Since March 27, 2022, El Salvador has been under a state of exception that suspends citizens’ rights.
The decree was approved by deputies of the Legislative Assembly, with a majority backing, after 87 homicides were recorded over three consecutive days. On March 26, 2022 alone, there were 62 victims.
However, two years into the measure, it is unknown whether all those involved in these homicides have been captured or convicted.
In the context of the 2 years of the measure, the Solidarity Committee with El Salvador in Mexico, through a statement, said they continue to be concerned about the chain of human rights violations and basic guarantees against the population by the Salvadoran government.
They believe that, “a government model that only offers prison and punishment to people impoverished by decades of neoliberal policies is not a successful model that should be replicated, but rather the opposite: it is a failure, with fear as its fundamental pillar.”
The Solidarity Committee demands an end to the state of exception and immediate freedom for all those detained without evidence or specific allegations. They also call for an end to using the judicial apparatus to persecute political opposition and the withdrawal of military cordons in organized communities.
They note that as a result of the arrests, the country currently has the highest incarceration rate in the world, with 1,086 per 100,000 inhabitants. This means that 1.6% of the population is deprived of their freedom, including 34 human rights defenders and 1,194 minors.
The Humanitarian Legal Aid organization points out that at least 240 incarcerated individuals, including 2 babies, have died. The Solidarity Committee adds that many have been handed over to their families “with evidence of beatings or torture, without having received any hearing. Others, even with their release letter, have not been executed.”
They also highlight the increasing cases of individuals detained and taken to prison for political reasons or exiled, in addition to an increase in the persecution and harassment of dissent and opposition.
A dos años del régimen de excepción, Comité de Solidaridad exige fin a la medida y libertad a personas detenidas sin evidencias
Desde el 27 de marzo de 2022, El Salvador se encuentra bajo un régimen de excepción que suspende derechos ciudadanos.
El decreto fue aprobado por los diputados de la Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, luego de 87 homicidios que se registraron durante 3 días continuos. Solo el 26 de marzo de 2022, hubo 62 víctimas.
Sin embargo, a dos años de la medida se desconoce si todos los señalados en dichos homicidios han sido capturados o han sido condenados.
En el contexto de los 2 años de la medida, el Comité de Solidaridad con El Salvador en México, mediante un comunicado, dijo que siguen con preocupación la cadena de violaciones a los derechos humanos y garantías básicas contra la población, por parte del Estado salvadoreño.
Opinan que, “un modelo de gobierno que solo ofrece cárcel y garrote a las personas empobrecidas por décadas de políticas neoliberales no es un modelo exitoso que deba ser replicable, sino todo lo contrario: es un fracaso, que tiene al miedo como pilar fundamental”.
El Comité de Solidaridad exige poner fin al régimen de excepción y libertad inmediata de todas las personas detenidas sin evidencias o denuncias concretas. Pide además, el cese del uso del aparato judicial para la persecución contra la oposición política y el retiro de los cordones militares en comunidades organizadas.
Señalan que a raíz de las detenciones, el país tiene actualmente la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, con 1,086 por cada 100 mil habitantes. Es decir que 1.6% de la población se encuentra privada de libertad, incluyendo 34 personas defensoras de Derechos Humanos y 1,194 menores de edad.
El Socorro Jurídico Humanitario señala que por lo menos 240 personas encarceladas, incluyendo 2 bebés, han fallecido. El Comite de Solidaridad agrega que muchos han sido entregados a sus familiares “con evidencias de golpes o tortura, sin haber recibido ninguna audiencia. Otras, incluso con su carta de liberación sin ser ejecutada”.
Resaltan también los crecientes casos de personas detenidas y llevadas a prisión por razones políticas o exiliadas, además de un incremento a la persecución y hostigamiento de la disidencia y oposición.