The attacks, violations of moral and physical integrity, and barriers to candidacies because of their gender, exerted by any means, among other situations that undermine the participation of women in politics, will have a significant impact.
For this purpose, the “Observatory of Violence Against Women” was launched yesterday, driven by the National Association of Councilwomen, Prosecutors, and Mayors of El Salvador (ANDRYSAS), with the support of the United States government, the United Nations (UN), the National Democratic Institute of El Salvador (NDI), and the Consortium for the Strengthening of Electoral and Political Processes (CEPPS).
The U.S. Ambassador, William Duncan, who affirmed the support his government would give this electoral observatory, participated in the event to reduce aggression towards women for their interest in being decision-makers, not only in the electoral sphere but also in economics and labor.
“Women’s representation in the democratic process is for two reasons: from a moral and legal point of view, it is correct; women have every right that men have to participate in democracy, in the country’s political life, but there is another reason, and it is the greatest challenge for El Salvador and any country, which is employment; the country has to create more and better jobs, every day we are working with the government on that,” Duncan said.
He added that we must fight gender violence, support women who need microcredit to start their own businessand encourage them to venture into the country’s democratic life. “That’s why we are supporting this effort of the Observatory, and we will continue in this struggle,” the diplomat asserted.
But beyond implementing an Observatory, the organizers’ idea is that all cases be documented and serve as inputs to strengthen current legislation – Electoral Code and Political Parties Law – or create new mechanisms of control and follow-up to avoid political violence against women.
This was expressed by Eduardo Núñez, director of the El Salvador Office and Regional Programs of the National Democratic Institute (IND) for Central America, and Miriam Bandes, representative of UN Women in El Salvador.
“An Observatory is being launched that will give us data, but also the possibility of analyzing the data to tell the government: ‘This is a reality, this is a problem,’ what can you do to ensure that women can exercise our right or the possibility of participating in politics, of staying in politics or of participating in any decision-making space?” Bandes said.
Núñez, for his part, said that among the specific purposes is to identify the patterns of violence that women face and how these undermine their abilities to access public offices or continue exercising their function.
At the same time, he said, recommendations will be made, and a call to action will be issued to raise awareness among men that gender violence should not be “normalized” and that the Supreme Electoral Tribunal should address the reduction of political violence against women through concrete strategies and actions.
Data collected from the 2021 elections were revealed at the event, among which it was highlighted that women faced psychological, physical, and sexual violence. Still, without reaching femicides, something that the Observatory wants to prevent, Núñez said.
“We already know that the patterns of symbolic, direct, or indirect violence can at some point have drastic violence; this is an early warning, we already have certain patterns that we saw in 2021, and we have expanded monitoring parameters to have greater territorial coverage, and we would expect to generate a kind of concurrent alert, that there is a system where facts are being recorded, identified, reported, and calls are made to institutions,” Núñez expressed.
In summary, the event underscored the critical need for documenting and addressing political violence against women, particularly those who aspire to run for public office. This initiative, made possible by various national and international organizations, including the U.S. government, aims to identify patterns of violence, raise public awareness, and fortify legal mechanisms to combat such violence. With the observatory, the organizers also aim to help shape the national dialogue around gender violence and promote greater participation of women in the political, economic, and labor sectors.
Both Núñez and Bandes expressed that they will seek to increase the representation of women in politics from 30%, as it currently is under the law, to raise it to 40% or 50%, that is, to reach parity, but not only for them to hold minor offices or substitutes, but in decision-making positions that set the course for the country.
The study conducted by ANDRYSAS in the 2021 elections yielded firm conclusions that have been used to seek, in the upcoming 2024 elections, to expand the territorial coverage of complaints and methods to identify the discrimination and aggressions that women are victims of when they want to access politics.
Among the conclusions from the observatory of the past elections is that women are victims of multiple manifestations and expressions of violence perpetrated from the local sphere, the media, and “most brutally, on social networks.”
Con apoyo de EE.UU. el país tendrá observatorio para identificar violencia política
Los ataques, violaciones a la integridad moral y física, frenos a candidaturas por su género, ejercidos por cualquier medio, entre otras situaciones que menoscaben la participación de las mujeres en política, tendrá una incidencia importante.
Con ese fin, fue lanzado ayer el “Observatorio de Violencia Contra las Mujeres”, impulsado por la Asociación Nacional de Regidoras Síndicas y Alcaldesas Salvadoreñas (ANDRYSAS), con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Instituto Nacional Demócrata de El Salvador (NDI), y el Consorcio para el Fortalecimiento de los Procesos Electorales y Políticos (CEPPS).
En el evento participó el embajador de los Estados Unidos, William Duncan, quien ratificó el respaldo que su gobierno dará a dicho observatorio electoral, con el objetivo de reducir las agresiones a las mujeres por su interés de ser tomadoras de decisiones, no solo en el ámbito electoral, sino también económico y laboral.
“La representación de la mujer en el proceso democrático es por dos razones: desde el punto de vista moral y del derecho, es lo correcto, la mujer tiene todo el derecho que tiene el hombre de participar en la democracia, en la vida política del país, pero hay otro motivo y se trata del desafío más grande para El Salvador y cualquier país, que es el empleo, el país tiene que crear más y mejores empleos, cada día estamos trabajando con el gobierno en eso”, aseveró Duncan.
Añadió que se debe combatir la violencia de género y apoyar a las mujeres que necesitan de un micro crédito para emprender su propio negocio, pero también impulsarlas a incursionar en la vida democrática del país. “Por eso estamos apoyando este esfuerzo del Observatorio y vamos a seguir en esa lucha”, aseveró el diplomático.
Pero más allá de implementarse un Observatorio, la idea de los organizadores es que todos los casos sean documentados y sirvan como insumos para fortalecer la legislación vigente -Código Electoral y Ley de Partidos Políticos- o crear nuevos mecanismos de control y seguimiento para evitar la violencia política en contra de las mujeres.
Así lo manifestaron Eduardo Núñez, director de la Oficina de El Salvador y de los Programas Regionales del Instituto Nacional Demócrata (IND) para Centroamérica; y Miriam Bandes, representante de la ONU Mujeres en El Salvador.
“Se está lanzando un Observatorio que nos dará datos, pero también la posibilidad de analizar los datos para decirle al gobierno: ‘esta es una realidad, este es un problema’ ¿qué pueden hacer ustedes para garantizar que las mujeres podamos ejercer nuestro derecho o la posibilidad de participar en la política, de permanecer en la política o de participar en cualquier espacio de toma de decisiones?”, manifestó Bandes.
Por su parte, Núñez expresó que entre los fines específicos está el de identificar los patrones de violencia que enfrentan las mujeres y como éstos minan las capacidades que ellas tienen para acceder a cargos públicos o para poder seguir ejerciendo su función.
Al tiempo que dijo, se harán recomendaciones y un llamado a la acción para hacer conciencia en los hombres que no se debe “normalizar la violencia de género” y que el Tribunal Supremo Electoral atienda por medio de estrategias y acciones concretas la reducción de las manifestaciones de violencia política en contra de las mujeres.
En el evento se revelaron los datos que se lograron recabar de las elecciones de 2021, entre los que destacan que las mujeres enfrentaron violencia psicológica, física y sexual, pero sin llegar a los feminicidios, algo que con el Observatorio se quiere prevenir, dijo Núñez.
“Ya sabemos que los patrones de violencia simbólica, directa o indirecta pueden tener en algún momento violencia drástica, esto es una alerta temprana, ya tenemos ciertos patrones que vimos en 2021, hemos ampliado parámetros de monitoreo para tener mayor cobertura territorial y esperaríamos generar una especie de alerta concurrente, que haya un sistema donde se van registrando los hechos, van siendo identificados, denunciando y se hace un llamado a las instituciones”, expresó Núñez.
Tanto Núñez como Bandes expresaron que buscarán aumentar la representación de las mujeres en política del 30% como está actualmente en la ley, sino elevarla al 40% o 50%, es decir, hasta llegar a la paridad, pero no solo para que ocupen los cargos minoritarios o suplencias, sino en puestos de toma de decisiones que marcan el rumbo del país.
El estudio realizado por ANDRYSAS en las elecciones de 2021 dejó conclusiones fuertes que han servido para buscar en las próximas elecciones de 2024, ampliar la cobertura territorial de las denuncias y los métodos para identificar la discriminación y agresiones de las que son víctimas las mujeres cuando quieren acceder a la política.
Entre las conclusiones del observatorio de las elecciones pasadas está que las mujeres son víctimas de múltiples manifestaciones y expresiones de violencia perpetradas desde el ámbito local, los medios de comunicación y de “forma más brutal, en redes sociales”.