Nayib Bukele’s government officials could be tried in the future by the International Criminal Court. This, according to experts, is a consequence of the allegations known in the U.S. Department of State report regarding human rights abuse claims that have taken place in El Salvador under the state of exception, implemented since March 2022.
In response, specialists believe these can be considered “crimes against humanity” and do not rule out the possibility of the country facing economic sanctions from states whose policy is not to do business with human rights violators.
The report published on Monday points to arbitrary arrests, home invasions, unfair judicial proceedings, and deaths of detainees in prisons. Additionally, in the section on El Salvador [the report includes reports from countries on all continents], the U.S. government states that it had access to credible reports of illegitimate or arbitrary homicides, forced disappearances; torture, and cruel, inhuman, or degrading treatment or punishment by Salvadoran security forces.
Regarding this, experts consulted by this media outlet highlight that the U.S. has been so forceful in pointing out these violations and consider it to add to the wave of international warnings about the severe situation in El Salvador on the issue.
For example, Oswaldo Feusier, a criminal lawyer and professor at the José Simeón Cañas University (UCA), stated that such a report confirms what various human rights organizations have pointed out: that “the backbone of the state of exception has been indiscriminate arrests without much criteria or investigation, and that has allowed for the unjust imprisonment for more than six months, and even for more than a year, of people who are completely innocent, which is a policy based on fear and arbitrariness, rather than rationality, legality, or minimum respect for human rights.”
Feusier emphasized that the Vice President of the Republic, Félix Ulloa, “has dared” to compare his security strategy to war, and gangs as a belligerent side, so affecting innocent civilians, using the same analogy, “is a crime against humanity.”
The specialist considered that the process of depriving people of their freedom, starving these innocent people, and causing hardships for their families “could well be classified as cases of torture or forced disappearance by the State,” which are also crimes that the International Criminal Court (ICC) can address.
When asked if this could imply the opening of legal proceedings against current government officials, the lawyer replied: “I believe so since they are the executors of precisely the programs that ensured all these flawed procedures against innocent people.”
Otto Flores, a representative of the organization “The Always Suspected of Everything,” reaffirmed what the U.S. report says. Moreover, the criminal lawyer mentioned that in the country, “there is no longer judicial independence, as judges are being pressured to make rulings in favor of political opinion.” “This could later lead to prosecution by the Inter-American Court of Human Rights or even the ICC, whose statutes have been ratified by El Salvador,” Flores added.
Sonia de Rubio of the International Foundation for Due Process (DPLF) expressed the same sentiment, telling El Diario de Hoy that with this report, the State Department is saying that “the situation in the country is critical.” According to her, this is because the country is currently experiencing one of the most severe democratic crises since the signing of the Peace Accords, and there is a resurgence of serious human rights violations that were thought to have been overcome.
“The ICC could pursue individuals directly involved in building, creating, endorsing, or implementing this legislation as state policy within less than ten years, not the state itself but the individuals,” she said. Furthermore, the DPLF lawyer suggested that this could entail sanctions from countries whose foreign policy is not to do business with human rights violators.
“Many colleagues draw a parallel between Bukele’s situation in Peru with Fujimori, and we know that country later received a wave of sanctions aimed at using faceless judges, massive hearings, acts constituting torture, and inhumane treatment of people in prisons,” she maintained.
For her part, human rights advocate Celia Medrano said that given the severity of the situation reported in this latest report, it is worth questioning whether it is feasible or justifiable to maintain diplomatic and cooperative relations with a government that demonstrates violations and dismantling of democratic institutions as a state policy. “It is the question to ask the United States and the international community and cooperation,” Medrano concluded.
Funcionarios de Bukele podrían ir a juicio internacional, según expertos
Funcionarios del gobierno de Nayib Bukele podrían ser enjuiciados en el futuro por la Corte Penal Internacional. Esto, según expertos, como consecuencia de los señalamientos conocidos en el informe del departamento de Estado de los Estados Unidos respecto a las denuncias de abuso a los derechos humanos que han tenido lugar en El Salvador bajo el régimen de excepción, ejecutado desde marzo del 2022.
Ante esto, especialistas consideran que estos puede ser considerados “delitos de lesa humanidad” y no descartan que el país sufra sanciones económicas por parte de Estados que en su política tengan establecido no hacer negocios con naciones violadoras de derechos humanos.
En concreto, el informe publicado el lunes señala arrestos arbitrarios, invasión de hogares, procedimientos judiciales injustos y muertes de detenidos en las prisiones. Además, en el apartado de El Salvador [el informe incluye reporte de países de todos los continentes], el gobierno estadounidense expresa que tuvo acceso a informes creíbles de homicidios ilegítimos o arbitrarios, desapariciones forzadas; tortura y tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes por parte de las fuerzas de seguridad salvadoreñas.
Al respecto, expertos consultados por este medio destacan el hecho de que E.E.UU. haya sido tan contundente al señalar estas violaciones y consideran se vienen a sumar a la ola de alertas internacionales sobre la grave situación que se vive en El Salvador sobre el tema.
Por ejemplo, Oswaldo Feusier, abogado penalista y docente de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), manifestó que tal reporte ratifica lo que señalan diversas organizaciones de DD.HH. que “la columna vertebral del régimen de excepción han sido capturas indiscriminadas sin mayor criterio o investigación, y que ha permitido un injusto encarcelamiento por más de seis meses, e incluso por más de un año, de personas que son completamente inocentes, que es una política basada en miedo y arbitrariedad, mas que en racionalidad, legalidad o respeto mínimo a derechos humanos”.
Feusier recalcó que el mismo vicepresidente de la República, Félix Ulloa, “se ha atrevido” a comparar su estrategia de seguridad como una guerra, y a las pandillas como bando beligerante, por lo que afectar a civiles inocentes, utilizando el mismo símil, “es un delito de lesa humanidad”.
De hecho, el especialista consideró que el proceso de privar de libertad, hacer pasar hambre a estas personas inocentes y penurias a sus familiares, “bien podría catalogarse como casos de tortura o desaparición forzada por parte del Estado”, que también son crímenes que puede conocer la Corte Penal Internacional (CPI).
Al preguntarle si esto podría implicar la apertura de procesos judiciales en contra de funcionarios del gobierno actual, el abogado contestó: “Creo que sí, desde el momento en que son ejecutores de precisamente los programas que aseguraron todos esos procedimientos viciados contra personas inocentes”.
Otto Flores, representante de la organización “Los siempre sospechosos de todo”, reafirmó lo que dice el informe de EE.UU. Es más, el abogado penalista mencionó que en el país “ya no existe independencia judicial, ya que los jueces están siendo presionados para dar resoluciones a favor de la opinión política”. “Esto podría generar más adelante el enjuiciamiento por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos o, inclusive, la CPI que cuyos estatutos ha sido ratificados por El Salvador”, apuntó Flores.
De igual manera lo expresó Sonia de Rubio, de la Fundación Internacional para el Debido Proceso (DPLF), quien señaló a El Diario de Hoy que con dicho reporte, el departamento de Estado está diciendo que “la situación en el país está critica”. Esto, según ella, obedece a que el país está viviendo en este momento una de las crisis democráticas más graves desde la firma de los Acuerdos de Paz y se está dando el surgimiento de graves violaciones a derechos humanos que se creían ya superadas.
“La CPI podría perseguir en menos de 10 años directamente a personas que han estado edificando, creando, avalando o aplicando esta normativa como política de Estado, no al Estado si no a las personas”, indicó. Más aún, la abogada de DPLF planteó que esto podría implicar sanciones de estados que su política exterior establece no hacer negocios con países violadores de derechos humanos.
“Muchos colegas hacen el símil de la situación de Bukele en Perú con Fujimori y sabemos que ese país después recibió una avalancha de sanciones encaminadas a esto de la utilización de jueces sin rostro, a la utilización de audiencias masivas, actos constitutivos de tortura, tratamiento inhumano a las personas en las cárceles”, sostuvo.
Por su parte, la defensora de derechos humanos, Celia Medrano, dijo que dada la gravedad de la situación reportada en este último informe, cabe preguntarse si es viable o justificable mantener relaciones diplomáticas y de cooperación con un gobierno que evidencia que la violaciones y desmantelamiento de la institucionalidad democrática es una política de Estado. “Es la pregunta a hacer a los Estados Unidos y a la comunidad y cooperación internacional”, concluyó Medrano.