That El Salvador is the economy that will grow the least in Central America is said by everyone. Even the government, through the Central Reserve Bank (BCR), has maintained that the country will grow just 2.6% this year, which places it behind in the region with nations that will exceed 2.9 percentage points in each case.
The one that gives a more positive growth forecast for El Salvador is the World Bank, with 2.8%, which even provides a number higher than that of the BCR itself. The multilateral entity has been improving its rating throughout the year, as it started in January with 2%.
According to the BCR, the Salvadoran economy advanced between April and June thanks to the construction sector, which grew by 22.8% due to the execution of public projects in road infrastructure and sports venues.
In second place is electricity, with 16.8%, an activity that represents 3.1% of the national Gross Domestic Product (GDP).
The president of the BCR, Douglas Rodríguez, stated that the construction sector was influenced by the increase in private investments of a residential, corporate, and tourist nature. Also, by the increase in employment and the stabilization of prices of its inputs.
However, the country shows weakness in key sectors of the economy, especially in terms of industry. This can also be read in exports, which have not risen throughout the year. According to the latest BCR data, foreign sales fell to $495.80 million in October 2023, when in the same month of 2022 they had been $560.66 million. This implies a drop of $64.86 million in the last year.
But there is also a decrease when compared to exports in September, which were $502.44 million, and those in August, which were $539.60 million. And this impacts the loss of jobs, as the economist Mauricio Choussy explained a few weeks ago.
“In an economy that has that characteristic, it is normal for jobs to be lost. But more and more information is reserved,” he said in a television interview.
On that occasion, the economist commented that, due to this lack of inputs, he preferred not to comment on the ratings given by agencies to El Salvador, such as S&P Global Ratings, which in November improved the sovereign debt rating of El Salvador by one notch, from CCC+ to B-, noting that the short-term debt restructuring program will reduce the risk of default.
“There are no maturities until 2025, the possibilities of El Salvador defaulting are quite reduced… one of the possible causes for something like this to happen is if the fiscal deficit shoots up, which tends to get complicated during election times,” he pointed out.
The Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC), for its part, has also improved growth prospects for this year for El Salvador, moving them from 1.9% to 2.3%, still below what is calculated by local institutions. However, it remains the lowest number in the Central American region.
The IMF, with the worst forecasts
Although ECLAC and the World Bank improved forecasts for El Salvador as the year went by, the International Monetary Fund (IMF) decided to lower it in October. In its “World Economic Outlook” (WEO) report, the agency lowered the GDP growth projection for El Salvador by two-tenths, from 2.4% to 2.2%.
This places the country at the bottom of the region, below Honduras, which the IMF projects will grow 2.9%; Nicaragua, which would grow 3%; Costa Rica, which could increase its GDP by 3.2%; Guatemala (3.4%) and Panama, which is estimated to grow by 6%.
The IMF had already indicated in the Article IV statement (the annual review they do of member countries, which was vetoed by the Government of El Salvador), that in a baseline scenario “growth is projected to moderate and macroeconomic imbalances to persist,” and added that “risks to the outlook are high and tilted to the downside.” This was going to be marked, mainly, by the slowdown in the United States, which directly impacts exports and remittances.
For the economist Rafael Lemus, this low growth forms the perfect cocktail for El Salvador to reach a complicated situation, due to its very high levels of debt.
“The country is obliged to generate a greater payment capacity. And that is only achieved if the economy grows at a significant rate. That is not what is happening with El Salvador,” Lemus commented.
El Salvador es el país que menos crecerá en C.A., según organismos internacionales
Que la de El Salvador es la economía que menos crecerá en Centroamérica, lo dice todo el mundo. Incluso el Gobierno, a través del Banco Central de Reserva (BCR), ha sostenido que el país crecerá apenas un 2.6 % para este año, lo que lo coloca a la zaga en la región con naciones que superarán los 2.9 puntos porcentuales en cada caso.
El que da un pronóstico más positivo de crecimiento para El Salvador es el Banco Mundial, con un 2.8 %, que incluso brinda un número superior al del propio BCR. La entidad multilateral ha ido mejorando su calificación a lo largo del año, pues la inició, en enero, con un 2%.
Según el BCR, la economía salvadoreña avanzó entre abril y junio gracias al sector de la construcción, que creció 22.8% por la ejecución de proyectos públicos en infraestructura vial y escenarios deportivos.
En segundo puesto, aparece la electricidad, con un 16.8%, actividad que representa un 3.1% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
El presidente del BCR, Douglas Rodríguez, manifestó que el sector construcción se vio influenciado por el aumento en las inversiones privadas de tipo residencial, corporativo y turístico. Asimismo, por el aumento en el empleo y la estabilización de precios de sus insumos.
Sin embargo, el país muestra debilidad en sectores clave de la economía, sobre todo en lo relativo a industria. Esto puede leerse también en las exportaciones, que no se han elevado a lo largo del año. Según los últimos datos del BCR, las ventas al extranjero bajaron a $495.80 millones en octubre de 2023, cuando en el mismo mes de 2022 habían sido de $560.66 millones. Eso implica una caída de $64.86 millones en el último año.
Pero también se registra una baja si se compara con las exportaciones respecto a septiembre que fueron de $502.44 millones y las de agosto que fueron $539.60 millones. Y eso impacta en la pérdida de empleos, según lo explicaba hace unas semanas el economista Mauricio Choussy.
“En una economía que tiene esa característica, lo normal es que se pierdan empleos. Pero cada vez hay más información reservada”, sostuvo en una entrevista televisiva.
En esa ocasión, el economista comentó que, por esta falta de insumos, prefería no pronunciarse ante las calificaciones brindadas por las agencias a El Salvador, como S&P Global Ratings, que en noviembre mejoró la nota de deuda soberana de El Salvador un escalón, al pasarla de CCC+ a B-, señalando que el programa de reestructuración de la deuda de corto plazo reducirá el riesgo de un impago.
“No hay vencimientos hasta 2025, la posibilidades de que El Salvador incumpla son bastante reducidas… una de las posibles causas para que algo como esto se dé es si se dispara el déficit fiscal, que suele complicarse en las épocas electorales”, apuntó.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), por su parte, también ha mejorado las perspectivas de crecimiento de este año para El Salvador, pasándolas de 1.9 % a 2.3 %, aún debajo de lo calculado por las instituciones locales. Sin embargo, sigue siendo el menor número de la región centroamericana.
El FMI, con los peores pronósticos
Si bien Cepal y el Banco Mundial mejoraron las previsiones para El Salvador a lo largo que fue pasando el año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió bajarla en octubre. En su informe de “Perspectivas Económicas Mundiales” (WEO por su sigla en inglés), el organismo rebajó dos décimas a la proyección de crecimiento del PIB para El Salvador al pasarla de 2.4% a 2.2%.
Esto ubica al país en la cola de la región, abajo de Honduras, que el FMI proyecta que crezca 2.9%; de Nicaragua, que crecería 3%; Costa Rica, que podría aumentar su PIB en 3.2%; Guatemala (3.4%) y Panamá, que se estima crezca un 6%.
El FMI ya había señalado en la declaración del artículo IV (la revisión que hacen anualmente a los países miembros, que fue vetada por el Gobierno de El Salvador), que en un escenario base “se proyecta que el crecimiento se modere y se mantengan los desequilibrios macroeconómicos”, y agregó que “los riesgos para las perspectivas son elevados y se inclinan hacia la baja”. Esto iba a estar marcado, principalmente, por la desaceleración en Estados Unidos, que impacta directamente en las exportaciones y en las remesas.
Para el economista Rafael Lemus, este poco crecimiento conforma el cóctel perfecto para que El Salvador llegue a una situación complicada, debido a sus altísimos niveles de deuda.
“El país está obligado a generar una mayor capacidad de pago. Y eso solo se consigue si la economía crece a un ritmo importante. Eso no es lo que está pasando con El Salvador”, comentó Lemus.