On Rubén Darío street, Lucía (not her real name), 45 years old, had set up her business on the same street where she now sells as a street vendor. When the mobilizations began, she recalls that the mayor’s office asked them to present several documents, such as police and criminal records. She did the paperwork and they assured her that they would let her know when a space opened up to relocate her, but they never contacted her again. “They shouldn’t be like this, they should let us sell even if it’s just walking, if you depend on this,” she complains. “We live off the market and if we don’t do this, what are we going to depend on?” she asks. Lucia does not believe she will be relocated at this point either, and that is why her only request is that the mayor’s office allow them to work as street vendors. “It doesn’t matter that we walk from one end to the other, but that they let us work”.
Vendedores del Centro Histórico desalojados pierden la esperanza de una reubicación
En la Rubén Darío, Lucía (nombre ficticio), de 45 años, tenía establecido su negocio en esa misma calle donde ahora vende como ambulante. Cuando las movilizaciones comenzaron, recuerda que la alcaldía les pidió presentar varios documentos, como antecedentes policiales y penales. Ella realizó los trámites y le aseguraron que le avisarían cuando se abriera un espacio para reubicarla, pero no la volvieron a contactar. “No deberían de ser así, nos deberían dejar vendiendo aunque sea caminando, si uno de aquí depende”, reclama. “A uno lo toman como una basura, nosotros del mercado vivimos y si no hacemos esto, ¿de qué vamos a depender?”, cuestiona. Lucía tampoco cree a estas alturas sea reubicada y por eso su única petición es que la alcaldía les permita trabajar de forma ambulante. “No importa que nosotros andemos de punta a punta, pero que nos dejen trabajar”.