Recent police intelligence documents accessed by Insight Crime, according to a report by journalist Roberto Valencia, reveal that among the more than 72,000 people arrested under the 18-month-old state of emergency, only 1,230 gang leaders of various levels have been captured.
The number seems very low, according to estimates from police and military sources consulted by El Diario de Hoy, considering that in 2017, among the three gangs, there were a total of more than 500 cliques or courts, each with several leaders.
A report from the National Civil Police from August 2018 already revealed that, by that date, they had identified that Mara Salvatrucha (MS-13) had 363 cliques nationwide, while the two factions of the 18th Street Gang had 217 courts (equivalent to cliques in MS-13).
In the hierarchy of gangs, there are various levels of command. There are the leaders of cliques or courts, the spokesmen, the program or tribe runners (who group several cliques or courts), and the top-level leaders.
According to police sources consulted, after the breakdown of the truce made by the government of Mauricio Funes, the gangs prepared several of their members to become leaders, thus becoming leaderless when the current leaders die or are captured. The same happened with the spokesmen and program runners; these are leaders who are above the clique or court leaders.
A memorandum dated August 9, 2018, DG/SDG/ No. 5341, signed by the then Deputy Director General of the National Civil Police (PNC), César Baldemar Flores Murillo, reported on the mapping of gangs nationwide.
The document contained the “Protection” Operations Order, detailing actions to take when gang groups targeted a PNC member, or to avoid being so. By then, the gangs had intensified attacks on PNC members, the Armed Forces, and Penitentiary Centers.
From MS-13, they had identified 363 cliques, while from the two factions of the 18th Street Gang, 217 courts grouped into 30 tribes (equivalent to MS-13 programs). The document indicated the specific territories where each of these cliques was present.
By the time that document was issued, hard days were running for the security of police, military, or guards of the Directorate of Penitentiary Centers.
For example, a police officer had been murdered in Santa Tecla and then burned; a senior sergeant stationed at the Third Infantry Brigade, based in San Miguel, had been gunned down in a hamlet of Moncagua.
By then, the document listed the names of 233 gang members considered targets of police interest (OIP), including top-level leaders, program runners, spokesmen, clique leaders, and triggermen from the three main gangs.
The document detailed the place of residence of each of these targets and the reasons why they were considered as such.
The MS-13 triggerman, Fernando Antonio Hernandez Mercado, had participated in the murder and burning of agent Wilfredo Ramos Díaz. Adonis Hilario Galeas Melara, another MS-13 triggerman, was wanted for participating in the murder of senior sergeant Julio Israel Peña Amaya, in Moncagua, in mid-May 2017.
Both Hernandez Mercado and Galeas Melara were captured before the state of emergency.
Pocos cabecillas han sido detenidos en 18 meses de régimen
Documentos de reciente elaboración de inteligencia policial a los que Insight Crime tuvo acceso, según un reporte del periodista Roberto Valencia, revelan que entre las más de 72 mil personas detenidas bajo el régimen de excepción, que lleva 18 meses de vigencia, tan sólo 1,230 cabecillas de pandillas, de diverso nivel, han sido capturados.
La cantidad parece muy poca, según estimaciones de fuentes policiales y militares consultadas por El Diario de Hoy, si se toma en cuenta, afirman que para el año 2017, entre las tres pandillas había un total de más de 500 clicas o canchas y que cada una cuenta con varios cabecillas.
Un informe de la Policía Nacional Civil de agosto de 2018 ya revelaba que, a esa fecha, tenían identificados que la Mara Salvatrucha (MS-13) tenía 363 clicas a nivel nacional, en tanto que las dos facciones de la 18, tenían 217 canchas (equivalentes a clicas en la MS-13).
En la jerarquía de las pandillas, existen diversos niveles de mando. Están los cabecillas de clica o canchas, los palabreros, los corredores de programas o de tribus (que aglutinan una cantidad de clicas o canchas), y los ranfleros, como primer nivel.
De acuerdo con las fuentes policiales consultadas, luego de la ruptura de la tregua que hizo el gobierno de Mauricio Funes, las pandillas prepararon a varios de sus miembros para convertirse en cabecillas y de esa manera quedar acéfalas al morir o ser capturados los cabecillas de turno. Igual sucedía con los palabreros y corredores de programas, estos son cabecillas que están por encima de los cabecillas de clicas o canchas.
Un memorando de fecha 9 de agosto de 2018, DG/SDG/ No. 5341, firmado por el entonces subdirector general de la Policía Nacional Civil (PNC), César Baldemar Flores Murillo, daba cuenta sobre el mapeo de las pandillas a nivel nacional.
El documento contenía la Orden de Operaciones “Protección”, que detalla las acciones a tomar cuando un miembro de la PNC era blanco de ataque por parte de grupos de pandilla, o bien para evitar serlo. Para entonces, las pandillas habían arreciado los ataques a miembros de la PNC, de la Fuerza Armada y Centros Penales.
De la MS-13 habían identificado a 363 clicas, en tanto que de las dos facciones de la 18, 217 canchas aglutinadas en 30 tribus (equivalente a los programas de la MS-13). El documento señalaba los territorios específicos de presencia de cada una de esas clicas.
Para cuando fue emitido ese documento, corrían días duros para la seguridad de policías, militares o vigilantes de la Dirección de Centros Penales.
Por ejemplo, un policía había sido asesinado en Santa Tecla y luego calcinado; un sargento mayor de alta en la Tercera Brigada de Infantería, con sede en San Miguel, había sido acribillado a balazos en un cantón de Moncagua.
Para entonces, el documento consignaba los nombres de 233 miembros de pandillas considerados como objetivos de interés policial (OIP), entre los cuales había ranfleros, corredores de programa, palabreros, cabecillas de clica y gatilleros de las tres principales pandillas.
El documento detallaba el lugar de residencia de cada uno de esos objetivos y los motivos por los cuales era considerado como tal.
El gatillero de la MS-13, Fernando Antonio Hernandez Mercado, había participado en el asesinato y calcinamiento del agente Wilfredo Ramos Díaz. Adonis Hilario Galeas Melara, otro gatillero de la MS-13, era buscado por haber participado en el asesinato del sargento mayor Julio Israel Peña Amaya, en Moncagua, a mediados de mayo de 2017.
Tanto Hernández Mercado como Galeas Melara fueron capturados antes del régimen de excepción.