Oppenheimer: Nayib Bukele, the most popular president in Latin America — Oppenheimer: Nayib Bukele, el presidente más popular de América Latina 

Jul 31, 2023

A new survey which states that the President of El Salvador, Nayib Bukele, is the most popular leader in Latin America, confirms what many of us suspected: in many countries there is such fatigue with violence, that people are willing to support authoritarian populists who manage to lower crime rates at any cost. — Una nueva encuesta según la cual el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es el mandatario más popular de América Latina, confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: en muchos países hay tal hartazgo con la violencia, que la gente está dispuesta a apoyar a los populistas autoritarios que logren bajar las tasas de criminalidad a cualquier costo.

A new survey which states that the President of El Salvador, Nayib Bukele, is the most popular leader in Latin America, confirms what many of us suspected: in many countries there is such fatigue with violence, that people are willing to support authoritarian populists who manage to lower crime rates at any cost.

The new Latinobarómetro regional survey, which conducted 19,205 interviews in 17 Latin American countries, shows an alarming decline in support for democracy in the region.

Only 48% of Latin Americans agree with the statement that “democracy is preferable to any other form of government”, compared to 63% who responded this way in 2010, according to the survey. In Honduras, Paraguay and Guatemala, almost 70% of people say they wouldn’t mind having a non-democratic government if it proves to be efficient. In Mexico, that percentage is 56%.

In El Salvador, Bukele has a popularity of 90%, more than any other president in the region, the survey says. He enjoys massive support despite criticisms of his human rights violations, his accumulation of power, and his current attempt at re-election despite the constitution prohibiting it.

Bukele’s support “shows the people’s desperation about the performance of their governments in solving problems,” Latinobarómetro said on its Twitter account.

Bukele, 42, who half-jokingly has called himself “the world’s coolest dictator,” inaugurated a mega-prison for more than 40,000 gang members earlier this year, which he proudly calls the largest prison in America.

El Salvador has put some 68,000 people behind bars, many of them without due process. It now has the largest imprisoned population in the world in relation to its size, human rights groups say. Far from hiding it, Bukele’s press office has spread videos of semi-naked imprisoned gang members, in white underwear with their heads down, while government agents closely monitor them.

But there are serious doubts about whether the indiscriminate imprisonment of gang members will be able to control violence in the long term.

There’s no doubt that crime rates have fallen under Bukele. Homicides have fallen from 1,147 cases in 2021 to 495 cases in 2022, according to InsightCrime.org. Bukele began his massive crackdown on gangs early last year, following the collapse of an apparent agreement his government had with gang leaders.

But El Salvador’s crime rate had been falling since 2015, four years before Bukele took office. And violence may resurface unless the government does something to eradicate key causes of crime, such as extreme poverty and drug trafficking, because it will be difficult to keep tens of thousands of people indefinitely behind bars without due process.

It begs the question whether these new mega-prisons, which house about 2% of El Salvador’s adult population, will not become breeding grounds for stronger and better-organized criminal groups. Just as gang leaders met in California prisons, Bukele’s prisons could go down in history as training camps for future armies of criminals.

Tamara Taraciuk, a rule of law specialist at the Washington-based Inter-American Dialogue group, says a good part of Bukele’s extraordinary popularity is partly due to a well-funded government propaganda strategy.

“There’s no doubt that homicide rates have dropped, but there has also been a very efficient government strategic communications campaign, especially on social media, that has succeeded in spreading that message to a large number of people,” Taraciuk told me.

According to human rights groups, thousands of young Salvadorans are in jail for having tattoos that security forces interpreted as a sign of gang affiliation, or for being in the wrong place during massive military raids.

“What would people who support these raids think if someone in their family was arbitrarily detained, and couldn’t defend themselves due to a lack of independent justice?,” asked Taraciuk.

Bukele may be the most popular president in the region at the moment. Still, if he continues his attacks on democracy and human rights, it is most likely that sooner or later there will be a social reaction in favor of basic freedoms, and against him. The history of Latin America has shown that the popularity of dictators usually does not last long.

El Nuevo Heraldo: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article277719513.html

Una nueva encuesta según la cual el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es el mandatario más popular de América Latina, confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: en muchos países hay tal hartazgo con la violencia, que la gente está dispuesta a apoyar a los populistas autoritarios que logren bajar las tasas de criminalidad a cualquier costo.

La nueva encuesta regional de Latinobarómetro, que realizó 19,205 entrevistas en 17 países latinoamericanos, muestra una disminución alarmante del apoyo a la democracia en la región.

Solo el 48% de los latinoamericanos está de acuerdo con el postulado de que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, mientras que un 63% que respondía así en el 2010, según la encuesta. En Honduras, Paraguay y Guatemala, casi el 70% de la gente dice que no le importaría tener un gobierno no democrático si resulta eficiente. En México ese porcentaje es del 56%.

En El Salvador, Bukele tiene una popularidad del 90%, más que cualquier otro presidente de la región, dice la encuesta. Goza de un apoyo masivo a pesar de las críticas sobre sus violaciones a los derechos humanos, su acumulación de poderes, y su actual intento de reelección a pesar de que la Constitución se lo prohíbe.

El apoyo de Bukele “muestra la desesperación de los pueblos respecto del desempeño de sus gobiernos en solucionar los problemas,” dijo Latinobarómetro en su cuenta de Twitter.

Bukele, de 42 años, quien medio en broma se ha autodefinido como “el dictador más cool del mundo”, inauguró a principios de este año una megacárcel para más de 40,000 pandilleros, a la que orgullosamente llama la prisión más grande de América.

El Salvador ha puesto tras las rejas a unas 68,000 personas, muchas de ellas sin el debido proceso. Ahora tiene la población encarcelada más grande del mundo en relación con su tamaño, dicen los grupos de derechos humanos. Lejos de ocultarlo, la oficina de prensa de Bukele ha difundido videos de pandilleros presos semidesnudos, en ropa interior blanca y con la cabeza gacha, mientras efectivos gubernamentales los vigilan de cerca.

Pero hay serias dudas sobre si el encarcelamiento indiscriminado de pandilleros logrará controlar la violencia a largo plazo.

No hay duda de que las tasas de criminalidad han caído bajo Bukele. Los homicidios han caído de 1,147 casos en 2021 a 495 casos en 2022, según InsightCrime.org. Bukele inició su represión masiva contra las pandillas a principios del año pasado, tras el colapso de un aparente acuerdo de su gobierno con los líderes de las maras.

Pero la tasa de criminalidad de El Salvador venía cayendo desde 2015, cuatro años antes de que Bukele asumiera el cargo. Y la violencia puede resurgir a menos que el gobierno haga algo para erradicar las causas clave de la criminalidad, como la pobreza extrema y el narcotráfico, porque será difícil mantener a decenas de miles de personas indefinidamente tras las rejas sin un debido proceso.

Hay que preguntarse si estas nuevas megacárceles que juntas albergan alrededor del 2% de la población adulta de El Salvador no se convertirán en caldo de cultivo de grupos criminales más fuertes y mejor organizados. Así como los líderes las maras se conocieron en las prisiones de California, las cárceles de Bukele podrían pasar a la historia como campos de entrenamiento de futuros ejércitos de delincuentes.

Tamara Taraciuk, especialista en estado de derecho del grupo Diálogo Interamericano, con sede en Washington, dice que una buena parte de la extraordinaria popularidad de Bukele se debe en parte a una estrategia bien financiada de propaganda gubernamental.

“No hay duda de que las tasas de homicidios han disminuido, pero también ha habido una campaña gubernamental de comunicaciones estratégicas muy eficiente, especialmente en las redes sociales, que logró difundir ese mensaje a un gran número de personas”, me dijo Taraciuk.

Según grupos de derechos humanos, miles de jóvenes salvadoreños están en la cárcel por tener tatuajes que las fuerzas de seguridad interpretaron como una señal de pertenencia a las pandillas, o por estar en el lugar equivocado durante redadas masivas del ejército.

“¿Qué pensarían las personas que apoyan estas redadas si alguien de su familia fuera detenido arbitrariamente, y no pudiera defenderse por falta de una justicia independiente?,” preguntó Taraciuk.

Bukele podrá ser el presidente más popular de la región en este momento, pero si sigue adelante con sus ataques a la democracia y los derechos humanos, lo más probable es que tarde o temprano se genere una reacción social a favor de las libertades básicas, y contra él. La historia de América Latina ha mostrado que la popularidad de los dictadores no suele durar mucho.

El Nuevo Heraldo: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article277719513.html