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Between 2020 and 2022, more than 2,000 Salvadorans fled their communities and sought refuge in other parts of the country or even abroad. Neither the COVID-19 pandemic nor the state of exception against detainees stopped the displacement phenomenon driven by violence over the last three years. On the contrary, since 2022, experts argue that the phenomenon has changed. Although gangs continue as the main perpetrators of threats at lower percentages, now police officers stand out as those to flee from in communities and even from the country.

In a recent compilation of cases handled, three human rights organizations combined their evidence. They concluded that there had been 2,237 people in internal forced displacement in El Salvador since 2020. The figure is the sum of cases handled by the Pasionist Social Service (SSPAS), the Human Rights Institute of the Central American University José Simeón Cañas UCA (IDHUCA), and Cristosal.

Verónica Reyna, director of the SSPAS human rights program, analyzes the figures collected by this organization and points out that before the state of exception, gangs accounted for between 62% and 69% of the reported forced displacement cases between 2020 and 2021. She explains that this percentage dropped to 30.5% since March 2022, when the measure that left more than 65,000 detainees in the country’s prisons was established.

According to Reyna, with the state of exception, there was a change in security policy from “dialogue” with gangs to a more repressive policy.

Last year, the expert says, directly related to this policy, the percentage of cases in which officers of the National Civil Police are held responsible for the threats that generated the displacement of the complainants began to increase.

“In 2020, we did not register any cases attributed to police officers as aggressors or as the institution that generated displacement. In 2021, only 2.9% pointed to the PNC. This changes dramatically in 2022,” she says.

In a joint statement released in late February, the three organizations stated that their data “reflects that the State, far from fulfilling its role of prevention, care, and protection of people, has also caused cases of internal forced displacement.”

Between 2020 and 2022, Cristosal assisted 1,227 people in a displacement situation. The majority (56.4%) are women, but they also detail 45 people from the LGBTI population affected. In 36.3% of cases, the affected were children and adolescents.

Among the motivations of those who flee are threats, intimidation, homicide of a relative, injuries, and extortion. The victimizers, according to Cristosal’s database, are gangs (70.7%), civilians (10.8%), unknown (7.6%), and security forces (6.8%).

In the same period, 2020 and 2022, SPASS assisted 358 people. Most of them are women (91.1%), but there are also affected members of the LGBTI, childhood, and adolescent populations. In their database, which covers the three years, the victimizers are gangs (63.4%), ex-partners (16.2%), PNC (12.8%), unknown (3.6%), and others (4%).

According to Verónica Reyna, only in 2022 the increase in cases attributable to the Police stands out. “24% of the total complaints pointed to the Police as responsible for forced displacement. Generally due to threats of arbitrary or illegal detention,” she says.

Between 2020 and 2022, IDHUCA assisted 652 people. In their figures, the victimizers are gangs (71.3%), state agents (15.4%), “PNC and gangs” (2.3%), and others (11%).

A report from the Human Rights Defense Attorney’s Office (PDDH) indicates that in June and July of 2022, the main generators of violent events were gangs in 57% of the cases. This is out of 50 cases of forced displacement and 32 cases at risk of displacement.

A report from the Attorney’s Office for the Defense of Human Rights (PDDH) indicates that in June and July of 2022, the main perpetrators of violent incidents were gangs in 57% of cases. This is from a total of 50 cases of forced displacement and 32 cases in a risk profile of displacement.

The other percentages of violence generators were: 32% individuals, 5% organized crime, 4% state agents, and 2% preferred not to say.

Last October, in an initial report, Cristosal noted the increase in cases where police officers have caused forced displacement.

In this context, Rina Montti, the director of Human Rights at Cristosal, highlighted that in previous years the percentage attributed to police officers was between 1.2%. In contrast, in the 255 cases last year, it was 5.7%. “We have had direct cases of threats and extortions by police officers, who demand a fee in exchange for not arresting a family member,” she said.

According to experts, the climate in the country has even led to internal displacement, becoming a forced exit from the country, creating a new phenomenon of refugees as a consequence of the state of exception.

This year, a report from the Mexican Commission for Refugee Assistance (COMAR) revealed that the number of Salvadoran asylum seekers reached 1,111 in January and February 2023.

LPG: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/El-regimen-de-excepcion-altero-las-causas-del-desplazamiento-forzado-20230319-0077.html

El régimen de excepción alteró las causas del desplazamiento forzado

Entre 2020 y 2022, más de 2 mil salvadoreños han huido de sus comunidades y han buscado refugio en otros puntos del país. O incluso en el extranjero. Ni la pandemia por covid-19 ni el régimen de excepción contra detuvieron en el último trienio un fenómeno de desplazamiento que es impulsado por la violencia. Por el contrario, a partir de 2022, el fenómeno ha mutado a juicio de los expertos: aunque con porcentajes más reducidos las pandillas continúan como protagonistas de amenazas, ahora son policías los que despuntan como aquellos de los que hay que huir en las comunidades e incluso del país.

En una reciente compilación de casos atendidos, tres organizaciones de derechos humanos juntaron sus evidencias y concluyeron que hay 2,237 personas en condición de desplazamiento forzado interno en El Salvador desde el año 2020. La cifra es el sumatorio de casos atendidos por el Servicio Social Pasionista (SSPAS), el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas UCA (IDHUCA) y Cristosal.

Verónica Reyna, directora del programa de derechos humanos del SSPAS, analiza las cifras recogidas por esta organización y señala que previo al régimen las pandillas protagonizaban entre el 62 % y el 69 % de los casos de desplazamiento forzado denunciados entre 2020 y 2021. Este porcentaje, expone, bajó a un 30.5% desde marzo de 2022, cuando se instauró la medida que ha dejado más de 65 mil detenidos en las cárceles del país.

Según Reyna, con el régimen hubo un cambio en la política de seguridad de “un diálogo” con las pandillas a una política más represiva.

El año pasado, dice la experta, relacionado de manera directa con esta política, comenzó a incrementar el porcentaje de casos en los que se señala a agentes de la Policía Nacional Civil como responsables de las amenazas que generaron el desplazamiento de los denunciantes.

“En 2020 no registramos ningún caso atribuido a policías como agresores o como la institución que generó el desplazamiento. En 2021 solo el 2.9 % señaló a la PNC. Esto cambia dramáticamente en 2022”, dice.

En un comunicado conjunto divulgado a finales de febrero, las tres organizaciones señalaron que sus datos “reflejan que el Estado, lejos de cumplir su rol de prevención, atención y protección de personas, también ha provocado casos de desplazamiento forzado interno”.

Entre 2020 y 2022, Cristosal atendió 1,227 personas en condición de desplazamiento. La mayoría (56.4%) son mujeres, aunque también detallan a 45 personas de la población LGBTI afectadas. En un 36.3 % los afectados fueron niños y adolescentes.

Entre las motivaciones de los que huyen se encuentran amenazas, amedrentamiento, homicidio de un familiar, lesiones y extorsión. Los victimarios, según la base de Cristosal, son pandillas (70.7%), civiles (10.8%), desconocidos (7.6%) y cuerpos de seguridad (6.8%).

En el mismo periodo, 2020 y 2022, el SPASS atendió a 358 personas. En su mayoría, se trata de mujeres (91.1%), aunque también hay afectados de la población LGBTI, niñez y adolescencia. En su base, que abarca los tres años, los victimarios son pandillas (63.4%), exparejas (16.2%), PNC (12.8%), desconocidos (3.6%) y otros (4%).

Según Verónica Reyna, solo en 2022, el incremento de casos atribuibles a la Policía resalta. “El 24 % del total de denuncias señalaban a la Policía como el responsable del desplazamiento forzado. Generalmente por amenazas de detención arbitraria o ilegal”, dice.

Entre 2020 y 2022, el IDHUCA atendió a 652 personas. En sus cifras, los victimarios son pandillas (71.3%), agentes del Estado (15.4%), “PNC y pandillas” (2.3%) y otros (11%).

Un informe de la Procuraduría para la Defensa para los Derechos Humanos (PDDH) indica que en los meses de junio y julio de 2022 los principales generadores de los hechos de violencia fueron, en el 57 % de los casos, las pandillas. Esto de en un total de 50 casos de desplazamiento forzado y 32 casos en perfil de riesgo de desplazamiento.

El otro porcentaje de generadores de violencia fueron: 32% particulares, 5% crimen organizado, 4 % agentes estatales, 2 % prefirió no decir.

En octubre pasado, en un primer informe, Cristosal señaló el incremento de casos en que policías han sido los causantes de desplazamientos forzados.

En ese contexto, la directora de Derechos Humanos de Cristosal, Rina Montti, destacó que en años anteriores el porcentaje atribuido a agentes policiales rondaba entre el 1.2 %, mientras que en los 255 casos del año pasado es del 5.7 %. “Hemos tenido casos directos de amenazas y extorsiones por parte de policías, que piden una cuota a cambio de no llevarse preso a alguien de la familia”, dijo.

Según los expertos, el clima que se vive en el país incluso ha generado que el desplazamiento interno se convierta en una salida forzada del país, creando un nuevo fenómeno de refugiados como consecuencia del régimen de excepción.

Este año, un informe de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) reveló que la cifra de salvadoreños solicitantes de asilo llegó a 1,111 salvadoreños en enero y febrero del año 2023.

LPG: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/El-regimen-de-excepcion-altero-las-causas-del-desplazamiento-forzado-20230319-0077.html