The affected person had to close a subsistence business due to the constant harassment and death threats made by the police officers. According to the victim’s testimony, he was arrested on two occasions but was released because no crime had been proven.
Upon learning of his release, the police harassing him created a false profile and accused him of being an active gang member.
The affected person said he now fears the police, an institution whose mandate is to provide security to the population. A judicial process is underway to dismantle a criminal structure within the police force.
Recent allegations of human rights violations, including extrajudicial executions, arbitrary detentions, torture,and threats, are unrelated to police actions during the last two decades.
Social and human rights organizations have repeatedly pointed out this type of fact. They have wanted to highlight the loss of direction of this institution, created to break with the violence and impunity of the security forces that existed before the signing of the Peace Accords. This was stated by Verónica Reyna, coordinator of the Human Rights Program of the Passionist Social Service.
Currently, the Armed Forces are also an institution that continues to be accused of violating the population’s human rights.
Acusan a la PNC de crear perfiles falsos de pandilleros a personas inocentes
La persona afectada tuvo que cerrar un negocio de subsistencia debido al constante acoso y amenazas a muerte que los policías realizaban. Según el testimonio del afectado, él fue capturado en dos ocasiones, sin embargo fue liberado por no haberse comprobado delito alguno.
Al conocer de la liberación, los policías que lo acosan crearon un perfil falso y le acusan de ser un pandillero activo.
La persona afectada dijo que ahora teme a la policía, una institución que tiene por mandato brindar seguridad a la población. De momento se sigue un proceso judicial para poder desmantelar una estructura delictiva dentro de la corporación policial.
Las denuncias recientes de violaciones a derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, torturas y amenazas, entre otras, no son ajenas a la actuación policial durante las últimas dos décadas.
Las organizaciones sociales y de derechos humanos han señalado de forma reiterada este tipo de hechos y han querido dejar en evidencia la pérdida de rumbo de esta institución, creada para romper con la violencia y la impunidad de los cuerpos de seguridad que existieron antes de la firma de los Acuerdos de Paz. Así lo dijo Verónica Reyna, coordinadora del Programa de Derechos Humanos del Servicio Social Pasionista.
En la actualidad, la Fuerza Armada también es una institución que sigue siendo señalada de violentar derechos humanos de la población.