On May 9th, six human rights defender organizations will present a report to the United Nations Working Group on Enforced or Involuntary Disappearances (WGEID) containing information on 327 forced or involuntary disappearances that have taken place since the state of exception began.
This data is included in a report that will be presented to the international organization, which also discusses the lack of a detention registry, the disappearances of women, information withholding, among other issues.
Regarding short-term forced or involuntary disappearances, they identify three significant patterns. The first is when police and military personnel apprehend individuals in public places and in the presence of witnesses, deny their detention and whereabouts for days, weeks, and months until the family’s insistence finally locates the person in a penitentiary center.
Another pattern involves the person being apprehended by the same authorities, who provide no information, and even when the family searches for them in prisons, they are not found. This leads the family to file habeas corpus petitions before the Constitutional Chamber of the Supreme Court of Justice (CSJ) or specialized courts.
Lastly, the most alarming and worrisome data is when police and military personnel withhold information about the apprehension, and the person remains missing. The family only learns of their whereabouts when they are informed that the person has died and must go to collect the body for burial, finding signs of torture and mistreatment on it.
According to the records kept by these organizations, the majority of apprehended individuals are low-income, young people between the ages of 18 and 30, who are accused, in most cases, of belonging to illicit groups.
The lack of a detention registry
Regarding the detention registry, the report explains that the Inter-American Court of Human Rights (IACHR) has ordered state parties to create a registry of detentions to prevent forced disappearances and torture.
This registry must include the identification of the detained person, the reason for detention, the competent authority, the date and time of entry and release, as well as information about the arrest warrant.
“The Supreme Court of Justice in El Salvador manages the Department of Detained Persons Information. However, there is no information on its operation, whether it is up-to-date, and whether it allows competent authorities to control the legality of detentions immediately. Due to its lack of updating, families of detained persons cannot access information immediately,” the report states.
Disappearances of women
The document also addresses the disappearances of women and girls related to femicides. The organizations point out that women’s disappearances are not random cases but rather victims are preselected, abducted to commit sexual violence, and ultimately femicide and concealment of the corpse.
“Disappearances of women are usually preceded by other criminal acts committed by people close to the victims or by violent structures, such as gangs, who use women’s bodies as personal or family revenge; for refusing to become the partner of a gang member or for opposing being part of these structures, among other reasons,” the report states.
The organizations denounce the impunity surrounding these cases. Additionally, they denounce the lack of gender perspective in the search for missing women.
In these cases, they identified the following patterns: disappearances committed by gangs associated with femicidal risk, which are planned acts, where the victim is selected, deprived of liberty, murdered, and their body concealed.
Another pattern is disappearances committed by persons in the close environment associated with femicidal risk. Partners, expartners, and people close to the victim are identified as perpetrators in this category. “A common denominator in these disappearances is that the victims were immersed in violent relationships with their partners.”
There are also disappearances committed by organized crime associated with human trafficking networks for sexual exploitation purposes, disappearances due to trafficking networks on migratory routes, and women who “must” disappear.
The report details that the State does not have systematized information on disappearances, and its legal classification is “not always adequate”. For instance, in a meeting where the Attorney General’s Office (FGR) participated with the Committee against Torture, the former reported that between 2019 and March 2022, there were 551 disappearances of persons and 1,229 cases of deprivation of liberties.
Meanwhile, the National Civil Police (PNC) reported 6,932 missing persons from 2019 to June 2022. Later, the FGR reported 6,435 missing persons between 2019 and the end of 2021, reflecting the discrepancies.
Informarán a la ONU de 327 desapariciones forzadas ocurridas durante el régimen de excepción en El Salvador
El próximo 9 de mayo seis organizaciones defensoras de derechos humanos presentarán ante el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas (WGEID, por sus siglas en inglés), un reporte con 327 desapariciones forzadas o involuntarias ocurridas desde que inició el régimen de excepción.
Estos datos constan en un informe que se presentará ante el organismo internacional, en el que además hablan sobre la falta de un registro de detenciones, las desapariciones de mujeres, la reserva de información, entre otros temas.
Sobre las desapariciones forzadas o involuntarias consideradas de corta duración, ellos reflejan tres patrones importantes. El primero es cuando los policías y militares capturan a personas en lugares públicos y con testigos, niegan su detención y el paradero por días, semanas y meses, hasta que por insistencia de la familia la persona capturada logra ser ubicada en un centro penitenciario.
Otro patrón es el de la captura de la persona por las mismas autoridades, que no brindan información, y aunque la familia los busque en las cárceles no las encuentran. Esto lleva a la familia a presentar habeas corpus ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), o Cámaras Especializadas.
Por último, el dato más alarmante y preocupante, es cuando los policías y militares no brindan información de la captura, permaneciendo esta personas desaparecida, y solo se enteran de su paradero cuando les informan que han muerto y deben ir a retirarlo para enterrarlo, encontrando en sus cuerpos señales de tortura y malos tratos.
Según los registros que llevan estas organizaciones, la mayoría de personas capturadas son personas de bajos recursos, jóvenes de entre los 18 y 30 años, a quienes acusan en la mayoría de casos de agrupaciones ilícitas.
La falta de un registro de detenciones
Sobre el registro de detenciones, el informe detalla que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha ordenado a los Estados parte que deben generar un registro de las detenciones para evitar que no haya desapariciones forzadas ni torturas.
En este registro debe constar de la identificación de la persona detenida, por qué se detuvo, la autoridad competente, día y hora de ingreso y de su liberación, además de información sobre la orden de detención.
“En El Salvador la Corte Suprema de Justicia administra el Departamento de Información de Personas Detenidas. Sin embargo, no se tiene información de su funcionamiento, si está actualizado y si permite a las autoridades competentes controlar la legalidad de las detenciones de forma inmediata. Debido a su falta de actualización, las familias de personas detenidas no pueden acceder inmediatamente a información”, indica el informe.
Desapariciones de mujeres
El documento también menciona las desapariciones de mujeres y niñas que están relacionadas con los feminicidios. Las organizaciones mencionan que las desapariciones de mujeres no son casos aleatorios, sino que estas víctimas son seleccionadas con anticipación, las raptan para llegar a violencia sexual y por último al feminicidio y ocultamiento del cadáver.
“Las desapariciones de mujeres suelen estar precedidas de otros actos criminales ejecutados por personas del entorno cercano de las víctimas o por estructuras violentas, como las pandillas, que utilizan los cuerpos de las mujeres como venganzas personales o familiares; por el rechazo de hacerse pareja de algún pandillero o por oponerse a ser parte de esas estructuras, entre otras”, indica el informe.
Las organizaciones denuncian la impunidad que rodea estos casos. Además, denuncian que hay una falta de perspectiva de género en la búsqueda de mujeres desaparecidas.
En estos casos identificaron los siguientes patrones: desapariciones cometidas por pandillas asociadas a riesgo feminicida, que son hechos planificados , seleccionan a la víctima, la privan de libertad, la asesinan y ocultan su cuerpo.
Otro de los patrones es la desaparición cometida por personas del entorno cercano asociadas al riesgo feminicida. En este apartado se encuentran como perpetradores sus parejas, exparejas y personas cercanas a la víctima. “Un denominador común en estas desapariciones es que las víctimas estaban inmersas en relaciones de violencia por parte de sus parejas”.
También están las desapariciones cometidas por crimen organizado asociadas a redes de trata de personas con fines de explotación sexual, desapariciones por redes de tráfico en la ruta migratoria y mujeres que “deben” desaparecer.
En el informe se detalla que el Estado no tiene sistematizada la información sobre desapariciones, además que su calificación jurídica “no siempre es adecuada”. Por ejemplo, en una sesión en la que participó la Fiscalía (FGR) con el Comité contra la Tortura, la primera informó que entre 2019 y marzo de 2022 se registraron 551 desapariciones de personas y 1,229 casos de privaciones de libertad.
Mientras que la Policía Nacional Civil (PNC) reportó 6,932 personas desaparecidas desde 2019 hasta junio de 2022. Luego la FGR reportó 6,435 personas desaparecidas entre 2019 y finales de 2021. Eso refleja las discrepancias.