“A common-sense project,” Bukele called it.
The reality is that the scale of the project defies common sense — and easy comprehension. And the social implications of the endeavor are no less striking. The citizens of El Salvador have tacitly accepted Bukele’s unprecedented crackdown on crime, and, for the time anyway, are ignoring its broader ramifications.
The unveiling of the prison came in typical Bukelian fashion. He took over the country’s airwaves to share a 35-minute video of himself touring the facilities (it was soon posted on his popular Twitter feed, the presidency’s de facto press office). He can be seen arriving at the jail in a caravan of black SUVs. “Welcome to the Center for the Confinement of Terrorism, a key part in our battle against the gangs,” Osiris Luna Meza, director of El Salvador’s penitentiary system, said.
Spanning about 410 acres in an isolated region of El Salvador, the jail is the latest example of Bukele’s punitive state. And it is slated to become the largest, and most overcrowded, prison in the world.
Full text available in English…
Washington Post: https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/02/26/el-salvador-prison-nayib-bukele-gangs-crime/
Opinión: La magnitud de la nueva cárcel de El Salvador es difícil de comprender
“Un proyecto de sentido común”, lo calificó Bukele.
La realidad es que la envergadura del proyecto desafía el sentido común y la comprensión. Y las implicaciones sociales del proyecto no son menos sorprendentes. Los ciudadanos de El Salvador han aceptado tácitamente la ofensiva sin precedentes de Bukele contra la delincuencia y, de momento, ignoran sus ramificaciones más amplias.
La inauguración de la prisión se produjo al estilo típico de Bukele. Tomó las ondas de radio del país para compartir un vídeo de 35 minutos en el que recorría las instalaciones (pronto se publicó en su popular Twitter, la oficina de prensa de facto de la presidencia). Se le ve llegar a la cárcel en una caravana de todoterrenos negros. “Bienvenidos al Centro de Reclusión del Terrorismo, pieza clave en nuestra lucha contra las pandillas”, dijo Osiris Luna Meza, director del sistema penitenciario de El Salvador.
La cárcel, que ocupa unas 410 hectáreas en una región aislada de El Salvador, es el último ejemplo del estado punitivo de Bukele. Y está previsto que se convierta en la prisión más grande y superpoblada del mundo.
Washington Post: https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/02/26/el-salvador-prison-nayib-bukele-gangs-crime/