Despite the current government’s argument that after the pension reform the savings of workers would no longer be touched because the new law prohibited it, the truth is that it continues to borrow funds from the savings of contributors in the AFPs.
Through the issuance of Pension Obligation Certificates (COP), the Salvadoran Institute of Pensions (ISP) has issued new pension debt amounting to $613.13 million as of September this year.
These certificates have been acquired by the Pension Fund Administrators (AFP) with money saved month by month by workers, and the government uses these resources to pay pensioners.
This new debt is added to the one accumulated by the Executive Branch with the contributors amounting to $8,397.33 million, whose funds have also been used to pay the pensions of the old system.
However, after the pension reform approved in December 2022, this debt was exchanged or converted into Transition Financing Certificates (CFT) in April this year, but they will not yet be paid to the workers.
Therefore, between the new debt and the previous one, the amount rises to $9,010.4 million as of September, according to data from the Central Reserve Bank (BCR).
As of last June, the balance of the COPs amounted to $455.4 million but in July it rose to $507.35 million, then in August it grew to $560.15 million until reaching $613.13 million, which is the latest data available on the BCR portal.
The Pension Institute has been issuing the COPs without making any payment to this debt to date, according to official data.
COPs are the current instruments with which the government has acquired new debt to pay the pensions of the old ISSS and Inpep system (now ISP), which replaced the Pension Investment Certificates (CIP), after the repeal of the Pension Obligations Trust (FOP) that existed since 2006.
The ruling Legislative Assembly eliminated the FOP in December 2022 as part of the pension reform, a mechanism used by previous governments to borrow workers’ savings to pay pensions.
By repealing the Trust, the debt accumulated through the CIPs was to be exchanged for the new Transition Financing Certificates (CFT), which was done in April this year, but under different conditions than originally agreed, causing technically the current government to default.
In April, the government offered three options for paying the previous pension debt, one of which, chosen by the AFPs, was to improve the interest rate to 7% in exchange for extending the maturity of the debt to 50 years and granting a 4-year grace period without paying interest to the workers who already lent the money to the Executive to pay the pensioners.
This fiscal maneuver has helped the Executive to show an apparent reduction in public debt statistics.
In fact, official BCR figures indicate that the public debt as of September amounts to $19,612.42 million, but if the $9,010.45 million of pension debt is added, the real amount rises to $28,622.87 million.
Also, the most recent report of the debt profile of the Non-Financial Public Sector (SPNF) of September, published on the Ministry of Finance’s portal, excludes the pension debt from the government’s accounts.
In a few brief lines at the bottom of the document, it only indicates that as of September 2023, the Pension Debt comprises Transition Financing Certificates (CFT) worth $8,397.3 million and Pension Obligation Certificates (COP) worth $613.1 million.
Even in the 2024 budget project presented by the Ministry of Finance to the Legislative Assembly, no funds have been projected for pension costs, whereas for this year, at least in projection, they had programmed $570 million, but the details of the real use of that money are unknown. In the document summarizing the budget for next year, the Ministry of Finance stated that in relation to pensions “with the creation of the Salvadoran Institute of Pensions, the payment of the same passes to its jurisdiction. Being the ISP an institution of the financial public sector, therefore, it is not part of the Central Government and therefore does not appear within the General State Budget 2024”.
Until before the reform, the funds for the payment of pensions were part of the budget of the Ministry of Finance under the concept of “State Obligations”.
The Alerts That Have Sounded
Faced with the increase in pension debt, Patricio Pineda, representative and founder of the Working Table for a Dignified Pension, warned months ago that they had calculated that the government’s debt with contributors would exceed $9,000 million.
“We have presented an actuarial study since January (2023)
with the figure of more than $9 billion in total debt and the BCR data matches the study of the Table and with those of the Superintendency of the Financial System, because it means that (to date) it has even risen more,” Pineda affirmed since August, which he considered worrying.
In his opinion, the increase in pension debt reflects the “unsustainability of the system caused by this insistent meddling of politicians who have seen in the system their petty cash”.
Gobierno eleva a más de $9,000 millones la deuda de pensiones
Pese a que el gobierno actual argumentó que tras la reforma de pensiones no se tocarían más los ahorros de los trabajadores porque la nueva ley lo prohibía, lo cierto es que continúa tomando fondos prestados de los ahorros de los cotizantes en las AFP.
Mediante la figura de Certificados de Obligaciones Previsionales (COP), el Instituto Salvadoreño de Pensiones (ISP) ha emitido nueva deuda de pensiones por $613.13 millones a septiembre de este año.
Estos certificados han sido adquiridos por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) con dinero ahorrado mes a mes por los trabajadores y el gobierno usa esos recursos para pagar a los pensionados.
Esta nueva deuda se suma a la que tiene acumulada el Órgano Ejecutivo con los cotizantes por $8,397.33 millones, cuyos fondos han servido también para pagar las pensiones del sistema antiguo.
Sin embargo, tras la reforma de pensiones aprobada en diciembre de 2022 esa deuda fue canjeada o convertida a Certificados de Financiamiento de Transición (CFT) en abril de este año, pero no serán pagados a los trabajadores todavía.
Por lo tanto, entre la nueva deuda y la anterior el monto se eleva a $9,010.4 millones hasta septiembre, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Hasta junio pasado el saldo de los COP ascendía a $455.4 millones pero en julio subió a $507.35 millones, luego en agosto creció a $560.15 millones hasta llegar a $613.13 millones, que es el último dato disponible en el portal del BCR.
El Instituto de Pensiones ha estado emitiendo los COP sin que hasta la fecha se haga algún abono a esa deuda, según los datos oficiales.
Los COP son los actuales instrumentos con los cuales el gobierno ha adquirido nuevo endeudamiento para pagar las pensiones del sistema antiguo del ISSS e Inpep (hoy ISP) y que sustituyeron a los Certificados de Inversión Previsional (CIP), tras la derogación del Fideicomiso de Obligaciones Previsionales (FOP) que existió desde 2006.
La Asamblea Legislativa oficialista eliminó el FOP en diciembre de 2022 como parte de la reforma de pensiones, cuyo mecanismo sirvió a los gobiernos anteriores para tomar prestados ahorros de los trabajadores para pagar las pensiones.
Al derogar el Fideicomiso, la deuda acumulada mediante los CIP se debía canjear por los nuevos Certificados de Financiamiento de Transición (CFT), lo cual se hizo en abril de este año, pero en condiciones diferentes a las acordadas originalmente y eso ocasionó que técnicamente el actual gobierno cayera en impago.
En abril, el gobierno ofreció tres opciones de pago de la deuda anterior de pensiones, una de ellas y que fue la elegida por las AFP era mejorar la tasa de interés al 7% a cambio de extender el vencimiento de la deuda a 50 años y dar un período de gracia de 4 años sin pagar intereses a los trabajadores que ya le prestaron el dinero al Ejecutivo para pagarle a los pensionados.
Esa maniobra fiscal le ha ayudado al Ejecutivo a que en las estadísticas de la deuda pública se vea una reducción aparente.
De hecho, las cifras oficiales del BCR indican que la deuda pública hasta septiembre asciende a $19,612.42 millones, pero si se le suman los $9,010.45 millones de deuda de pensiones el monto real se eleva a $28,622.87 millones.
También el más reciente informe del perfil de la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) de septiembre, publicado en el portal del Ministerio de Hacienda, margina de las cuentas del gobierno la deuda de pensiones.
En unas breves líneas al pie del documento solo indica que a septiembre de 2023 la deuda Previsional comprende Certificados de Financiamiento de Transición (CFT) por valor de $8,397.3 millones y Certificados de Obligaciones Previsionales (COP) por $613.1 millones.
Incluso, en el proyecto de presupuesto para 2024 que presentó Hacienda a la Asamblea Legislativa no han proyectado nada de fondos en concepto de costo previsional, mientras que para este año, al menos en proyección, habían programado $570 millones, pero se desconocen los detalles del uso real de ese dinero.
En el documento que resume el presupuesto para el otro año, Hacienda planteó que en relación a las pensiones “con la creación del Instituto Salvadoreño de Pensiones, el pago de las mismas pasa a su jurisdicción. Siendo el ISP una institución del sector público financiero, por tanto, no forma parte del Gobierno central y por ende no figura dentro del Presupuesto General del Estado 2024”.
Hasta antes de la reforma, los fondos para el pago de las pensiones eran parte del presupuesto de Hacienda en concepto de las “Obligaciones del Estado”.
Las alertas que han sonado
Ante el aumento de la deuda de pensiones, Patricio Pineda, representante y fundador de la Mesa de trabajo por una Pensión Digna, advirtió meses atrás que ellos habían hecho cálculos que la deuda del gobierno con los cotizantes sobrepasaría los $9,000 millones.
“Nosotros hemos presentado un estudio actuarial desde enero (2023) con la cifra de más de $9 mil millones en deuda total y los datos del BCR cuadran con el estudio de la Mesa y con los de la Superintendencia del Sistema Financiero, porque quiere decir que (a la fecha) ya subió incluso más”, afirmó Pineda desde agosto, lo cual consideró preocupante.
A su juicio, el aumento de la deuda previsional refleja la “insostenibilidad del sistema provocado por esa insistente metedera de mano que tienen los políticos que han visto en el sistema su caja chica”.