The Government, through the Salvadoran Pension Institute (ISP), has already borrowed the first $455.42 million from workers’ savings through a new financial instrument known as the Pension Obligation Certificate (COP), created in December 2022 to finance the pensions of retirees from the public system. From now on, it will have to pay an interest rate of 7% to contributors over 50 years.
Before this date, the Government borrowed money through another security, called the Pension Investment Certificate (CIP), a financial figure implemented in 2006 with which it managed to take more than $8,000 million at an interest rate that ranged between 3 and 4%. This figure was abolished last year to create a new “own scheme” of pension system financing.
The placement of the new COP corresponds to the month of April, according to official data from the Central Reserve Bank (BCR). This money is what will be used to pay the pensions of retirees from the public pension system (ISSS and INPEP) that was abolished in 1998 but still has more than 88,167 people to whom pensions are paid for old age, disability, or survival, according to data as of January from the Financial System Superintendency (SSF).
“It seems curious to me the amount. Before the reform, the CIPs were issued quarterly to pay pensions for the following three months, and the amounts were $120 million, which was even too much. This time it is too much what they have requested”. – Rafael Lemus, Economist
The change is part of the 2022 reforms, including a debt swap comprising all the CIPs, issued from 2006 until April 28 of this year, being changed for another figure called Transition Financing Certificates (CFT). The debt conditions of these CIPs, which totaled $8,397.33 million, were canceled and transferred under other conditions that, to date, remain unclear, as neither the Government nor the AFPs have communicated about this exchange.
The only thing that the Minister of Finance, Alejandro Zelaya, has said is that with the pension reform, an agreement was reached with the AFPs to maintain the benefits and that the performance of the obligations would be more outstanding.
Otherwise, thanks to risk rating agencies, it is only known that the Government will not pay either capital or interest on this debt for the next four years, which, according to economists, will affect individual workers’ savings.
Regarding this new loan under the figure of COP, the economist Rafael Lemus finds the amount of money requested strange because, previously, the Government only lent about $120 million for each quarter, about $40 million per month, and this was enough to pay the pensions of retirees from the public system.
But this time the amount is three times higher. The increase in this amount only confirms to Lemus what the law already indicated in December 2022: the Government can issue new COPs without limit; that is, it can now borrow money from workers without any restriction.
El gobierno ya emitió los primeros $455 millones en Certificados
El Gobierno, por medio del Instituto Salvadoreño de Pensiones (ISP) , ya tomó prestados los primeros $455.42 millones de los ahorros de los trabajadores a través de un nuevo instrumento financiero conocido como Certificado de Obligaciones Previsionales (COP), creado en diciembre 2022 para financiar las pensiones de los jubilados del sistema público y por los que a partir de ahora tendrá que pagar una tasa de interés del 7 % a los cotizantes a un plazo de 50 años.
Antes de esa fecha, el Gobierno prestaba dinero a través de otro título valor, llamado Certificado de Inversión Previsional (CIP), una figura financiera que implementó desde 2006 y con la cual logró tomar más de $8,000 millones a una tasa de interés que rondaba entre el 3 y 4 %. Esta figura fue derogada el año pasado para dar paso a un nuevo “esquema propio” del financiamiento del sistema de pensiones.
La colocación de los nuevos COP corresponde al mes de abril, según muestran los datos oficiales del Banco Central de Reserva (BCR). Este dinero es el que se usará para pagar las pensiones de los jubilados del sistema de pensiones público (ISSS e INPEP) que se derogó en 1998, pero que todavía tiene más de 88,167 personas a las que se les paga pensión por vejez, invalidez o sobrevivencia, según los datos a enero de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF).
“Me parece curiosa la cantidad. Antes de la reforma, los CIP se emitían por trimestre para pagar pensiones de los siguientes tres meses y los montos eran de $120 millones, que eran hasta mucho. Esta vez es demasiado lo que han solicitado”.
Rafael Lemus, Economista
El cambio es parte de las reformas de 2022 que también incluyó un canje de deuda que consistió en que todos los CIP, emitidos desde 2006 hasta el 28 de abril de este año, fueran cambiados por otra figura llamada Certificados de Financiamiento de Transición (CFT). Las condiciones de deuda de estos CIP, que totalizaron $8,397.33 millones, se anularon y se trasladaron bajo otras condiciones que a la fecha siguen sin ser aclaradas, pues ni el Gobierno ni las AFP han comunicado con claridad sobre este canje.
Lo único que ha dicho el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, es que con la reforma de pensiones, se llegó a un acuerdo con las AFP para que se mantuvieran los beneficios y que el rendimiento de las obligaciones sean mayores.
Por lo demás, solo se sabe, gracias a las calificadoras de riesgo, que el Gobierno no pagará ni capital ni intereses por esa deuda por los próximos cuatro años, lo que, según afirman los economistas, afectará los ahorros individuales de los trabajadores.
Respecto a este nuevo préstamo bajo la figura de COP, al economista Rafael Lemus le resulta extraña la cantidad de dinero solicitada, pues, anteriormente, el Gobierno solo prestaba unos $120 millones para cada trimestre, unos $40 millones por mes, y con esto era suficiente para pagar las pensiones de los jubilados del sistema público.
Pero esta vez la cantidad es tres veces mayor. El aumento de este monto solo le confirma a Lemus lo que ya indicaba la ley en diciembre de 2022: el Gobierno podrá emitir nuevos COP sin límite, es decir, que ahora podrá tomar dinero de los trabajadores sin ninguna restricción.