18% of students in El Salvador, aged 15 to 16, reported having skipped a meal at least once a week because their family did not have enough money to buy food, according to the results of the Program for International Student Assessment (PISA) 2022, released last week by the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD).
In addition to measuring knowledge in mathematics, science, and reading of students from 147 territories around the world, the PISA test also provided data on the socioeconomic level of the students and the relationship of these factors with their academic performance.
In El Salvador, the average socioeconomic level of those evaluated ranked 75th out of 79 of the 147 economies covered by PISA. In other words, the country has the fifth lowest socioeconomic level in that group, only surpassing Guatemala, Indonesia, Morocco, and Cambodia.
Within the analysis of socioeconomic conditions, the test included food insecurity for the first time. The percentage of students who responded that they had not eaten at least once a week in the last 30 days because there was not enough money in their family to buy food reached 18% in El Salvador.
“You can have a good teacher, but a poorly nourished child, in a hostile or violent environment, obviously does not learn well, does not generate good academic performance” — Óscar Picardo, Researcher and education specialist
The country ranked 26th out of 66 economies for which this indicator was measured. The United Arab Emirates and Romania also reported the same percentage, while in Central America, Panama (23%) and Guatemala (20%) exceeded it. In Costa Rica and Honduras, this aspect was not measured.
But within that 18%, there were young people who faced a more critical situation than others. 8% of the students said they had skipped a meal once a week, but 5% said it happened every day or almost every day. Another 3% stated that they skipped meals two or three times a week, and 1% four to five times a week.
Food insecurity greatly influences students’ academic performance, said researcher and education specialist Óscar Picardo. “Among the associated factors, which are many: the education level of the parents, housing issues, health, food, and nutrition; they are all components that make up the puzzle of ideal educational conditions. That is, you have exogenous factors and endogenous factors to the school, and you can have a good teacher, but a poorly nourished child, in a hostile or violent environment, obviously does not learn well, does not generate good performance,” he indicated.
The price of food in El Salvador has skyrocketed since 2022, and the basic food basket has reached record levels due to the inflationary wave. In May, a survey by the Institute of Science, Technology, and Innovation (ICTI) of the Francisco Gavidia University (UFG), led by Picardo, revealed that some families had decided to skip a meal due to high prices. The majority (41.7%) skipped lunch.
Asked about the results of another recent study, which reveals a limited social valuation of the teaching profession, Idalia Zúniga, secretary of the Salvadoran Teachers’ Front, pointed out that the correct execution of the school feeding program (PASE) was one of the great challenges of 2023.
“We have children with high levels of malnutrition in public schools, and we have seen with what difficulty the Ministry of Education has delivered those foods. They arrived late, there was no milk, there were no beans, coupled with the precariousness that Salvadoran households have by not having access to the basic basket,” she said.
Low performance
The PISA test confirmed Picardo’s statement about the relationship between food insecurity and academic performance. According to the report, all countries where at least 25% of students reported not having eaten at least once a week are among the worst performers in mathematics.
El Salvador obtained an average score of 343 in mathematics, one of the lowest in PISA 2022, said the OECD. But among the 10% of students with the lowest socioeconomic level, that score was even lower and averaged 318, while those in the top 10% achieved 412.
“We have children with high levels of malnutrition in public schools, and we have seen with what difficulty the Ministry of Education has delivered those foods” — Idalia Zúniga, Teachers’ Front
The evaluation also identified “resilient students,” those who are among the 25% most socioeconomically disadvantaged in their country, but who scored in the top 25% highest scores. “These students are academically resilient because, despite their socioeconomic disadvantages, they have achieved educational excellence compared to other students in their country.”
In El Salvador, 10.2% of students from the lowest socioeconomic level entered the group of the top 25% with the best scores in mathematics. That percentage is the average reported by OECD members, which include economies such as Canada, Chile, France, and Germany.
Since December 5, when the PISA results were known, LA PRENSA GRÁFICA has sought the position of the MINED, without having received a response.
Performance
Although the score in mathematics is higher in advantaged students, that is, those with a better socioeconomic status, when compared with the rest of the countries, it is among the lowest. The score of 412 obtained by this group is ranked 74th out of 79 economies, indicated PISA 2022.
18 % de estudiantes en El Salvador no comió al menos una vez a la semana por falta de dinero
El 18 % de los estudiantes de El Salvador, de entre 15 y 16 años, aseguró haber dejado de comer al menos una vez a la semana porque su familia no tenía dinero para comprar alimentos, afirman los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) 2022, dados a conocer la semana pasada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Además de medir los conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura de los estudiantes de 147 territorios del mundo, la prueba PISA también arrojó datos sobre el nivel socieconómico de los alumnos y la relación de estos factores con su desempeño académico.
En El Salvador, el nivel socieconómico promedio de los evaluados ocupó el lugar 75 entre 79 de las 147 economías cubiertas por PISA. Dicho de otra forma, el país tiene el quinto nivel socieconómico más bajo en ese grupo, superando solo a Guatemala, Indonesia, Marruecos y Camboya.
Dentro del análisis de las condiciones socieconómicas, la prueba incluyó por primera vez la inseguridad alimentaria. El porcentaje de estudiantes que respondieron no haber comido al menos una vez a la semana en los últimos 30 días, porque en su familia no había suficiente dinero para comprar alimentos, alcanzó el 18 % en El Salvador.
“Podés tener un buen docente, pero un niño mal alimentado, en un entorno hostil o violento, obviamente no aprende bien, no genera un buen rendimiento académico” — Óscar Picardo, Investigador y especialista en educación
El país se ubicó en el puesto 26 de 66 economías para las cuales se midió este indicador. Emiratos Árabes Unidos y Rumania también reportaron el mismo porcentaje, mientras que en Centroamérica lo superaron Panamá (23 %) y Guatemala (20 %). En Costa Rica y Honduras no se midió este aspecto.
Pero dentro de ese 18 % hubo jóvenes que enfrentaron una situación más crítica que otros. El 8 % de los estudiantes dijo que dejó de comer una vez a la semana, pero el 5 % aseguró que le ocurría todos los días o casi todos los días. Otro 3 % sostuvo que dejó de comer dos o tres veces por semana y el 1 %, de cuatro a cinco veces a la semana.
La inseguridad alimentaria influye “muchísimo” en el rendimiento académico de los estudiantes, afirmó el investigador y especialista en educación Óscar Picardo. “Dentro de los factores asociados, que son muchísimos: la escolaridad de los padres, el tema de vivienda, sanidad, alimentacion y nutrición; son todos componentes que arman el rompecabezas de las condiciones ideales de educación. O sea, tenés factores exógenos y factores endógenos a la escuela y podés tener un buen docente, pero un niño mal alimentado, en un entorno hostil o violento, obviamente no aprende bien, no genera un buen rendimiento”, indicó.
El precio de los alimentos en El Salvador se ha disparado desde 2022 y la canasta básica alimentaria ha llegado a niveles récord debido a la ola inflacionaria. En mayo, una encuesta del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), dirigido por Picardo, reveló que algunas familias habían decidido suprimir un tiempo de comida debido a los altos precios. La mayoría (41.7 %) dejó de almorzar.
Consultada por los resultados de otro estudio reciente, que revela una limitada valorización social de la profesión docente, Idalia Zúniga, secretaria del Frente Magisterial Salvadoreño, señaló que la correcta ejecución del programa de alimentación escolar (PASE) fue uno de los grandes desafíos de 2023.
“Tenemos niños con altos niveles de desnutrición en las escuelas públicas y el programa PASE hemos visto con qué dificultad el Ministerio de Educación ha entregado esos alimentos. Llegaron tardíamente, no había leche, no había frijoles, aunado a la precariedad que los hogares salvadoreños tienen por no tener acceso a la canasta básica”, dijo.
Bajo rendimiento
La prueba PISA confirmó la afirmación de Picardo sobre la relación entre inseguridad alimentaria y rendimiento académico. Según el reporte, todos los países donde al menos el 25 % de los estudiantes reportó no haber comido al menos una vez a la semana están dentro de los peores desempeños en matemáticas.
El Salvador obtuvo un puntaje promedio de 343 en matemáticas, uno de los más bajos de PISA 2022, dijo la OCDE. Pero entre el 10 % de los estudiantes con el nivel socioeconómico más bajo, ese puntaje fue incluso inferior y promedió 318, mientras que los ubicados en el 10 % más acomodado obtuvo 412.
“Tenemos niños con altos niveles de desnutrición en las escuelas públicas y el programa PASE hemos visto con qué dificultad el Ministerio de Educación ha entregado esos alimentos” — Idalia Zúniga, Frente Magisterial
La evaluación también identificó “estudiantes resilientes”, aquellos que se ubican entre el 25 % más socieconómicamente desventajado de su país, pero que se colaron en el 25 % con los puntajes más altos. “Estos estudiantes son académicamente resilientes porque, a pesar de sus desventajas socieconómicas, han alcanzado excelencia educativa en comparación con los otros estudiantes de su país”.
En El Salvador, el 10.2 % de los alumnos del más bajo nivel socioeconómico entraron al grupo del 25 % con los mejores puntajes en matemáticas. Ese porcentaje es el promedio que reportaron los miembros de la OCDE, en donde están economías como Canadá, Chile, Francia y Alemania.
Desde el 5 de diciembre, cuando se conocieron los resultados de PISA, LA PRENSA GRÁFICA ha buscado la postura del MINED, sin haber recibido respuesta.
Rendimiento
Aunque el puntaje en matemáticas es superior en los alumnos aventajados, es decir, que gozan de mejor estatus socieconómico, cuando se compara con el resto de los países se ubica entre los más bajos. El puntaje de 412 obtenido por este grupo se ubica en el puesto 74 de 79 economías, indicó PISA 2022.