The National Court (AN) has refused to extradite a former member of a mara gang to El Salvador, claimed for belonging to a criminal organization, due to the lack of guarantees that his fundamental rights will be respected as a consequence of the state of exception in effect for over two years in the Central American country.
In a ruling, the judges of the Fourth Section, in line with the requests of the National Court’s Prosecutor’s Office and the defense of the claimed individual, argue that, given the current political and social situation in El Salvador and the personal circumstances of the individual claimed, the extradition should be denied. “To proceed otherwise would implicitly endorse situations of serious risk to his life and physical integrity, given the current situation” in the requesting state, the ruling emphasizes.
The court explains that, as established by the Constitutional Court, the denial of an extradition due to a possible violation of fundamental rights must be based on the claimed individual providing specific and concrete elements to reasonably support their argument, without merely making generic allegations about the country’s situation, conditions in prisons, or respect for human rights.
In this case, the court says, “an exceptional or extraordinary situation has been verified, as a result of the proclaimed and reiterated state of exception in El Salvador, which must be duly recorded in this resolution as a confirmed objective fact.”
Especially, the court adds, since one of the reasons for adopting this situation was to fight against the gangs that threatened national peace and security, and the purpose of the extradition request is precisely to address membership in these criminal organizations, the Mara Dieciocho Revolucionarios, although in the case of the claimed person, it was as an external collaborator.
In this procedure, extradition is requested for the enforcement of a 3-year and 4-month prison sentence for committing an illicit association crime in El Salvador, detrimental to public peace, which in Spain would correspond to membership in a criminal organization. As set out in the ruling, the claimed person has stated that he came to Spain fleeing the actions of the mara members, who repeatedly extorted him.
The court takes into account the various statements by the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR), an entity mandated to promote the observance of human rights in the region and acts as an advisory body to the Organization of American States (OAS), urging El Salvador to ensure that crime prevention and sanction measures are implemented within the limits and procedures that guarantee public safety and respect for human rights and dignity.
The ruling also cites Amnesty International’s April 2023 statement on the situation in El Salvador, in which the organization denounced the systematic commission of “serious human rights violations” since the state of exception was approved.
Finally, the court also echoes two recent journalistic articles that reveal, it says, the “situation of human rights breakdown” in the requesting country.
The court recalls that in cases of a potential risk of fundamental rights violations against the claimed person, the Spanish authority is not indifferent to the extradited person’s fate but must prevent the violation of fundamental rights. Therefore, it is the court, through judicial proceedings, that must safeguard these rights without leaving such possibility to the national government in the event of agreeing to the extradition.
The AN adds that according to the doctrine of the Constitutional Court, the possible violation of fundamental rights by the extradition court must be controlled through the ordinary and extraordinary procedural mechanisms provided for this purpose, and not by a governmental decision, which, in any case, operates, according to the court, in the political sphere.
In the present case, the judges reiterate, the court must take into account that the extradition claim, although not for a political crime, refers to the claimed person’s membership in a terrorist organization whose actions led to the political decision to decree a prolonged state of exception.
“Therefore, given the plausible hypothesis, in view of the existing political and social situation in El Salvador and the personal circumstances of the claimed person, that their fundamental rights may not be respected, we consider that the extradition under examination should be rejected, based on Article 7.1 d) and f) of the bilateral treaty, since to proceed otherwise would implicitly endorse situations of serious risk to their life and physical integrity, given the current situation described in the requesting state,” the ruling concludes.
La Audiencia Nacional rechaza extraditar a El Salvador a un exmiembro de una mara por falta de garantías de sus derechos fundamentales
La Audiencia Nacional (AN) ha rechazado extraditar a El Salvador a un exmiembro de una mara reclamado por pertenencia a organización criminal ante la falta de garantías de que se respeten sus derechos fundamentales como consecuencia del estado de excepción en que se encuentra aquel país desde hace más de dos años.
En un auto, los magistrados de la Sección Cuarta, en línea con lo solicitado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la defensa del reclamado, consideran que, a la vista de la situación político-social existente en la República de El Salvador y las circunstancias personales del reclamado, debe ser rechazada su entrega. “Proceder de otro modo implicaría amparar posibles situaciones de grave riesgo para su vida e integridad física, a la vista de la situación actual” en el Estado requirente, subraya.
La Sala explica que, tal y como establece el Tribunal Constitucional, la denegación de una extradición por posible vulneración de sus derechos fundamentales debe sustentarse en que el reclamado haya aportado determinados y concretos elementos que sirvan de apoyo razonable a su argumentación, sin que sus alegaciones sobre los riesgos puedan ser meramente genéricas sobre la situación del país, de las prisiones o el respeto a los derechos humanos.
En este caso, dice la Audiencia, “se ha constatado la existencia de una situación excepcional o extraordinaria, consecuencia del proclamado y reiterado estado de excepción en la República de El Salvador, del que hay que dejar constancia fehaciente en la presente resolución, como dato objetivo contrastado”.
Máxime, añade, cuando una de las causas por las que se adoptó tal situación fue la de luchar contra las pandillas que ponían en riesgo la paz y la seguridad nacional, siendo así que el objeto de la reclamación es, precisamente, la pertenencia a esas organizaciones criminales, la mara Dieciocho Revolucionarios, aunque en el caso del reclamado fuera como colaborador externo.
En este procedimiento, la extradición se solicita para el cumplimiento de una condena de 3 años y 4 meses de cárcel por la comisión de un delito en El Salvador de agrupaciones ilícitas en perjuicio de la paz pública que en España correspondería con pertenencia a organización criminal. Según recoge el auto, el propio reclamado ha manifestado que vino a España huyendo de la acción de los miembros de la mara al ser objeto de reiteradas extorsiones.
La Sala tiene en cuenta los distintos pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entidad que tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la Organización de Estados Americanos (OEA), en los que se insta a El Salvador a asegurar que las acciones de prevención y sanción de los crímenes y la delincuencia se implementen dentro de los límites y procedimientos que garanticen la seguridad pública y el respeto a los derechos y la dignidad humana.
También recoge el comunicado de Amnistía Internacional de abril de 2023 relativo a la situación en El Salvador y en el que se denunciaba la comisión de “graves violaciones de derechos humanos de forma sistemática” desde que se aprobara el régimen de excepción.
Finalmente, la Sala también se hace eco de dos artículos periodísticos recientes que revelan, dice, la “situación de quiebra de los derechos humanos“ que se vive en el país reclamante.
La Audiencia recuerda que en los supuestos de peligro de vulneración de derechos fundamentales de la persona reclamada la autoridad española no es ajena al destino del extraditado, sino que debe prevenir la vulneración de derechos fundamentales. De ahí que sea el Tribunal, en la vía jurisdiccional, quien debe preservar esos derechos sin dejar tal posibilidad al Gobierno de la Nación en el caso de haber accedido a la entrega.
Añade la AN que conforme a la doctrina del Tribunal Constitucional la posible vulneración de derechos fundamentales por parte del Tribunal de la extradición debe ser controlada a través de los mecanismos procesales ordinarios y extraordinarios previstos para ello y no por una decisión gubernativa, que, en todo caso, se mueve, incide la Sala, en un ámbito político.
En el caso presente, reiteran los jueces, el Tribunal debe tener en cuenta que la reclamación extradicional, si bien no es por un delito político, viene referida a la pertenencia del reclamado a una organización terrorista cuya actuación motivó la decisión política de decretar un prolongado estado de excepción.
“Por tanto, ante la hipótesis verosímil, a la vista de la situación político-social existente en la República de El Salvador, y las circunstancias personales del reclamado, de que no sean respetados los derechos fundamentales del mismo, consideramos, que debe rechazarse la entrega extradicional que examinamos, sobre la base del artículo 7.1 d) y f) del Tratado bilateral, ya que proceder de otro modo implicaría amparar posibles situaciones de grave riesgo para su vida e integridad física, a la vista de la situación actual descrita en el Estado requirente”, concluye.