Miss

Nov 13, 2023

Colonel Arturo Armando Molina also considered Miss Universe to be an expensive but efficient method to mask human rights violations and make a police regime seem jovial and friendly. — También el coronel Arturo Armando Molina consideró que Miss Universo era un caro pero eficiente método para maquillar las violaciones a los derechos humanos y para que un régimen policial luciera jovial y amigable.

Colonel Arturo Armando Molina also considered Miss Universe to be an expensive but efficient method to mask human rights violations and make a police regime seem jovial and friendly. Children from that era say that the five finalists paraded on floats along the Boulevard of Heroes, where they saw Miss Finland, Haiti, the United States, Sweden, and the Philippines sweat, and around the event was woven an uncomfortable aura, a mix of gunpowder with glitter.

From the documents of the time, I am left with a photo in which Anne Pohtamo, freshly crowned, greets the crowd while beside her the colonel, curiously dressed in civilian clothes, simulates a smile. Not that the image humanizes the author of student massacres and the occupation of the National University but rather the opposite; it reflects the belief that the contest was an opportunity to pretend, to soften the roughness of a murderous government with hand cream.

We cannot be unfair and equate that government—militaristic, deaf, wasteful, and an expert in intimidation—with this one. Although they share all these traits, organizing a major advertising event for propaganda purposes, washing the government’s thuggish image like a car in a car wash, and dressing up the biggest jailer in America is more organically accomplished by this administration than by the PCN half a century ago.

Unlike those times when the main tools of government work, conflict resolution, and social control were repression, in this era, the regime still needs to quell social fervor with ways that seem civilized. That’s why unscrupulous advertisers, digital evangelists, and other professionals of lying and ex-Saca and ex-Funes propagandists have been welcomed with open arms at the Presidential House.

With that army of pipers, the government of Hámelin felt confident enough to invest in Miss Universe, understanding that it would extract every last applause, post, and like from that investment.

The investment seems offensive in a country lacking medicines, impoverished by the pandemic, corruption, and mafias, but His Intolerance estimated that maintaining the Bukele brand internationally and showing the world that El Salvador is more than an Alcatraz on steroids was worthwhile.

All well and good, if not for the fact that the feds took it upon themselves to arrest one of the country’s most important gang members in Mexico, trashing the government’s narrative and leaving very delicate questions about some officials and organized crime on the table.

Or maybe the reverse, the very likely scene of the president opening the contest dressed in impeccable Fioravanti and a cyan silk bowtie will dominate the conversation and tone down the questions about whether there was a truce refill.

In any case, even if not the whole country talks about the contest but only half, the president has already profited from the occasion because any other discussion that is not about the innocents detained in prison, the deceased without trial, and the continued suppression of guarantees and rights suits him.

Besides, it’s inevitable that Anne Jakkaphong—the only person with whom he has had a presidential summit—will declare this “the best contest in the history of Miss Universe.” The fine print of the contract…

Returning to 1975, a few days after Pohtamo’s coronation, the hand cream ended up drying out: a march of university students was criminally silenced near the Social Security, orchestrated by Molina and his defense minister, the also infamous General Carlos Romero. A silk purse cannot be made out of a sow’s ear…

LPG: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Miss-20231111-0016.html

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También el coronel Arturo Armando Molina consideró que Miss Universo era un caro pero eficiente método para maquillar las violaciones a los derechos humanos y para que un régimen policial luciera jovial y amigable. Sostienen los niños de aquella época que las cinco finalistas desfilaron en unas carrozas en el bulevar de Los Héroes, y ahí vieron sudar a miss Finlandia, Haití, Estados Unidos, Suecia y Filipinas y que alrededor del evento se tejió un aura así de incómoda, una mezcla de pólvora con brillantina.

De los documentos de la época me quedo con una foto en la que Anne Pohtamo, recién coronada, saluda a la concurrencia mientras a su lado el coronel, curiosamente vestido de civil, simula una sonrisa. No es que la imagen humanice al autor de las masacres estudiantiles y de la ocupación de la Universidad Nacional sino todo lo contrario, refleja la convicción de que el concurso era una oportunidad para fingir, para suavizar con crema de manos la aspereza de un gobierno asesino.

No podemos ser injustos y poner en la misma página a aquel gobierno –militarista, sordo, botarata y experto en la intimidación– con este. Es que aunque coincidan en todos esos rasgos, organizar un gran evento publicitario con fines propagandísticos, meter como en un car wash la imagen de matonería del gobierno y hacer pasar por catrín al carcelero más grande de América se le da de modo más orgánico a esta administración que a la del PCN de hace medio siglo.

A diferencia de aquellos tiempos en los que la principal herramienta de trabajo, resolución de conflictos y control social gubernamental era la represión, en esta época el régimen todavía necesita aplacar la efervescencia social con maneras que parezcan civilizadas. Por eso los publicistas inescrupulosos, los evangelistas digitales y otros profesionales de la mentira y los propagandistas ex Saca y ex Funes han sido recibidos con los brazos abiertos en la Casa Presidencial.

Con ese ejército de flautistas, el gobierno de Hámelin se sintió lo suficientemente confiado para invertir en Miss Universo entendiendo que le sacaría hasta el último aplauso, el último post y el último like a esa inversión.

La inversión parece ser una grosería en un país desabastecido de medicinas, empobrecido por la pandemia, la corrupción y las mafias, pero Su Intolerancia estimó que mantener la marca Bukele a nivel internacional y enseñarle al mundo que El Salvador es más que un Alcatraz con esteroides valía la pena.

Todo bien, de no ser porque a los federales se les antojó detener en México a uno de los pandilleros más importantes del país, tirando a la basura la narrativa del gobierno y dejando sobre la mesa unas preguntas muy delicadas acerca de algunos funcionarios y el crimen organizado.

O quizá al revés, la muy probable escena del presidente inaugurando el concurso vestido con impecable Fioravanti y corbatín cyan de seda dominará la conversación y le bajará volumen a las preguntas sobre si hubo refill de tregua.

En todo caso, aun si no todo el país se queda hablando del concurso sino solo la mitad, el presidente ya rentabilizó la ocasión porque cualquier otra discusión que no sea sobre los inocentes detenidos en prisión, los fallecidos sin juicio y la continuada supresión de garantías y derechos le conviene.

Además, es inevitable que Anne Jakkaphong –la única persona con la que ha tenido cumbre presidencial– declare este como “el mejor concurso en la historia de Miss Universo”. Las letras chiquitas del contrato…

Volviendo a 1975, unos días después de la coronación de Pohtamo, la crema de manos terminó secándose: una marcha de estudiantes universitarios fue silenciada de modo criminal a la altura del Seguro Social, orquestada por Molina y por su ministro de defensa, el también infame general Carlos Romero. Aunque el gorila se vista de seda…

LPG: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Miss-20231111-0016.html