The decision of the Supreme Court of Justice (CSJ) to freeze last Thursday the extradition of Hugo Armando Quinteros Mineros, alias “Flaco,” one of the historical leaders of the Mara Salvatrucha (MS-13) in El Salvador, grouped in the “Ranfla Nacional,” could be, according to experts in the field, a message from the Court to stop investigations by the United States.
The United States is demanding the extradition of Quinteros Mineros to try him for acts of terrorism. In addition, the Federal Bureau of Investigation (FBI) profiled the MS-13 leader as responsible for directing Mara Salvatrucha structures in the United States to commit crimes such as drug trafficking and terrorism.
“In this case, I believe that the CSJ’s decision seeks to slow down the US investigations of the Salvadoran officials; it is very likely that since they are leaders of the gang who were in negotiations with the government, the government seeks to keep them in the country to prevent them from providing information about the agreements they established during the negotiations,” said Verónica Reyna, a researcher at the Passionist Social Service (SSPAS).
She added that the government of El Salvador is probably using this case to maintain its “iron fist” discourse to point out that they must first serve their sentences for crimes committed in the country. ” I believe that the intention is to prevent the U.S. from having more information about possible crimes committed by government officials and allow a direct accusation against them,” said Verónica Reyna.
The director general of Penal Centers and the director of Reconstruction of the Social Fabric were named in a new indictment in a New York court against 13 top Mara Salvatrucha leaders.
The indictment alleges that the MS-13 gang negotiated with representatives of the Salvadoran government in exchange for benefits, such as not being extradited.
Wilson Sandoval, a coordinator of Funde’s Anti-Corruption Legal Advice Center (ALAC), believes there is a pattern of authorities not extraditing gang leaders. “Different media have shown that there is a strategy where the Salvadoran state does not extradite high-level gang members who make decisions within the Ranfla or those who may have information related to the truce,” said Sandoval.
The decision to freeze this judicial process is the second extradition that the CSJ magistrates, with a majority sympathetic to the administration of President Nayib Bukele, decided to freeze after last year they paused the sending to US soil of Armando Eliú Melgar Díaz, alias “Blue,” another MS-13 leader wanted by a US federal court for acts related to terrorism.
La Prensa Gráfica has sought the Court’s official position on its decision but has not obtained a response.
Según expertos, hay estrategia para frenar las extradiciones
La decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ)de congelar el jueves pasado la extradición de Hugo Armando Quinteros Mineros, alias “Flaco”, uno de los jefes históricos de la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador, agrupados en la “Ranfla Nacional”, podría tratarse, según expertos en la materia, como un mensaje por parte de la Corte para frenar investigaciones de los Estados Unidos.
El país norteamericano reclama la extradición de Quinteros Mineros para juzgarlo por actos de terrorismo. Además, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) perfilaba al jefe de la MS-13 como responsable de dirigir estructuras de la Mara Salvatrucha en Estados Unidos para cometer crímenes como narcotráfico y terrorismo.
“En este caso creo que la decisión de la CSJ busca frenar las investigaciones de EUA sobre los funcionarios salvadoreños, es muy probable que al ser liderazgos de la pandilla que estuvieron en negociaciones con el gobierno este busque mantenerlos en el país para evitar que brinden información sobre los acuerdos que establecieron durante las negociaciones”, mencionó Verónica Reyna, investigadora del Servicio Social Pasionista (SSPAS).
Agregó que probablemente el gobierno de El Salvador utilice este caso para mantener su discurso de “mano dura” para señalar que deben cumplir primero las penas por los delitos cometidos en el país. “En el fondo creo que la intención es evitar que EUA cuente con más información sobre posibles delitos cometidos por funcionarios del gobierno y permita una acusación directa hacia estos”, aseveró Verónica Reyna.
El director general de Centros Penales y el director de Reconstrucción del Tejido Social fueron mencionados en una nueva acusación ante una Corte de Nueva York, Estados Unidos, contra 13 líderes de más alto rango de la Mara Salvatrucha.
Esa acusación sostiene que la pandilla MS-13 negoció con representantes del gobierno salvadoreño a cambio de beneficios, como no ser extraditados.
Wilson Sandoval, coordinador del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción de Funde (ALAC), considera que existe un patrón por parte de las autoridades de no extraditar a cabecillas de pandillas. “Diferentes medios han evidenciado que hay una estrategia donde el estado salvadoreño a aquellos pandilleros de alto nivel , que toman decisiones dentro de la Ranfla o aquellos que pudiesen tener información relacionada con la tregua no son extraditados”, mencionó Sandoval.
La decisión de congelar este proceso judicial se trata de la segunda extradición que los magistrados de la CSJ, de mayoría afín a la administración del presidente Nayib Bukele, deciden congelar después que el año pasado pausaran el envío a suelo estadounidense de Armando Eliú Melgar Díaz, alias “Blue”, otro cabecilla de la MS-13 reclamado por una corte federal de Estados Unidos por actos relacionados con el terrorismo.
La Prensa Gráfica ha buscado la postura oficial de la Corte sobre su decisión pero no ha obtenido respuesta.