“Perhaps there is another family who is going through the same thing we have experienced and they do not have the opportunity to speak and to say these things and yes, I do believe that in these modern times, there should not be so much abuse of human rights,” said Muyshondt’s sister, who asked for her identity to be protected for security reasons.
Authorities arrested the former advisor in August 2023, and his death became known in early February, with neither prison nor security authorities having provided any information to date.
On February 9, attorney Lucrecia Landaverde alleged that Alejandro Muyshondt’s body had “multiple indications that he was somehow tortured.”
“What we have experienced as a family, having a body delivered in that state, the anxiety, the anguish of not knowing how your loved one is, I think that neither we nor anyone else should be going through this,” she said.
One more case among thousands without answers
Muyshondt, whose case has been kept under wraps by the authorities, was initially accused of revealing secret information and aiding evasion in favor of former President Mauricio Funes (2009-2014), who is being prosecuted in El Salvador but has been granted citizenship in Nicaragua.
His sister pointed out that they added the charge of extortion to these accusations “when he was not an extortionist,” which would have caused his case to be subjected to the rules of the state of emergency.
El Salvador has been under this regime since late March 2022 following a surge in homicides attributed to gangs, which among other guarantees, suspends the right to defense for detainees.
Various humanitarian organizations have collected more than 6,000 reports of abuses, including the deaths of more than 200 people.
In these cases, it has been denounced that there is a pattern of lack of information in general about the processes, a prohibition of visits, and ignorance about the prison where the detainees are held and their health conditions.
There have also been reports of possible torture signs on the bodies of the deceased, with the generally provided cause of death being pulmonary edema.
“I think that all these human rights abuses should not be happening, and yes, I would like to be that voice for all those people who do not have the channel to say what they are experiencing because just as I am, just as my mother is, just as my family is, there are many families going through this same situation where they deliver a body and that’s it, there is no investigation, there is nothing,” she emphasized.
Fear of denouncing anomalies in El Salvador
“I can affirm that there have been several irregularities,” said Alejandro Muyshondt’s sister, referring to the entire case, but without going into details so as not to affect the process.
She pointed out that her family has “many doubts and very few answers” about her brother’s death and hopes that “the situation will be clarified.”
However, she expressed that fear of possible reprisals persists for publicly denouncing the irregularities of the case.
“There is fear; we do not feel safe because you do not know what to expect, and there are no constitutional guarantees or anything that would really protect us within the state of emergency,” she said.
She added: “My fear is that, just as they charged Alejandro with extortion when he was not an extortionist, they simply arrest you for giving interviews, for speaking out and expressing what we feel as a family (…) to charge us with any crime just to silence us, that is my main fear.”
Among the irregularities in her brother’s case, she noted that there is no consistency in the cause of death given by the authorities, the lack of access to judicial records, and the rapid deterioration of his health.
She questioned “how is it that a person, who was completely healthy on August 9 (2023), ends up dead in six months,” since one document “states that he died from bone metastasis,” while the forensic agency stated that it was due to pulmonary edema.
“These are the inconsistencies that we would like to know. We would like to clarify this situation,” she said, adding that Alejandro “died in state custody, there should be an investigation, an investigation should have been opened.”
La hermana de un exasesor salvadoreño fallecido rechaza “atropellos” a DD.HH. en El Salvador
“Quizás hay otra familia que están pasando por lo mismo que nosotros hemos pasado y no tienen la oportunidad de hablar y de decir estas cosas y sí creo que en estos tiempos modernos no se puede estar dando tanto atropello a los derechos humanos”, dijo la hermana de Muyshondt, quien pidió resguardar su identidad por razones de seguridad.
Las autoridades detuvieron al exasesor en agosto de 2023 y su fallecimiento se conoció a inicios de febrero pasado, sin que las autoridades penitenciarias o de seguridad hayan brindado ninguna información hasta este momento.
El 9 de febrero, la abogada Lucrecia Landaverde denunció que el cuerpo de Alejandro Muyshondt presentaba “múltiples evidencias de que fue de alguna manera torturado”.
“Lo que hemos vivido nosotros como familia, que te entreguen un cuerpo en ese estado, la zozobra, la angustia de no saber cómo está tu ser querido, yo pienso que no lo debería de estar pasando ni nosotros ni a nadie”, dijo.
Un caso más entre miles sin respuestas
Muyshondt, cuyo caso se ha mantenido bajo hermetismo por las autoridades, fue acusado inicialmente de revelación de hechos secretos y favorecimiento de la evasión, en beneficio del expresidente Mauricio Funes (2009-2014), procesado penalmente en El Salvador, pero nacionalizado en Nicaragua.
Su hermana apuntó que a estos cargos le sumaron el de extorsión “cuando él no era ningún extorsionista”, lo que habría derivado que a su proceso le aplicaran las reglas del régimen de excepción.
El Salvador se encuentra bajo este régimen desde finales de marzo de 2022 tras una escalada de homicidios atribuidos a las pandillas, con lo que se suspende, entre otras garantías, el derecho a la defensa de los detenidos.
Diversas organizaciones humanitarias han recabado más de 6.000 denuncias de atropellos, incluidas las muertes de más de 200 personas.
En estos casos, según han denunciado, existe un patrón de falta de información en general de los procesos, prohibición de la visita, desconocimiento tanto de la prisión en la que se encuentran los detenidos como de su estado de salud.
También se han denunciado señales de posible tortura en los cuerpos de los fallecidos y la causa de muerte brindada generalmente es por edema pulmonar.
“Creo que todos estos atropellos a los derechos humanos no deberían de estar sucediendo y sí me gustaría ser esa voz de todas esas personas que no tienen el canal para decir lo que están viviendo, porque así como yo, así como mi mamá, así como mi familia, hay muchas familias que están pasando por esta misma situación que le entregan un cuerpo y ya, no hay una investigación, no hay nada”, recalcó.
Temor por denunciar anomalías en El Salvador
“Puedo afirmar que sí han habido varias irregularidades”, sostuvo la hermana de Alejandro Muyshondt en referencia a todo el caso, pero sin entrar en detalles para no afectar el proceso.
Señaló que su familia tiene “muchas dudas y muy pocas respuestas” sobre la muerte de su hermano y que esperan que “se aclare la situación”.
Sin embargo, manifestó que persiste el temor a posibles represalias por denunciar públicamente las irregularidades del caso.
“Existe temor, no nos sentimos seguras, pues no se sabe qué esperar y no hay garantías constitucionales o algo que realmente nos proteja a nosotros dentro del régimen de excepción”, dijo.
Añadió: “Mi miedo es que, así como a Alejandro le imputaron un cargo de extorsión cuando él no era ningún extorsionista, que simplemente te arresten por dar entrevistas, por abrir la boca y expresar lo que como familia sentimos, (…) que nos imputen cualquier cargo solo por callarnos, ese es mi principal temor”.
Entre las irregularidades en el caso de su hermano señaló que no existe concordancia en la causa de muerte dada por las autoridades, la falta de acceso a los expedientes judiciales y el rápido decaimiento de su salud.
Cuestionó “cómo es que una persona, de estar completamente sana el 9 de agosto (de 2023), termina fallecida en seis meses”, ya que en un documento “dice que murió hasta de metástasis ósea”, mientras que el ente forense declaró que fue por un edema pulmonar.
“Son esas incongruencias que quisiéramos saber. Quisiéramos esclarecer esa situación”, dijo y agregó que Alejandro “falleció bajo custodia del Estado, debe de haber una investigación, debe de haberse abierto una investigación”.