In August 2015, three months after Bukele took office, intelligence from the National Civil Police (PNC) began to record information about an alleged chain of favors from the mayor’s office to the gangs. And the liaison to fulfill them was Carlos Amilcar Marroquin Chica, who at the time had already become head of the municipality’s Social Fabric Reconstruction Unit.
With the verification of different types of municipal archives, including the minutes of council meetings; three testimonies from former officials who were Bukele’s allies; and documents prepared by PNC intelligence, provided by Distributed Denial of Secrets (DDoSecrets) to Revista Elementos, we reconstruct the steps that Marroquin took to become one of the most influential men in the circle that propelled Bukele to power.
Marroquin’s role, according to the confidential PNC documents and the former municipal officials consulted, was to guarantee Bukele’s safe access to the neighborhoods, communities, and colonies controlled by these criminal structures and then to keep in force the terms of the pacts they reached that could include, depending on the demands of each clique and tribe, concessions such as facilitating the use of institutional vehicles, hiring gang members or their relatives in the mayor’s office – precisely as happened in Ilopango during the administration of the late Salvador Ruano, of the Nationalist Republican Alliance (ARENA) – and holding parties for them, among others.
Revista Elementos wrote to Marroquín’s telephone number to hear his version of the accusations made by the PNC but left the message unanswered.
In one of the police reports, dated September 8, 2015, and subtitled Infiltration by the 18R gang in public institutions, it is detailed that Marroquin promised the Barrio 18 Revolutionaries faction that “within a month they are going to fire the promoters of that mayor’s office” with the purpose of “being able to bring in people who have links to gang members so they can (have) greater communication with the gangs.”
What Marroquin did not know was that one of the Barrio 18 leaders with whom he was negotiating collaborated directly with PNC investigators: he had revealed the names of palabreros (local territory gang leaders) who were later captured and had warned about attacks against police and prominent officials, as well as having reported on some criminal plans that were being coordinated from prisons.
But did the Bukele administration make these hires in the mayor’s office?
In the municipal minutes of the first six months, dozens of dismissals of promoters and heads of citizen participation were recorded as their respective replacements. There was also the definitive suppression of positions. And, as was registered, everything was ordered by Bukele himself.
The function of the promoters is to create local directives and support them in the elaboration of projects, as well as in the execution of social, educational, and sports programs. Each district has a head of Citizen Participation, and each director of Citizen Participation oversees approximately ten promoters.
At the end of January 2019, the then-new mayor Ernesto Muyshondt, justifying that they were dedicated solely to political activism, fired part of the employees that Bukele had hired.
In another police intelligence report, written four months earlier and subtitled Collaborator of the 18R gang, the agents stated that Marroquin had arranged transportation for the 106 Gangster tribe to move the body of a gang member, alias Tragamonedas, to Suchitoto, in Cuscatlan.
According to the confidential report, the gang members intended to “watch over him again” in Suchitoto and then “bury him in the local cemetery. They were also going to hold a meeting with the criminals who were expected to arrive from “different sectors.
But Marroquin had not only become the interlocutor between the mayor’s office governed by Nayib Bukele and the Barrio 18 but also with the Mara Salvatrucha.
In the fiscal file REF. 13-UIF-2016, of the case known as Operation Jaque, where the Attorney General’s Office (FGR) investigated the finances of the MS-13, there is evidence of a meeting between Marroquín and Durán with influential leaders of this criminal structure in the Pizza Hut branch of the Multiplaza shopping mall. At the end of that meeting, Marroquín and Durán were detained by investigating police. This story was extensively documented by the newspaper El Faro, as well as the negotiations that Marroquín has carried out with the gangs since the government of the Republic.
Revista Elementos: https://revistaelementos.net/miscelanea/pnc-perfilo-a-carlos-marroquin-como-colaborador-del-barrio-18/
PNC perfiló a Carlos Marroquín como colaborador del Barrio 18
En agosto de 2015, tres meses después de que Bukele asumiera como edil, la inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC) comenzó a registrar información de una supuesta cadena de favores de la alcaldía capitalina a las pandillas. Y el enlace para cumplirlos era Carlos Amílcar Marroquín Chica, entonces ya convertido en jefe de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social de la municipalidad.
Con la verificación de archivos municipales de distinta índole, incluyendo las actas de las reuniones del concejo; tres testimonios de exfuncionarios que fueron aliados de Bukele; y documentos elaborados por la inteligencia de la PNC, facilitados por Distribuited Denial of Secrets (DDoSecrets) a Revista Elementos, se reconstruye los pasos que Marroquín anduvo para convertirse en uno de los hombres más importantes del círculo que impulsó a Bukele en su ascenso al poder.
El papel de Marroquín, de acuerdo con los documentos confidenciales de la PNC y los exfuncionarios municipales consultados, fue garantizar el acceso seguro de Bukele a los barrios, comunidades y colonias controladas por esas estructuras criminales y luego mantener vigentes los términos de los pactos a los que llegaron que pudieron incluir, según las exigencias de cada clica y tribu, concesiones como facilitarles el uso de los vehículos institucionales, contratar pandilleros o a sus parientes en la alcaldía —exactamente igual a como ocurrió en Ilopango en la administración del fallecido Salvador Ruano, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA)—, celebrarles fiestas, entre otras.
Revista Elementos escribió al número telefónico personal de Marroquín para escuchar su versión de los señalamientos realizados por la PNC, pero dejó en visto el mensaje.
En uno de los informes policiales, fechado el 8 de septiembre de 2015, y subtitulado Infiltración por parte de la pandilla 18R en instituciones públicas, se detalla que Marroquín prometió al Barrio 18 facción Revolucionarios que «dentro de un mes van a despedir a los promotores de esa alcaldía» con el propósito de «poder ingresar a personas que tengan vínculo con pandilleros para así poder (tener) mayor comunicación con las pandilla».
Lo que Marroquín no sabía era que uno de los líderes del Barrio 18 con los que negociaba colaboraba directamente con investigadores de la PNC: había revelado los nombres de palabreros que posteriormente fueron capturados y había alertado sobre atentados contra policías y prominentes funcionarios, así como también había informado sobre algunos planes criminales que se coordinaban desde centros penales.
Pero, ¿la administración de Bukele hizo esas contrataciones en la alcaldía?
En las actas municipales de los primeros seis meses quedaron registradas docenas de despidos de promotores y jefes de participación ciudadana, así como su respectivo reemplazo. También ocurrió la supresión definitiva de plazas. Y, como quedó constancia, todo fue ordenado por el mismo Bukele.
La función de los promotores es crear las directivas locales y apoyarlos en la elaboración de proyectos, así como en la ejecución de programas sociales, educativos y deportivos. Cada distrito tiene un jefe de Participación Ciudadana y cada jefe de Participación Ciudadana tiene a cargo un aproximado de diez promotores.
A finales de enero de 2019, el entonces nuevo alcalde Ernesto Muyshondt, con la justificación que se dedicaban únicamente al activismo político, despidió a una parte de esos empleados que Bukele había contratado.
En otro reporte de inteligencia policial, elaborado cuatro meses antes, y subtitulado Colaborador de la pandilla 18R, los agentes consignaron que Marroquín había tramitado transporte a la tribu 106 Gánster para trasladar el cadáver de un pandillero, de alias Tragamonedas, hacia Suchitoto, en Cuscatlán.
Los pandilleros, según el informe confidencial, pretendían «velarlo otra vez» en Suchitoto para después «enterrarlo en el cementerio de esa localidad». También iban a realizar un meeting con los criminales que habían previsto que llegaran de «diferentes sectores».
Pero Marroquín no solo se había convertido en el interlocutor entre la alcaldía capitalina gobernada por Nayib Bukele con el Barrio 18, sino también con la Mara Salvatrucha.
En el expediente fiscal REF. 13-UIF-2016, del caso denominado Operación Jaque, donde la Fiscalía General de la República (FGR) investigó las finanzas de la MS-13, quedó constancia de una reunión entre Marroquín y Durán con importantes cabecillas de esta estructura criminal en la sucursal de la Pizza Hut del centro comercial Multiplaza. Al final de ese encuentro Marroquín y Durán fueron retenidos por policías investigadores. Esta historia fue ampliamente documentada por el periódico El Faro, al igual que las negociaciones que Marroquín ha realizado con las pandillas desde el gobierno de la República.
Revista Elementos: https://revistaelementos.net/miscelanea/pnc-perfilo-a-carlos-marroquin-como-colaborador-del-barrio-18/