El Salvador has been expelled from the Open Government Partnership (OGP) for failing to meet democratic, transparency, and citizen participation standards. Experts believe this is solid proof that Nayib Bukele’s government needs to be more interested in fighting corruption.
The OGP is a global alliance of 76 countries and 106 local governments working with thousands of civil society organizations to build more open, inclusive, and accountable governments.
After being part of this international body for ten years, El Salvador was expelled “for remaining inactive for more than a year and not meeting the minimum requirements of the Co-Creation and Participation Standards,” the alliance announced on its Twitter profile on Tuesday, March 28.
In addition, the global alliance published a statement stating that the country was placed on inactive status by the OGP Steering Committee last year after failing to submit an open government action plan in 2021 and again in 2022, meaning it showed no progress on its previous action plan commitments and “did not meet the eligibility requirements for OGP membership for three consecutive years since 2020.”
The statement mentions that the Government of El Salvador was given a one-year ultimatum to avoid expulsion, which ended on March 25, 2023. Specifically, during this period, the Executive could have submitted a new action plan to meet the minimum requirements of the OGP Co-Creation and Participation Standards. However, they did not offer any new action plan, which led to the country’s expulsion from the alliance.
In response, OGP Chief Executive Sanjay Pradhan expressed his disappointment at the announcement. He encouraged reform-minded individuals in the government, particularly Salvadoran civil society, to continue engaging with OGP through events and peer exchange opportunities.
“Open government reformers in the country, working to open public institutions at all levels and branches of government, will always be part of the open government community. We look forward to working with them in the future,” said Pradhan.
Similarly, Anabel Cruz, civil society co-chair of the OGP Steering Committee from Uruguay, said that El Salvador’s membership termination “is a symptom of the deterioration of democratic conditions in the country,” from the erosion of checks and balances to limitations on fundamental civil liberties.
Jessica Estrada, director of transparency at Funde, told El Diario de Hoy that given everything happening in the country, such expulsion “was to be expected.”
“We have been far from the open government path for a long time, and this government has never shown a real commitment to fulfilling the principles of open government,” Estrada said.
This is about the need for more transparency, accountability, sharing information in open data, preventing citizen participation, and many other elements that have been absent in the current government administration.
Previously, transparency expert Wilson Sandoval said that this situation is “sad and dramatic, in the sense that it confirms that El Salvador is increasingly regressing in terms of transparency and the fight against corruption.”
Meanwhile, lawyer José Marinero emphasized that the expulsion was caused “by the government’s inaction.” Subsequently, he recalled that after the ultimatum to the country, the government deliberately chose not to do anything about it, despite civil society’s requests and OGP providing all the facilities to reactivate its membership.
In this context, Marinero opined that they deliberately let themselves be expelled from OGP or, instead, “preferred to be expelled from OGP” and lose the international credential rather than opening a space for citizen participation whose results “could not have been controlled with propaganda,” because otherwise, the process would not have been validated by the alliance.
“It is symptomatic of the current state of transparency, accountability, and citizen participation in El Salvador. These three are the values of open government. An authoritarian government is the exact opposite of that because it is vertical – it doesn’t need to consult anyone –opaque and doesn’t account to anyone,” Marinero concluded.
Civil society organizations, including the Foundation for the Study and Application of Law (FESPAD), pointed out that what happened demonstrates the lack of political will to adopt open government principles and put the population at the center of government decisions.
El Salvador es expulsado de la Alianza Internacional para el Gobierno Abierto por incumplir estándares democráticos
El Salvador ha sido expulsado de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP por sus siglas en inglés), por incumplir estándares democráticos, de transparencia y participación ciudadana. Expertos han considerado que esto es una prueba fidedigna de que al Gobierno de Nayib Bukele no le interesa combatir la corrupción.
OGP es una alianza mundial de 76 países y 106 gobiernos locales que trabaja con miles de organizaciones de la sociedad civil para construir gobiernos más abiertos, inclusivos y que rindan cuentas.
Tras formar parte de este organismo internacional durante 10 años, El Salvador fue expulsado “por haber permanecido inactivo por más de un año y no cumplir los requisitos mínimos de los Estándares de Cocreación y Participación”, informó este martes 28 de marzo dicha Alianza en su perfil de Twitter.
Además, la Alianza global publicó un comunicado donde expone que el país fue colocado en estado inactivo por el Comité Directivo de OGP el año pasado, después de no poder entregar un plan de acción de gobierno abierto en 2021 y nuevamente en 2022, es decir, no mostró progreso en los compromisos de su plan de acción anterior y “no cumplió los requisitos de elegibilidad para miembros de OGP durante tres años consecutivos desde 2020”.
En el escrito se menciona que al Gobierno de El Salvador se le proporcionó un ultimátum de un año para no ser expulsado y que este finalizó el 25 de marzo de 2023. En concreto, en este periodo de tiempo el Ejecutivo pudo entregar un nuevo plan de acción para cumplir con los mínimos de los Estándares de Cocreación y Participación de OGP, sin embargo, no entregó ningún nuevo plan de acción, lo que provocó la expulsión del país de esta Alianza.
Ante esto, el Director Ejecutivo de OGP, Sanjay Pradhan, expresó su decepción por el anuncio y alentó a las personas reformadoras en el gobierno y, en particular, a la sociedad civil salvadoreña a continuar interactuando con OGP a través de eventos y oportunidades de intercambio entre pares.
“Las personas reformadoras del gobierno abierto en el país, que trabajan para abrir las instituciones públicas en todos los niveles y en todas las ramas del gobierno, siempre serán parte de la comunidad de gobierno abierto y esperamos trabajar con ellas en el futuro”, dijo Pradhan.
En esa misma dirección opinó Anabel Cruz, copresidenta de sociedad civil del Comité Directivo de OGP, originaria de Uruguay, al decir que la rescisión de la membresía de El Salvador “es un síntoma del deterioro de las condiciones democráticas en el país”, desde la erosión de contrapesos hasta las limitaciones de las libertades civiles básicas.
Jessica Estrada, directora de transparencia en Funde, manifestó a El Diario de Hoy que con todo lo que está ocurriendo en el país “era de esperarse” tal expulsión.
“Estamos lejos del camino del gobierno abierto desde hace mucho y este gobierno nunca ha manifestado tener un compromiso real por cumplir los principios del gobierno abierto” expresó Estrada.
Esto en referencia a la falta de transparencia, rendición de cuentas, no compartir información en datos abiertos, impedir la participación de la ciudadanía y muchos otros elementos que han permanecido ausente en la actual administración gubernamental.
Anteriormente, el experto en transparencia, Wilson Sandoval dijo que esta situación es “triste y dramática, en el sentido de que se confirma que El Salvador retrocede cada vez más en materia de transparencia y combate a la corrupción”.
Por su parte, el abogado José Marinero destacó que tal expulsión fue provocada “por la inacción del propio gobierno”. Posteriormente, recordó que tras el ultimátum al país, el gobierno decidió deliberadamente no hacer nada al respecto, a pesar de que la propia sociedad civil se lo pidió y que también OGP le dio todas las facilidades para que reactivara su membresía.
Ante este panorama, Marinero opinó que deliberadamente se dejaron expulsar de OGP o, mejor dicho, “prefirieron que los expulsaran de OGP” y perder con ello la credencial internacional que tener que abrir un espacio de participación ciudadana cuyos resultados “no podrían haber controlado con propaganda”, pues de lo contrario, el proceso tampoco habría sido validado por la Alianza.
“Creo que es sintomático del estado actual de la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en El Salvador. Esos tres son los valores del gobierno abierto y un gobierno autoritario es todo lo contrario de ello pues es vertical -no necesita consultar a nadie-, opaco y no rinde cuentas a nadie”, concluyó Marinero.
Organizaciones de la sociedad civil , entre ellas, la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), señalaron que lo acontecido evidencia la falta de voluntad política para adoptar principios del gobierno abierto y colocar a la población en el centro de la voluntad gubernamental.