Glasses, watches, shoes, and other accessories were part of the sales that Luis (fictitious name) carried out for more than five years on First Avenue South, between Sixth and Eighth West Street in downtown San Salvador. This Sunday, his products were wrapped in black plastic bags as he dismantled the last of his business.
Last Friday, Luis and other vendors from the block and nearby streets were informed by the city hall, through a notice, that they had 72 hours to vacate. Although they were aware this would happen, they are uncertain about what they will do in the coming days to survive, as no concrete solution has been offered yet.
“They always say the same thing, that they will relocate us, but they just tell us to wait. That’s the only alternative they give us, nothing concrete like saying, ‘we’re going to remove you, but we’ll have you already located in this place,'” says Luis.
His only alternative is to rent a place for around $500 to continue selling. In the meantime, part of the merchandise will be stored in his house, and the rest “we will try to move,” he states.
A few streets down, another vendor was finishing dismantling the business that had supported her family for 20 years. “I have been here long enough,” she says while looking at the rubble.
In her case, she says she has been offered relocation to a market in the same area, but she is unsure when she will start setting up in the new space.
Last Saturday, the San Salvador city hall announced on its social networks the beginning of the first stage of the phase 4 of the Historic Center revitalization project, which includes the eviction of 250 vendors located in 16 blocks of streets and sidewalks in the southeast that continued to be intervened yesterday by the municipality’s staff.
Although the city hall claims that the evictions are “voluntary,” vendors argue they have “no other choice” and have even expressed fear of being detained under the state of exception for opposing it.
LA PRENSA GRÁFICA asked the city hall’s communications department how many of the 250 evicted vendors will be relocated. The person in charge replied that “as in previous processes, they are offered the Municipal Markets System, they are asked for three options, the feasibility is analyzed, and the administrative process begins to grant the new location, as they must provide the required documentation to be in a market.”
The number of vendors relocated since the revitalization plan began and the number of vendors evicted since 2022 were also inquired, but the respondent said they didn’t have the data “at hand.”
Today, the streets remained closed with yellow tape. Although the city hall representative claimed that mobility restrictions were “only for pedestrians, vehicles, and public transport for security reasons,” members of the Metropolitan Agents Corps (CAM) guarded the area and prevented the entry and presence of media inside the streets, except for the city hall’s communicators.
Under a canopy, several media outlets waited for permission to enter the eviction areas, as the municipality’s staff carried out a “tour.”
“Que esperemos, esa es la única alternativa que nos dan”: continúan desalojos en el centro histórico de San Salvador
Lentes, relojes, zapatos y otros accesorios, eran parte de la venta que Luis (nombre ficticio) comercializaba, desde hace más de cinco años, en la primera avenida sur, entre la sexta y octava calle poniente del centro de San Salvador. Este domingo, sus productos estaban envueltos en bolsas plásticas negras, mientras desmontaba lo último de su negocio.
El viernes pasado, a Luis y otros vendedores de la cuadra y de calles aledañas, la alcaldía capitalina les informó, por medio de un aviso, que tenían un plazo de 72 horas para desalojar. Aunque estaban conscientes que eso iba a ocurrir, los embarga la incertidumbre de qué harán en los próximos días para sobrevivir, porque hasta el momento no se les ha ofrecido una solución concreta.
“Siempre dicen lo mismo, que nos van a reubicar pero ellos dicen que esperemos. Esa es la única alternativa que nos dan, nada concreto de decir: ‘miren los vamos a quitar, pero los vamos a tener ya ubicados en tal lugar’”, dice Luis.
Su única alternativa es alquilar un local que oscila entre los $500 para continuar vendiendo. Mientras tanto, una parte de la mercadería será almacenada en su casa y el resto “lo vamos a tratar de mover”, afirma.
Unas calles más abajo, otra vendedora terminaba de desmontar el negocio con el que sostuvo a su familia durante 20 años. “Ya tenía bastante de estar aquí”, dice al mismo tiempo que observa los escombros.
Asegura que en su caso, sí ha recibido la opción de reubicación en un mercado de la misma zona, aunque por el momento no sabe cuándo comenzará a instalarse en el nuevo espacio.
El sábado pasado, la alcaldía de San Salvador anunció en sus redes sociales el inicio de la primera etapa de la fase 4 del proyecto de revitalización del Centro Histórico, que incluye el desalojo de 250 comerciantes ubicados en 16 cuadras de calles y aceras del sur-oriente que continuaban siendo intervenidas ayer, por el personal de la comuna.
Aunque la alcaldía afirma que los desalojos son “voluntarios”, los vendedores aseguran que “no tiene mayor opción” e incluso han expuesto que temen ser capturados por el régimen de excepción por oponerse.
LA PRENSA GRÁFICA, solicitó al área de comunicaciones de la alcaldía, la cantidad de vendedores que serán reubicados de los 250 desalojados. El encargado respondió que “como en procesos anteriores, a ellos se le ofrecen el Sistema de Mercados Municipales, se les piden tres opciones, se analiza la viabilidad e inicia el proceso administrativo para otorgar el puesto, ya que ellos deben presentar la documentación que se requiere para estar en un mercado”.
También se consultó sobre cuántos han sido reubicados desde que inició el plan de revitalización y cuántos vendedores han sido desalojados desde el 2022, pero dijo “no tener a la mano” los datos.
Este día, las calles permanecían cerradas con cinta amarilla. Aunque el encargado de la alcaldía aseguró que las restricciones de movilidad eran “solamente para peatones, vehículos y transporte colectivo por temas de seguridad”, los elementos del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) custodiaban la zona e impedían el ingreso y estancia de los medios de comunicación dentro de las calles, a excepción de los comunicadores de la alcaldía.
Bajo un canopy, varios medios de comunicación esperaban que les permitieran el paso a las zonas del desalojo, porque los trabajadores de la comuna realizaban un “recorrido”.