Nayib Bukele que “se toque el corazón” y les habilite el muelle del puerto de La Libertad para volver a trabajar, ya que las afectaciones económicas que esto les genera cada vez son más grandes.
Cuando se cerró el muelle, ellos comentan no haberse preocupado, ya que el exministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Óscar Enrique Guardado, prometió entregarles mensualmente una compensación económica mientras se reparaba. De los nueve meses de no usar el muelle, solamente una vez se les entregó un bono de $360 a un grupo de 338 pescadores el 6 de enero del 2024, tras la presión que se generó por los medios de comunicación.
No quieren bonos, quieren trabajar
Los pescadores reunidos recalcaron que ellos no quieren que les regalen un bono, una canasta de alimentos u otro beneficio, sino que solamente piden les permitan trabajar en el muelle del puerto de La Libertad.
Tal ha sido su ansia de trabajar que un grupo de pescadores se organizó y compró cemento para apoyar en la restauración del muelle. Otro grupo se encargaría de la limpieza. De esto solo obtuvieron amenazas de parte de la administración del muelle, que les indicó que si volvían a ingresar al lugar serían detenidos.
Debido a la falta de oportunidad de trabajar desde el muelle, la mayoría de pescadores ha tomado la decisión de moverse a las playas cercanas a intentar entrar rompiendo las olas; pero esto en lugar de beneficios les ha traído más perdidas e incluso heridos, debido a que esta práctica hace que las lanchas vuelquen, cayendo sus instrumentos y herramientas al mar o peor aún, ellos.
Mario Ernesto Quintanilla comentó que la única vez que lo intentó, su lancha volcó cayéndole encima y cortándole su rostro. Casi pierde la vida por la pérdida de sangre, pero los médicos lograron estabilizarlo. Su herida requirió ocho puntadas.
Nelson de Jesús Matas es otro pescador afectado económicamente, tanto que ha optado mejor por vender parte de su equipo para lograr pagar recibos, cuotas de estudios para sus hijos y alimentación. Él comenta que algunas de las piezas que vendió valen $500, pero debido a la necesidad ha aceptado que le den $100. “Todavía cargo un billete de cinco que ando estirando para que me alcance”, agregó Nelson.
Más dudas que soluciones
Actualmente, solo se están usando siete lanchas para entrar al mar a pescar, pero recientemente la Dirección General de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (Cendepesca) ha vetado el uso de la malla número 9, un tipo de red que usan los pescadores que les permitía un mayor número de peces por, supuestamente, estar dañando el medio ambiente del mar.
Los pescadores comentan sentirse con incertidumbre. “Agradeceríamos más que nos dijeran directamente que no nos quieren acá. Así cada uno agarra sus cosas y nos vamos a otro lugar, pero nos tienen acá esperando”, comentó Nelson Mata.
Ana Lidia Ana Ortiz, comerciante del mercado, recalcó que en la zona no hay fábricas donde ir a trabajar, solo existe la pesca como modo de obtener una ganancia económica. “Acá hasta el mercado de verduras perece si no se va a pescar” comentó.
Los pescadores esperan que pronto les habiliten el espacio, ya que cada día que pasa es más perdida para ellos, pues el movilizar las lanchas a las playas les genera un gasto extra de $100 al día que cuando el muelle funcionaba y pescando menor cantidad.
Por su parte, el Ministerio de Obras Públicas publicó en redes imágenes del nuevo muelle: “Los trabajos de mejora y rehabilitación del antiguo muelle del Puerto de La Libertad, realizados junto a Cendepesca, facilitarán las labores a los pescadores artesanales”.