Several farmers’ organizations warned during a meeting in Santa Ana that 50% of the basic grains that El Salvador needs for its consumption are at risk due to the irregular rain patterns that are affecting the current agricultural cycle (2023-2024).
The national consumption of the country’s basic grains in a single year amounts to 25 million quintals: 18.8 million quintals of corn, 2.4 million quintals of beans, 2.9 million quintals of sorghum (millet), and 900,000 quintals of rice.
The lack of rain and a noticeable increase in temperature caused delays in the first planting, which traditionally starts in May. This was exacerbated by the establishment of the El Niño phenomenon in the region, leading to a drop in the average accumulated rainfall, including a more extended dry spell.
“The start of the rainy season began in June, with a one-month delay, and continued with irregular rains and atypically high temperatures,” states the latest report from FEWS NET, a global acute food insecurity analysis and early warning initiative.
This entity expects a reduction in subsistence crop production in the coming months “due to anomalies in the rainfall pattern at the start of the first cycle.”
Producer organizations agree with this forecast. According to the Salvadoran Chamber Association of Small and Medium Producers (CAMPO) president, Luis Treminio, the field situation is critical as the late planting “is at risk.”
The agricultural sector anticipates a greater impact for the remainder of the year, as, according to the National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), the effect of El Niño would reach 90% for August, September, and October, leaving the country with only 10% of the usual rain.
Producers expressed yesterday that if these forecasts are met, “there would be no late harvest,” so the deficit of basic grains for national consumption would reach 12 million quintals for 2024; in other words, almost half of what the country consumes.
According to CAMPO’s calculations, the decrease in basic grain production would cause a deficit of 4 million quintals of corn; for beans, there would be a shortfall of 267,930 quintals; 875,000 quintals in sorghum, and 187,500 quintals in rice, totaling 5.3 million quintals. To this amount, the producers add the current deficit.
According to organizations, this deficit would lead to rising prices and food shortages. CAMPO projected a production of 19.8 million quintals for this agricultural cycle, but this estimate has dropped to 19.3 million quintals due to the drought.
“The winter is behaving aggressively. In the last 30 years, we have not had a winter as bad as now. We started the winter with a 60% chance that the El Niño phenomenon would affect us, and with that figure, we lost 18% of the production planted so far,” mentioned Luis Treminio, president of CAMPO.
The Association explained that the paracentral area is the most affected, with greater emphasis in the department of La Paz. They detailed that, to date, in the east of the country, no losses are reported because that area is just beginning to be cultivated.
José Melara Yanes, national coordinator of the National Alliance El Salvador in Peace, expressed that the situation is complicated, as countries like Honduras and Nicaragua are prioritizing the supply of their internal markets over the export of basic grains.
Melara detailed that, only in the west, about 250,000 farmers have been affected, out of the 400,000 basic grain producers that are accounted for in the country, according to the agricultural census, of which, he assured, 50% have already suffered total losses of their crops. The organizations expressed that El Salvador must have a protection policy for this sector, while recommending that the authorities consider measures such as temporarily removing the VAT on agricultural inputs, increasing the delivery of agricultural packages, and buying from local producers.
Productores salvadoreños prevén pérdidas de hasta el 50 % en granos para el consumo nacional
Un 50% de los granos básicos que El Salvador necesita para su consumo está en riesgo debido a los patrones irregulares de lluvia que están afectando el actual ciclo agrícola (2023-2024), advirtieron ayer varias organizaciones de agricultores durante un encuentro en la ciudad de Santa Ana.
El consumo nacional de granos básicos del país, en un solo año, asciende a 25 millones de quintales: 18.8 millones de quintales de maíz, 2.4 millones de quintales de frijol, 2.9 millones de quintales de sorgo (maicillo) y 900,000 quintales de arroz.
La falta de lluvias y el aumento sensible de la temperatura generó retrasos en la siembra de primera, que tradicionalmente inicia en mayo. Lo anterior se vio agravado por el establecimiento del fenómeno El Niño en la región, lo que ha provocado una baja en el promedio de lluvia acumulada, incluyendo una canícula más extensa.
“El inicio de la temporada de lluvias comenzó en junio, con un mes de retraso, y continuó con lluvias irregulares y temperaturas atípicamente altas”, señala el último reporte de FEWS NET, una iniciativa de análisis y alerta temprana sobre la inseguridad alimentaria aguda en todo el mundo.
Esta entidad espera para los próximos meses “una reducción de la producción de cultivos de subsistencia debido a las anomalías en el patrón de precipitaciones al comienzo del ciclo de Primera”.
Las organizaciones de productores coinciden con ese pronóstico. Según el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores (CAMPO), Luis Treminio, la situación en el campo es crítica ya que la siembra de postrera “está en riesgo”.
El sector agrícola prevé una mayor afectación para lo que resta del año, pues, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés), la afectación de El Niño alcanzaría un 90% para agosto, septiembre y octubre, lo que dejaría al país solo con un 10% de la lluvia habitual.
Los productores expresaron ayer que, de cumplirse estos pronósticos, “no habría cosecha postrera”, por lo que el déficit de granos básicos para consumo nacional alcanzaría 12 millones de quintales para el 2024; en otras palabras, casi la mitad de lo que consume el país.
Según los cálculos de la CAMPO, la disminución en la producción de granos básicos provocaría un déficit de 4 millones de quintales de maíz; para el frijol, harían falta 267,930 quintales; 875,000 quintales en sorgo y 187,500 quintales en arroz, lo que suma 5.3 millones de quintales. A esta cantidad, los productores le suman el déficit actual.
Este déficit provocaría alza en los precios y escasez de alimentos, según las organizaciones. La CAMPO proyectaba para este ciclo agrícola una producción de 19.8 millones de quintales, pero debido a la sequía esa estimación ha bajado a 19.3 millones de quintales.
“El invierno se está comportando de manera agresiva. En los últimos 30 años, no habíamos tenido un invierno tan malo como el de ahora. Iniciamos el invierno del 60% de posibilidades que afectara el fenómeno de “El niño” y con esa cifra se perdió el 18% de la producción sembrada hasta esta época”, mencionó Luis Treminio, presidente de la CAMPO.
La Asociación explicó que la zona paracentral es la más afectada, con mayor énfasis en el departamento de La Paz. Detalló que, a la fecha, en el oriente del país no se reportan pérdidas debido a que en esa zona se está empezando a cultivar.
José Melara Yanes, coordinador nacional de la Alianza Nacional El Salvador en Paz, expresó que el panorama es complicado, ya que países como Honduras y Nicaragua están privilegiando el abastecimiento de sus mercados internos por sobre las exportación de granos básicos.
Melara detalló que, solo en occidente, cerca de 250,000 agricultores se han visto afectados, de los 400,000 productores de granos básicos que se tienen contabilizados en el país, según el censo agropecuario, de los cuales, aseguró, un 50% ya ha presentado pérdidas totales de sus cosechas. Las organizaciones expresaron que El Salvador debe de contar con un política de protección para este sector, al tiempo que recomendaron a las autoridades considerar medidas como quitar temporalmente el IVA a los insumos agrícolas, aumentar la entrega de paquetes agrícolas, así como la compra a productores locales.