El Salvador will face a challenging economic outlook in 2023 and 2024, according to the most recent analysis of the situation and prospects of the world economy published by the United Nations (UN).
In said analysis, the organization emphasizes the different situations that, at a global level, have affected the economic dynamics throughout 2022, such as the war in Ukraine after the Russian invasion and the risks of a recession in the world’s strongest economies, such as the United States.
On this point, El Salvador is in the wrong position if we analyze the projections that the UN handles for the current year and the next one since, in comparison with the other Central American countries, including Panama and the Dominican Republic, it is the one with the worst forecasts.
Specifically, the UN considers that by the end of 2023, the Salvadoran economy will close with a growth of up to 1.6% of the national Gross Domestic Product (GDP), a figure that is much lower than the projections handled by the Central Reserve Bank (BCR) in the country, since earlier this month, the president of that entity, Douglas Rodriguez, said that the projection is placed between 2% and 3%.
Likewise, the projection is up to 1.2% lower than the closing figure for 2022 since, according to the BCR, it could be 2.8% concerning 2021.
In addition, although the UN forecast already translated into an economic slowdown, the English financial firm Emerging Finance (EMFI) recently projected that this growth could be even lower and placed the percentage at 1.3%.
According to the English firm, the main reason behind the deceleration of the Salvadoran economy is the high dependence on the US economy since an eventual recession in that country would cause a drop in the income of family remittances and in the percentage of exports made by El Salvador, mainly because the United States is the primary buyer of Salvadoran products.
ONU proyecta que economía salvadoreña es la que menos crecerá
El Salvador se enfrentará a un panorama económico difícil en 2023 y 2024, según apunta el más reciente análisis sobre la situación y perspectivas de la economía mundial publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En dicho análisis, el organismo hace énfasis en las distintas coyunturas que, a nivel global, han afectado la dinámica económica en todo el 2022, como lo son la guerra en Ucrania tras la invasión rusa y los riesgos de una recesión en las economías más fuertes del mundo, como Estados Unidos.
En este punto, El Salvador resulta mal parado si se analizan las proyecciones que la ONU maneja para el año en curso y el próximo, pues en comparación con los demás países de Centroamérica, incluidos Panamá y República Dominicana, es el que los peores pronósticos tiene.
Puntualmente, la ONU considera que para finales de 2023 la economía salvadoreña cerrará con un crecimiento de hasta 1.6% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, una cifra que es bastante inferior con respecto a las proyecciones que maneja el Banco Central de Reserva (BCR) en el país, pues a principios de este mes, el presidente de esa entidad, Douglas Rodríguez, señaló que la proyección se coloca entre los 2% y los 3%.
Asimismo, la proyección es hasta en 1.2% inferior a la que podría ser la cifra de cierre del 2022, pues según el BCR podría estar en 2.8%, con respecto a 2021.
Además, y pese a que el pronóstico de la ONU ya se traduce en una desaceleración económica, recientemente la financiera inglesa Emerging Finance (EMFI) proyectó que ese crecimiento podría ser incluso menor, y colocó el porcentaje en 1.3%.
Según la firma inglesa, la principal razón detrás de la desaceleración en la economía salvadoreña se debe a la alta dependencia de la economía estadounidense, pues una eventual recesión en ese país provocaría una caída en el ingreso de remesas familiares y del porcentaje de exportaciones que realiza El Salvador, sobre todo, porque Estados Unidos es el principal comprador de los productos salvadoreños.