Whoever accepts the challenge to defy Bukele requires a vision that, against all odds – and especially against the entire apparatus of official propaganda – there is opposition potential because there are sectors and people who want – and need – for the country to recover democracy, the rule of law – and sanity. The candidates – Celia Medrano and you – and all those who have decided to launch them are not alone; there are many of us who were just waiting for the right people to step forward and take the lead. Once this happened, any surprise is possible.
A few days ago, we saw the surprise that the opposition gave in Guatemala, which in the polls never exceeded the magic mark of 3%, but in the elections reached 12% and the second round of the presidential elections. This opposition has become a real threat to the pact of the parties that support the corruption system in Guatemala, so much so that this Cartel moved its influences in the Constitutional Court and the Electoral Tribunal to disavow the results.
Surprises are possible, but they don’t fall from the sky, they must be built. Let’s look at two other examples: Venezuela and Mexico, countries that, like El Salvador, will have presidential elections in 2024. In Venezuela, dictator Maduro promised fair elections for one reason: he saw that the democratic opposition was as divided, discredited, and weak as never before. But it turns out that this opposition overcame the division between those who always bet on elections and others who preached abstention, seeking nonexistent ways to overthrow the regime adventurously. Suddenly, all opposition leadership – party and citizen – accepted the challenge to go to elections. They called for primary elections to define the unitary candidate of the entire opposition. The big surprise which scared Maduro: the opposition pre-candidates began to mobilize the sectors affected by the dictatorship and the permanent economic crisis again. Movements in support of the two main candidates: María Corina Machado and Henrique Capriles were quickly created and expanded – movements so strong that Maduro had to open his secret drawers and pull out two decrees to disqualify Machado and Capriles from holding political offices. It turns out that these decrees had been signed six years ago, but they never saw the need to use them until now. The next surprise: instead of weakening the opposition, this attempt to get rid of the two most popular candidates unified and energized it even more.
What is the truth behind what happened in Guatemala and Venezuela? When there are leaders with vision and strength, spaces are opened for them, which can put regimes on the defensive, who feel very secure in their power.
Let’s look at Mexico. Everyone – the president, his potential successors, the government party, analysts, and even many opposition leaders – were convinced that for the ruling party, Morena, the elections were going to be a walk in the park. President Andrés Manuel López Obrador is too popular and the opposition too weak, divided, and discredited for there to be a surprise. But suddenly, there is one. Almost out of nowhere and very far from the fights, negotiations, and conspiracies of the opposition party hierarchies, a new candidate emerges who says: “I am going, I can unite people, I can beat Morena, and I can govern Mexico”. Her name is Xóchitl Gálvez; she is a senator from the PAN party, but in fact an independent uncontrollable by the hierarchies. She comes from poor indigenous roots, is an example of overcoming through studies and work – and handles a fresh discourse, at the same time conciliatory (with the diversity of the citizenry) and challenging (to the government and the partyocracy). In a few days, the lady becomes the great attraction on social networks without any paid publicity. Her surprising popularity grows day by day as thousands of citizens throughout the country adopt and spread her messages and volunteer for a campaign without significant financial resources.
Xóchitl Gálvez is going to displace all the other pre-candidates within the tripartite coalition – unless the hierarchies eliminate her from the race, which would be their political suicide. Suddenly people see that the 2024 presidential election could be an open battle with results that no one can predict. Once again, it is demonstrated that opposition political spaces open up, fill up, and expand when there are authentic candidates with untouchable biographies, coherent discourses, and the decision to fight and win.
You, Luis Parada and Celia Medrano, have the makings to be the surprise in El Salvador and to put Bukele’s regime on the defensive, which thinks it will always continue winning. It won the presidency, control of the Assembly, and all the polls, because there was no alternative. But it remains to be seen if they know how to face a real alternative, with new and clean leadership that is not afraid.
So, dear Luis, everything depends on the moral strength with which you enter the competition. Best regards, Paolo Luers.
EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/carta-de-paolo-luers-luis-parada/1073025/2023/
Carta a Luis Parada: Tú puedes ser la sorpresa salvadoreña
Quien acepte el reto de desafiar a Bukele requiere de una visión de que en contra de todos los pronósticos -y sobre todo en contra de todo el aparato de propaganda oficialista- hay un potencial opositor, porque hay sectores y personas que quieren -y necesitan- que el país recupere la democracia, el estado de derecho – y la cordura. Los candidatos -Celia Medrano y tú- y todos que han decidido lanzarlos no están solos, somos muchos que para activarnos sólo estábamos esperando que las personas correctas vayan adelante y asuman el liderazgo. Una vez que esto pasó, cualquier sorpresa es posible.
Hace unos días vimos la sorpresa que en Guatemala dio la oposición, que en las encuestas nunca superó la mágica marca de los 3%, pero que en las elecciones llegó al 12% y a la segunda ronda de las elecciones presidenciales. Esta oposición se ha convertido en una real amenaza al pacto de los partidos que sostienen el sistema de corrupción en Guatemala, tanto así que este Cartel movió sus influencias en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Electoral para desconocer los resultados.
Las sorpresas son posibles, pero no caen del cielo, hay que construirlas. Veamos otros dos ejemplos: Venezuela y México, países que igual que El Salvador tendrán elecciones presidenciales en el 2024. En Venezuela, el dictador Maduro prometió elecciones justas por una sola razón: vio que la oposición democrática era tan dividida, tan desacreditada, tan débil como nunca. Pero resulta, que esta oposición superó la división entre quienes siempre apostaron a elecciones y otros, que predicaron la abstención, buscando caminos no existentes de derrocar al régimen de maneras aventureras. De repente, todo el liderazgo opositor -partidario y ciudadano- aceptó el reto de ir a elecciones. Convocaron a unas elecciones primarias para definir el candidato unitario de toda la oposición. La gran sorpresa, que asustó a Maduro: los precandidatos opositores comenzaron a movilizar nuevamente a los sectores afectadas por la dictadura y por la permanente crisis económica. Se crearon y expandieron rápido movimientos en apoyo a los dos candidatos principales: María Corina Machado y Henrique Capriles – movimientos tan fuertes, que Maduro tuvo que abrir sus gavetas secretas y sacar de ellas dos decretos para inhabilitar a Machado y Capriles a asumir cargos políticos. Resulta que estos decretos estaban firmados desde hacer 6 años, pero nunca vieron la necesidad de usarlas, hasta ahora. La siguiente sorpresa: en vez de debilitar a la oposición, este intento de deshacerse de los dos candidatos más populares, la unificaron y dinamizaron aún más.
¿Cuál es la verdad detrás de lo que pasó un Guatemala y en Venezuela? Cuando existen líderes con visión y fuerza, se les abren espacios, que pueden poner en defensiva a los regímenes, que se sintieron muy seguros de su poder.
Veamos hacia México. Todos -el presidente, sus potenciales sucesores, el partido del gobierno, los analistas, e incluso muchos líderes de la oposición- estaban convencidos que para el partido en el poder, Morena, las elecciones iban a ser un paseo. El presidente Andrés Manuel López Obrador es demasiado popular y la oposición demasiado débil, dividida y desacreditada para que haya una sorpresa. Pero de repente, la hay. Surgió casi de la nada y muy apartada de los pleitos, negociaciones y conspiraciones de las cúpulas de los partidos de oposición, una candidata nueva que dice: “Yo voy, yo puedo unir a la gente, yo puedo vencer a Morena y yo puedo gobernar México”. Se llama Xóchitl Gálvez, es una senadora por del partido PAN, pero de hecho una independiente incontrolable por las cúpulas. Ella viene de raíces indígenas y pobres, es un ejemplo de superación por estudios y trabajo – y maneja un discurso fresco, al mismo tiempo conciliador (con la diversidad de la ciudadanía) y retador (al gobierno y a la partidocracia). En pocos días, la señora se convierte en la gran atracción en las redes sociales, sin ninguna publicidad pagada. Su sorpresiva popularidad crece día a día en la medida que miles de ciudadanos en todo el país, asumen y masifican sus mensajes y se apuntan de voluntarios para una campaña sin grandes recursos financieros.
Xóchitl Gálvez va a desplazar a todos los demás precandidatos dentro de la coalición tripartita – a menos que las cúpulas la eliminen de la carrera, lo que sería su suicidio político. De repente la gente ve que la elección presidencial del 2024 puede ser una batalla abierta con resultados que nadie puede predecir. Otra vez queda demostrado que los espacios políticos opositores se abren, se llenan y se expanden, cuando hay candidatos auténticos, con biografías intachables, con discursos coherentes y con la decisión de luchar y vencer.
Ustedes, Luis Parada y Celia Medrano, tienen la madera para ser la sorpresa en El Salvador y para poner en defensiva al bukelismo, que piensa que siempre va a seguir ganando. Ganó la presidencia, el control de la Asamblea y todas las encuestas, porque no existía alternativa. Pero está por ver si saben enfrentar una verdadera alternativa, con liderazgos nuevos y limpios que no tiene miedo.
Así que, estimado Luis, todo depende de la fuerza moral, con la cual ustedes entren a la competencia. Saludos, Paolo Luers
EDH: https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/carta-de-paolo-luers-luis-parada/1073025/2023/