Letter to the State Department in Washington: The Art of Pretending Ignorance — Carta al State Department en Washington: El arte de fingir ignorancia

Jul 20, 2023

In the case of El Salvador, everything indicates that Washington has come to the conclusion that the battle is lost. They no longer even mention the small but uncomfortable issue of unconstitutional presidential reelection. But unlike Nicaragua, they have concluded that it is worth reaching a modus vivendi with the government of El Salvador, no matter how corrupt and undemocratic it may be, for the sake of regional stability. Stability for the United States means controlling migration and drug trafficking. Period. — En el caso de El Salvador, todo indica que en Washington llegaron a la conclusión de que la batalla está perdida. Ya ni siquiera mencionan el pequeño pero incómodo asuntito de la reelección presidencial inconstitucional. Pero a diferencia de Nicaragua, concluyeron que con el gobierno de El Salvador, por muy corrupto y antidemocrático que sea, vale la pena llegar a un modos vivendi -por el bien de la estabilidad de la región. Estabilidad para Estados Unidos significa que se controle la migración y el narcotráfico. Punto.

What a great feat of investigative capacity and political audacity: the United States State Department, after years of intelligence work, discovered that the Mauricio Funes gang, which governed El Salvador between 2009 and 2014, was corrupt. Faced with the imminent danger that these individuals pose to democracy and the Salvadoran state coffers and boldly defying their power, they included Funes and his accomplices on the 2023 version of their Engel List. They added an extra delicate touch to the list: they discovered that former President Sánchez Cerén, whom no one had heard from in years, is still alive. With this extra addition, the list of corrupt and undemocratic officials in El Salvador presented by Washington is complete. There was no more time – or interest – to investigate those who are currently corrupting politics and undermining the rule of law in El Salvador. For example, the President of the Legislative Assembly, the President’s brothers, the Ministers of Security, Governance, and Defense, the Director of the National Civil Police, Bukele’s jailer…?

Suppose they were able to discover that Mauricio Funes, who was received with honors at the White House 10 years ago, was corrupt in 2023. In that case, we cannot expect the poor investigators at the State Department to solve the astronomical number of current cases of human rights violations, arbitrary detentions, torture, and illicit enrichment. Perhaps their names will appear on the 2033 version of the Engel list…

We always wanted to convince ourselves that the Engel list, in other words, the public exposure of the corrupt and undemocratic, is a valuable instrument of U.S. policy towards Central America. It’s just that now we have to guess what their policy is and what interests they pursue. This, after studying the new Engel list, is even more complicated than usual.

In Nicaragua, it is less complicated. There is no U.S. policy towards this dictatorship; they could simply say in their Engel list: Include all Daniel Ortega officials for corruption and antidemocratic actions. Period.

The case of Guatemala is interesting. The new Engel list targets a judicial mafia that threatens press freedom and free elections in Guatemala. My colleague Ricardo Avelar, after confirming this, adds: “But in El Salvador, the judges (I add: the prosecutors, the police commanders, etc.) who have imprisoned thousands without evidence, sleep soundly.” Will the government of El Salvador interpret this phenomenon as certification by the U.S. government of its permanent exceptional regime? Of course.

So, we could try to answer the million-dollar question: What is U.S. policy towards Central America? It seems they have concluded that in Guatemala, it is still worth punishing the bad guys and incentivizing the good guys because the battle for democracy and against corruption is not yet lost. Good for our Guatemalan friends.

Meanwhile, Nicaragua is considered a lost case – and also not so relevant to U.S. interests. It can be treated as if it doesn’t exist. Bad for our Nicaraguan friends who continue to fight for freedom.

In the case of El Salvador, everything indicates that Washington has concluded that the battle is lost. They no longer even mention the small but uncomfortable issue of unconstitutional presidential reelection. But unlike Nicaragua, they have concluded that it is worth reaching a modus vivendi with the government of El Salvador, no matter how corrupt and undemocratic it may be, for the sake of regional stability. Stability for the United States means controlling migration and drug trafficking. Period. Once the noble battle for democracy in El Salvador is considered lost, it is not worth letting this issue continue to obstruct possible agreements on migration and drug trafficking.

The motto is: “Cut your losses and deal with the really important issues.” It’s just that the losses are not yours but ours – and for us, the “important issues” are human rights and the rule of law.

So congratulations to the State Department; they excel at the art of pretending ignorance.

Regards,

Paolo Lüers

EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/lista-engel-corrupcion-politica-/1076878/2023/

Carta al State Department en Washington: El arte de fingir ignorancia

Qué gran faena de capacidad investigativa y audacia política: El State Department de los Estados Unidos, en años de arduo trabajo de inteligencia, descubrió que la banda de Mauricio Funes, que gobernó El Salvador entre 2009 y 2014, fue corrupta. Ante el eminente peligro de que estos personeros constituyen para la democracia y las arcas del Estado salvadoreño, y audazmente desafiando su poder, pusieron a Funes y sus cómplices en la versión 2023 de su Lista Engel. Agregaron un extra delicado en la lista: Descubrieron que el ex presidente Sánchez Cerén, del cual ya no se tenía noticias durante años, sigue vivo. Con este extra queda concluida la lista de los funcionarios corruptos y antidemocráticos en El Salvador que presenta Washington. Ya no había tiempo -¿o interés?- para investigar a quienes hoy en día están corrompiendo la política y socavando el Estado de Derecho en El Salvador. Por ejemplo, el presidente de la Asamblea Legislativa, los hermanos del presidente, los ministros de Seguridad, Gobernación y Defensa, el Director de la PNC, el carcelero de Bukele…?

Si hasta en el 2023 lograron descubrir que Mauricio Funes, quien hace 10 años fue recibido con honores en la Casa Blanca, fue un corrupto, no podemos esperar que los pobres investigadores del State Department puedan resolver la cantidad astronómica de los casos actuales de violaciones de los Derechos Humanos, de detenciones arbitrarias, de tortura y de enriquecimiento ilícito. Tal vez sus nombres aparezcan en la versión 2033 de la lista Engel…   

Siempre nos quisimos convencer de que la lista Engel, o sea la exhibición pública de los corruptos y antidemocráticos, es un instrumento valioso de la política de Estados Unidos hacía Centroamérica. Sólo que ahora nos queda por adivinar cuál es su política y cuáles intereses persigue. Esto, luego de estudiar la nueva lista Engel, resulta aún más complicado de lo usual.

En Nicaragua es menos complicado. Hacia esta dictadura no hay política estadounidense, igual podrían decir en su lista Engel: Incluye a todos los funcionarios de Daniel Ortega, por corrupción y por antidemocrático. Punto.

El caso de Guatemala es interesante. La nueva lista Engel golpea una mafia judicial que en estos precisos momentos atenta contra la libertad de prensa y las elecciones libres en Guatemala. Mi colega Ricardo Avelar, luego de constatar esto, agrega: “Pero en El Salvador los jueces (agrego: los fiscales, los mandos policiales, etc.) que han encarcelado a miles sin prueba, duermen tranquilos”. ¿El gobierno de El Salvador va a interpretar este fenómeno como certificación, por parte del gobierno de Estados Unidos, de su régimen de excepción permanente? Por supuesto.

Entonces, se podría tratar de contestar la pregunta del millón: ¿Cuál es la política estadounidense hacia Centroamérica? Parece que han llegado a la conclusión que en Guatemala todavía vale la pena castigar a los malos y a incentivar a los buenos, porque aun no está perdida la batalla por la democracia y contra la corrupción. Bien para los amigos guatemaltecos.

Mientras tanto, a Nicaragua lo consideran caso perdido –y también no tan relevante para los intereses de Estados Unidos. Se puede hacer como si no existiera. Mal para los amigos nicaragüenses que siguen peleando por recuperar la libertad.

En el caso de El Salvador, todo indica que en Washington llegaron a la conclusión de que la batalla está perdida. Ya ni siquiera mencionan el pequeño pero incómodo asuntito de la reelección presidencial inconstitucional. Pero a diferencia de Nicaragua, concluyeron que con el gobierno de El Salvador, por muy corrupto y antidemocrático que sea, vale la pena llegar a un modos vivendi -por el bien de la estabilidad de la región. Estabilidad para Estados Unidos significa que se controle la migración y el narcotráfico. Punto. Una vez dada por perdida la noble batalla por la democracia en El Salvador, no vale la pena que este tema siga obstruyendo posibles acuerdos sobre migración y narcotráfico.

La consigna es: “Cut your losses and deal with the really important issues – Asume tus pérdidas y enfrenta los asuntos realmente importantes”. Sólo que las pérdidas no son de ustedes, sino nuestras – y que para nosotros los “asuntos importantes” son los derechos humanos y el Estado de Derecho.

Así que felicidades al State Department, manejan bien el arte de fingir ignorancia.

Saludos,

Paolo Lüers

EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/lista-engel-corrupcion-politica-/1076878/2023/